Es un tramo en el que, a raíz de la congestión de vehículos, la circulación de micros del servicio urbano y el estacionamiento en lugares prohibidos, el desplazamiento de automotores y peatones, especialmente los días hábiles, se torna muy dificultoso.
Un proyecto de comunicación presentado por la concejal Cristina Coria (UCR) y que fue aprobado en forma unánime por la comisión de Obras del HCD, solicita al Ejecutivo que haga “efectivo el cumplimiento de la ordenanza referida al estacionamiento de taxis, la correcta utilización de la dársena para ascenso y descenso de pasajeros y el cumplimiento de prohibición de estacionamiento público en el horario de 7 a 24 en ambas aceras de la calle Córdoba entre Juan B Justo y Azcuénaga”, zona del Hospital Privado de Comunidad.
Acerca de la iniciativa en cuestión, Coria, tras comentar que “se trata de un sector de intensísimo tránsito vehicular y peatonal, por ser uno de los principales accesos al HPC, manifestó que “sobre la misma arteria circula una línea de transporte público, siendo frecuentes los incidentes y accidentes viales de distinta importancia y gravedad”.
Recordó luego que “sobre un tramo de Córdoba, vereda impar, entre Juan B Justo y Azcuénaga, el municipio autorizó por ordenanza 6097, en 1984, la construcción de una dársena de espera para taxis, facultando al Ejecutivo a convenir, con cargo al HPC, el ensanche de la calle Córdoba”.
Sobre la vereda del HPC, hay módulos de venta de diversos artículos (golosinas, bebidas, flores, ropa, revistas y otros) que dificultan el tránsito peatonal de las personas que tienen alguna dificultad para desplazarse y que lo hacen con la ayuda de muletas o andadores, por lo que, según el proyecto, es también necesario relevar y analizar la conveniencia de una reubicación de los mismos. Cabe acotar que, cuando llueve, estos problemas se ven agravados por las inundaciones que afectan al sector debido a la falta de suficientes bocas de tormenta y de adecuados conductos pluviales.
Constatación
Un relevamiento hecho por este medio permitió constatar que si bien personal de la Dirección General de Transporte se estaba ocupando de verificar la documentación de taxis, remises, ambulancias y otros vehículos afectados al transporte público, no había inspectores que se encargaran de infraccionar a los responsables de automotores estacionados en lugares en los que existen carteles que advierten acerca de la prohibición de hacerlo ni a los que estaban en doble fila, lo cual, en una arteria por la que circulan las líneas de colectivos 551 y 553, dificulta notoriamente el tránsito. En cuanto al estacionamiento de vehículos particulares en las dársenas reservadas exclusivamente a las ambulancias que llevan o retiran pacientes del HPC, personal de seguridad del establecimiento asistencial se ocupa de advertir que no puede extenderse más de lo que sea estrictamente necesario.