Piden juzgar al médico que abusaba de los presos en la cárcel: las desagradables revelaciones de la causa
Según la investigación de la fiscal María Florencia Salas, el jefe del área de Sanidad de la Unidad Penal de Batán, Juan Carlos Salas, acosaba a los reclusos y los obligaba a satisfacer sus deseos sexuales a cambio de incorporarlos a programas de salud y de darles pastillas psicotrópicas y dinero.

A uno le apretó su miembro viril por arriba de su pantalón. A otro le hizo sexo oral tres veces. “Arruinó a una banda de chicos”, explicó un restante. Y así sucesivamente. La investigación de la fiscal María Florencia Salas finalizó días atrás con el pedido de elevación a juicio del médico Juan Carlos Salas (49), jefe del área de Sanidad de la cárcel de Batán, por existir pruebas suficientes de que abusaba de los presos en situación de vulnerabilidad extrema.
De acuerdo con la pesquisa -que se inició tras dos denuncias de la Comisión Provincial por la Memoria y del juez de Ejecución Penal, Ricardo Perdichizzi-, el radiólogo obligaba a los reclusos a satisfacer sus deseos sexuales a cambio de incorporarlos a programas de salud y darles pastillas psicotrópicas y dinero.
“De la totalidad de las constancias enumeradas puedo tener por acreditada la existencia de los hechos relatados, valiéndome principalmente de las declaraciones de las víctimas directas del accionar de Salas, como así también de las declaraciones de otros internos”, señaló la fiscal Salas ante la Justicia de Garantías, conforme pudo tomar conocimiento de los datos LA CAPITAL, tras acceder al documento presentado una vez concluida la Instrucción Penal Preparatoria (IPP).
Respecto de las acusaciones sobre el imputado, la investigadora agregó: “Se observa del cuerpo de dicha denuncia el especial sufrimiento al que son sometidos las víctimas de Salas y valoran de manera concreta la desigual situación de poder sufrida por los privados de libertad con sus agresores”.
Por ejemplo, para la fiscal quedó probado que en 2022 el médico le apretó el miembro viril a un recluso que había ido a atenderse con él. Y tras ello “comenzó a acosarlo sexualmente en forma permanente por vía verbal y mensajes de texto, entregándole psicotrópicos para lograr vulnerar su consentimiento y lograr asimismo su impunidad”.
A otro, entre 2023 y 2024 -cuando cayó detenido-, Salas le practicó sexo oral en tres oportunidades contra su voluntad. Lo hizo, de acuerdo a las pruebas recolectadas, aprovechándose de las insuperables necesidades económicas de la víctima y su ausencia de vínculos familiares. Con su accionar, vulneró el consentimiento del recluso a través del envío de dinero y de su inclusión -pese a no estar enfermo- en el programa de pacientes VIH, lo que le garantizaba “comer todos los días” adentro del penal.
“Me dice barbaridades, parece una película pornográfica”, sostuvo uno de los internos en una declaración que figura en la causa. Otro, en tanto, agregó: “Está arruinando una banda de chicos porque hacen todo por necesidad”.
El caso salió a la luz en mayo de 2024, a partir de la declaración de un interno del complejo penitenciario de Batán en el juzgado de Perdichizzi que daba cuenta “de la situación constante de acoso que protagonizaba el radiólogo que estaba a cargo de toda el área de Sanidad del complejo penitenciario de Batán”. “En sanidad tiene una parte de rayos, ahí es el búnker de él, es su hotel”, señaló el denunciante.
Además, se lo acusó de amenazar con supuestos traslados de unidad a los presos, de no plegarse a sus requerimientos. A uno de ellos, según la denuncia, “se le inventó una sanción por resistirse”.
El principal acusador de Salas contó que “la primer situación vivida fue cuando se bajó sus pantalones y exhibió ropa interior femenina de color rosa mientras se agarraba el miembro”. Luego, siguieron mensajes de texto en su teléfono celular.
“Quiero comer tu pedazo”, “Me calentás mucho”, “Te anoté en planilla para que te den todos los días. Yo mañana te doy más” (hablando de medicación diaria)” y “Cuando fuistes los otros días como se te nota a través del pantalón el pedazo que tenés” fueron algunas de las frases que el médico imputado le escribió a la víctimas según las capturas aportadas.
En uno de los casos, por ejemplo, se denunció que Salas le había entregado a un recluso un sobre con 270 pastillas y 31 mil pesos en efectivo después de abusar sexualmen de él.
Ahora, la Justicia de Garantías deberá determinar si eleva a debate oral la causa, tal como pidió la fiscal, quien además adelantó en el escrito presentado que desdoblará el expediente para investigar más hechos. El imputado, mientras tanto, cumple prisión preventiva en una comisaría de Balcarce.
Un caso polémico
Al médico Salas lo detuvieron el 23 de mayo, acusado de los delitos de “abuso sexual gravemente ultrajante” y “abuso sexual con acceso carnal” por haber sometido a dos convictos a cambio del suministro de medicamentos o droga.
Esa siempre fue la hipótesis de la fiscalía a partir de las denuncias efectuadas por la Comisión Provincial de la Memoria, que canalizó el relato efectuado por uno de los reclusos, y el juez de ejecución Ricardo Perdichizzi. El magistrado tomó conocimiento de otro caso en medio de una audiencia, cuando el preso al que entrevistaba lo contó.
Si bien en un comienzo se negó a declarar, el imputado aceptó hacerlo días después de su detención, pero no respondió preguntas de la fiscal. Tampoco aportó ningún tipo de dato más allá de los personales, en una audiencia que duró unos pocos minutos.
Asistido por el abogado platense Martín Castro y luego de que haber sido trasladado desde Balcarce, donde está detenido, Salas negó los cargos y apenas señaló que las acusaciones de los dos reclusos obedecían a situaciones de “enemistad”, en especial con uno de ellos, con quien había tenido diferencias.