En la segunda y última audiencia del juicio por el crimen del niño de 2 años ocurrido en Balcarce durante 2014, el fiscal Rodolfo Moure pidió que el imputado reciba la condena de prisión perpetua.
La solicitud del investigador se produjo en el marco de la etapa de alegatos, llevados a cabo después de que declarara el último testigo, el médico forense Gerardo Chiodetti, quien complicó la situación del único acusado. El juicio por el asesinato de Dylan Stio solamente duró dos jornadas.
Según el testimonio del especialista, la versión que dio la defensa del sospechoso, José Luis Liberti (23), sobre cómo se produjo la muerte no es compatible con las lesiones de gravedad que presentaba el cadáver de la víctima. De acuerdo a su análisis, el menor falleció producto de una golpiza y no de una caída o un empujón, como había manifestado el imputado incriminando así a su propia pareja y madre del niño.
Carlos Mira, el abogado de Liberti -padrastro de Dylan Stio-, había adelantado el martes que pediría la absolución de su defendido. Y lo hizo cuando le tocó el turno de alegar, justificándose en que la autoría del crimen no está probada. También indicó que, de ser condenado, el imputado debía recibir una pena acorde con la figura de “homicidio preterintencional” y no con la de “homicidio con alevosía”, como la que planteó el fiscal Moure al entender que el asesino se aprovechó de la indefensión del menor.
Para la defensa, la madre de Stio debiera haber estado imputada. Es que la versión del acusado es que fue la mujer quien arrojó a su hijo contra la baranda de una cama, lo cual fue descartado tras la intervención de Chiodetti. Además, el fiscal Moure tiene por acreditado que la ex pareja de Liberti había abandonado la casa donde ocurrió el hecho 20 minutos antes.
La sentencia de los jueces Aldo Carnevale, Pablo Viñas y Alexis Simaz se dará a conocer el próximo martes 9 marzo a las 12 en Tribunales.
Cabe destacar que en la audiencia del martes, la madre y el padrastro de la víctima habían sido parte de un careo en plena sala. Luego, habían declarado un tío del niño (admitió que una vez Liberti lo quemó con aceite hirviendo), la abuela (que indicó que el acusado le pidió que no autorizara la autopsia) y dos médicos del hospital donde fue llevado Dylan, ya sin vida.
El caso sucedió en Balcarce y tiene como imputado a Liberti, un individuo sumamente violento: tan así que ni su madre pudo soportarlo. Es que durante el proceso se le había otorgado arresto domiciliario en la casa de su progenitora pero ésta denunció golpes y amenazas de muerte. Por ese motivo, Liberti llegó al juicio detenido.
Para el fiscal Moure está probado que entre las 8 y 8.20 del miércoles 24 de septiembre de 2014, en el interior de una precaria vivienda de calle 104 al 700 de Balcarce, Liberti le propinó una feroz paliza al niño, que era el hijo de su pareja. Para ello se habría aprovechado de que la madre del niño se había dirigido a una sala de salud con el objetivo de buscar un turno para hacer atender al pequeño.
A raíz golpiza recibida, Dylan presentó equimosis y hematomas en la región craneal y tronco, fractura de hueso radio derecho, metafisaria distal en tallo verde, compresión de cuello de intensión asfíctica, desgarro de la vena cava y hepático, todo lo cual le provocó un shock hipovolémico que le causó la muerte casi en forma inmediata.
De las distintas declaraciones se desprende que Liberti era violento, que golpeaba a la mujer con frecuencia al punto de haberse judicializado algunas denuncias por violencia de género. Además, el imputado era consumidor de estupefacientes y en la mañana de la muerte de Dylan tenía que hacer presencia en el Patronato de Liberados por orden judicial.