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La Ciudad 20 de junio de 2016

Pese al frío y el recorte de gastos, los papás tuvieron su celebración

Ropa, libros, desayunos, caminatas y almuerzos compartidos fueron algunas de las maneras elegidas por los hijos para agasajar a sus padres en su día. Muchos, incluso, decidieron festejar en Mar del Plata en consonancia con el fin de semana extra largo.

En la continuidad del fin de semana extra largo, ayer se celebró el Día del Padre y los festejos tomaron distintas formas aunque la cuestión fue la misma: pasar un momento junto al progenitor. Así, mientras algunos optaron por compartir alguna comida otros decidieron jugar al fútbol o simplemente disfrutar de la geografía marplatense.

Andrés, con su bebé Pedro en los brazos y Mateo en el carrito, eligió pasar su día en Mar del Plata. “Vinimos el viernes y nos quedamos hasta mañana (por hoy), es la forma que elegimos para festejar”, dijo el hombre con gorro y bufanda a tono.

Con su mujer Mariana y los chicos “disfrutamos de la ciudad, acá lo pasas bien solamente caminando, y después comiendo porque en todos lados hacen cosas ricas”, advirtió.

Turismo y festejo

Christian también llegó desde Buenos Aires, junto a sus hijos Gerónimo y Manuel y sus padres, para aunar las celebraciones: minivacaciones y Día del Padre.

“Llegamos el viernes y no paramos -contó-, ya que nos la pasamos caminando por la costa, en la rambla los chicos se sacaron la foto con los lobos marinos de piedra y fuimos a comer tortilla de langostinos, que teníamos pendiente”.

Las excursiones gastronómicas abarcaron también “churros y pastas” y para el almuerzo dominguero, después de haber recorrido íntegramente la calle Güemes, habían planeado comer carne asada en una tradicional parrilla. “Y después -describió el hombre- vamos a seguir con las caminatas, para bajar todo lo que ingerimos”.

Julieta había invitado a su padre Oscar a desayunar y se encontraron en una de las cafeterías del Paseo Aldrey Cultural y Comercial. “Acá estamos -señaló el hombre- comiendo unas ricas medias lunas. Y más tarde, con la familia ampliada, seguiremos comiendo”.

La joven, además de la colación matutina, le había regalado “una remera manga larga” a su progenitor, aunque la “tuvo que cambiar porque le quedaba un poco ajustada. Mucha media luna”, bromeó la hija ante la sonrisa del padre.

Fernando recorría los pasillos del paseo comercial erigido en la ex terminal abrazado por sus hijas Romina, Martina e Ignacio, que le habían regalado “una bufanda”.

“Vamos a pasar un rato juntos -explicó el hombre- y después buscaremos un lindo lugar para almorzar y a la tarde nos juntaremos con el resto de la familia”.

Con sol es mejor

Sentado en las escalinatas de la rambla, aprovechando los rayos de sol que se escapaban de las densas nubes, Martin compartía unas pepas con su hijo Tobías mientras el mayor, Joaquín, iba y venía a bordo del skate. Bien abrigado, el hombre contó que como regalo del Día del Padre había recibido “una remera” y que parte del plan era disfrutar del domingo al aire libre.

Enfundando en un equipo de gimnasia, gorro de lana y campera inflable, Darío contó que sus hijas Maia y Rosario le había regalado “una caña de pescar” que estrenará “apenas tenga tiempo”.

Por lo pronto, ayer al mediodía paseaba junto a sus hijas por la costa marplatense para después disfrutar de un almuerzo compartido.

“Con el sol todo es mejor, cambia, si hasta parece que el buzo que me regalaron me hace más flaco”, bromeó Víctor mientras veía a Manuel y Luis deslizarse con sus skates por el skate park de la Bristol.

“En un rato” -añadió el hombre- nos pasa a buscar mi mujer y nos vamos a la casa de su familia, a comer un asado con toda la parentela”.

“Mi primer Día del Padre”

Alexis llegó desde Buenos Aires junto a su hijo Ciro y su mujer para “festejar mi primer Día del Padre en Mar del Plata”, contó mientras empujaba el carrito con su hijo a bordo por el paseo costanero.

En su estadía en “La Feliz” pudieron “ir a comer a todos los lugares que nos recomendaron y también anduvimos caminando por Juan B. Justo y por Güemes, para que mi mujer mirara vidrieras y gastara algo de plata”, se rió.

Luis también eligió celebrar en la ciudad y llegó ayer para pasar el domingo junto a sus hijos Facundo y Florencia y su mujer Cristina.

“Me regalaron remeras y medias -detalló el hombre- y después de una caminata por la costa vamos a ir a comer y a la tarde disfrutaremos un poco más y ya emprendemos el regreso”.

Así, entre viento sur y algunas nubes, pasó un nuevo Día del Padre y muchos pudieron compartir tiempo en familia, con o sin regalo incluido.