Piden 20 años de prisión para el mecánico acusado de matar a un cliente
El fiscal Alejandro Pelegrinelli, en su alegato solicitó esa pena para Emanuel Capporella y que se le revoquen las salidas laborales. Además, consideró a Norberto Guzmán como párticipe necesario y pidió una condena de 14 años de prisión.
En la última audiencia por el crimen de Pablo Ferrari, el fiscal Alejandro Pelegrinelli solicitó que se condene a Emanuel Capporella a 20 años de prisión y a quien habría sido su cómplice, Norberto Guzmán, a 14 años.
Los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal N°2, Néstor Conti, Alexis Simaz y Roberto Falcone, escucharon atentamente el alegato del fiscal Pegrinelli, quien en poco más de una hora brindó los argumentos que consideraba necesarios para justificar los pedidos de condena para Capporella y Guzmán.
“No dudo de que se llegará a una sentencia condenatoria, el debate ha permitido acreditar de manera plena la participación de los imputados”, expresó el fiscal.
Pelegrinelli explicó que la materialidad del hecho quedó probada durante el debate gracias al aporte de los testigos y la reconstrucción hecha durante la investigación.
Para el fiscal quedó demostrado que el 16 de agosto de 2017 Guzmán llevó a Capporella en un Chevrolet Corsa gris hasta la casa de Pablo Ferrari, para que Capporella se “vengara” de la víctima, que horas antes lo había golpeado tras discutir por un mal arreglo de una camioneta.
Según los testigos que hablaron en el juicio, Guzmán bajó del auto, extrajo un arma y disparó contra los presentes para que “nadie se metiera” entre Capporella y Ferrari.
Por su parte, para Pelegrinelli quedó demostrado que cuando Ferrari se acercó a Capporella, este sacó una escopeta recortada y le disparó. Acto seguido, Caporella y Guzmán subieron al Chevrolet Corsa y huyeron.
“El nivel de participación Guzmán es necesario y plenamente verificado. No tengo dudas que el aporte que generó tiene esa calidad de partícipe necesario”, expresó Pelegrinelli, quien remarcó que las calificación para cada uno son la de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” para Capporella y la de “partícipe necesario” y “abuso de armas” para Guzmán.
En el caso de Guzmán, subsidiariamente, el fiscal solicitó a los jueces que de no entender que se trató de “partícipe necesario”, se lo condena a Guzmán a 7 años de prisión por “partícipe secundario”.
Además, Pelegrinelli le solicitó a los jueces que le revocaran las salidas laborales a Capporella y que Guzmán, de ser condenado, dispongan su detención inmediata.
Atenuantes y agravantes
Pelegrinelli consideró como atenuantes que Capporella y Guzmán no contaban con antecedentes penales y que existía un conflicto previo con la víctima, en el que Capporella había resultado lastimada.
Como agravantes, el fiscal entendió que los imputados actuaron por sorpresa, utilizaron un gran poder de fuego -un revólver calibre 38 Guzmán y una escopeta recortada Capporella-, el grado de indefensión de Ferrari y que el ataque fue “revanchista”. Además, remarcó como agravante la indefensión de las personas que estaban en el lugar y que podrían haber salido heridas.
Violencia irracional
El fiscal, en su alegato, consideró que el desenlace fatal fue “irracional” dado que Capporella y Guzmán se conocían del barrio Las Américas.
“La violencia parece haber ganado las calles”, concluyó el fiscal y agregó: “Resulta difícil para los moderadores del poder judicial analizar estos valores, las escalas de violencia, la comunicación y la resolución de conflictos”.
“Los testigos dicen que se trató de un ‘berretín’, una manera particular de cómo se resuelven los conflictos en los barrios de la ciudad”, dijo Pelegrinelli y finalizó: “Casi funciona como una subcultura digna de análisis de un sociólogo. Es un proceso cargado de vehemencia y violencia palpable, tangible”.