Pese a las obras, recrudecen las quejas por las calles de los barrios
El municipio promociona su plan vial como uno de sus puntos fuertes. Pero hay zonas intransitables que motivan protestas vecinales. El debate está abierto: ¿las obras se hacen donde más se necesitan?
"Mil familias abandonadas por el municipio", dice el cartel de los vecinos del barrio 2 de Abril.
Tres unidades móviles de bacheo. Veintiún toneladas diarias de asfalto. Quince frentes de trabajo diarios. Los datos forman parte de uno de los últimos videos promocionales que el nuevo equipo de comunicación del intendente Carlos Arroyo difundió en las redes sociales. Fue el jueves, el mismo día que los vecinos del barrio Belisario Roldán protestaron en la esquina de Alvarado y 194 por el mal estado de las calles. Y un día antes de que los imitaran los del barrio 2 de Abril. Es que, a pesar de que el gobierno municipal ve en su plan de obras viales uno de sus puntos fuertes, las quejas y protestas vecinales se incrementan y dejan abierto el interrogante de si las prioridades del municipio concuerdan con las de los vecinos.
No hay semana en que el gobierno municipal no difunda la tarea del Ente Municipal de Vialidad y Alumbrado (Emvial) en las calles. El jueves pasado, por ejemplo, Arroyo supervisó los trabajos finales de asfalto de las calles de hormigón en Faro Norte. “Esto es histórico y tiene un mérito excepcional y único, ya que la obra ha sido ejecutada exclusiva y absolutamente por personal del Emvial”, dijo el intendente con la ampulosidad que lo caracteriza.
Unos días antes, el jefe comunal había anunciado una obra de pavimentación en Nuevo Golf. “Se asfaltarán 750 metros lineales. Es una obra esperada. Es cumplir con la palabra y mucho más: habían solicitado el asfalto en el ingreso al barrio pero realizaremos todo el recorrido del colectivo. Es superador”, dijo Pablo Simoni, el presidente del Emvial.
Cuando promediaba abril, el municipio también anunció “importantes avances para el inicio de la obra” de la avenida Mario Bravo. “Los trabajos incluyen el ensanche de 35 cuadras de esta avenida, cordón integral de 4,15 metros de pavimento de cada lado y un cantero central de 1,30 metros de ancho para tener un cruce seguro”, informó la comuna luego de un encuentro de Simoni con el viceministro de Infraestructura de la provincia, César Giménez. “Ultimamos detalles para poder arrancar lo más pronto posible con las obras de ensanche de la avenida”, anticipó el presidente del Emvial.
Hasta ahí, una parte de la realidad. La que presenta al intendente orgulloso de sus obras en las calles y ensalza a Simoni a un protagonismo estelar. La otra parte es la reacción de los vecinos en distintos barrios. Desde los que se pusieron a juntar fondos para arreglar ellos mismos las calles, cansados de esperar soluciones, hasta los que en los últimos días salieron a protestar porque temen quedar aislados.
“Las únicas líneas de transporte que pasan por acá son las 531 y 532. Ya nos dijeron que van a suspender el servicio porque se les rompen todos los coches y después los arreglos los tienen que pagar los choferes”, contaron los vecinos de Belisario Roldán en la protesta del jueves. “Ni siquiera son capaces de tirar un camión de granza, no hacen nada”, dijo una de las manifestantes. “Somos vecinos y tenemos derecho a vivir bien, no como los animales adentro del barro”, aseguró María Díaz, otra vecina.
El viernes hubo otro reclamo en el barrio 2 de abril. “Las calles están destruidas y lo que más nos preocupa es que por allí transitan más de la mitad de los niños que asisten a las escuelas y jardines de infantes”, aseguró Cristina Ortiz.
En la sociedad de fomento contaron, además, que algunos se acercan llorando porque rompieron sus vehículos por los pozos.
Unos días antes, los usuarios de la línea 562 del barrio Jorge Newbery se pusieron en alerta luego de que una vecina contara que un cartel pegado en un colectivo avisaba que la unidad no pasaría más por una parada a causa de “las malas condiciones climáticas y el mal estado de las calles”.
Los vecinos se concentraron en Colón y Leguizamón para hacerse oír y rogaron que el intendente y el Emvial les “den una mano”.
En el barrio Belgrano hay una preocupación similar. “Parece que al intendente Arroyo esto no le interesa, porque vive gente trabajadora. No somos del centro, valemos menos. Hace un tiempo que este fangal existe”, contó una vecina a LA CAPITAL.
Al no tener respuestas del municipio, habitantes de Félix U. Camet juntaron plata para arreglar las calles más afectadas.
“Nos juntamos con algunos vecinos para obtener una solución rápida, porque ya hemos hecho todo lo posible para que esto se arregle y no pasó nada”, aseguró uno de los impulsores de la iniciativa.
La misma reacción tuvieron en el barrio José Hernández, donde un grupo de vecinos juntó fondos para comprar dos camiones de granza para la calle principal, por donde el colectivo había dejado de transitar.
Los inconvenientes se agudizan en las calles de granza cada vez que llueve. Por el barro y los anegamientos hay quienes no pueden salir de sus casas para trabajar o ir a la escuela.
“Cuando llueve poco o mucho hay vecinos que no pueden salir de sus casas, ya que se arman en las calles verdaderas lagunas”, dijeron, por ejemplo, en el barrio 2 de Abril.
Los reclamos cuestionan el mantenimiento que realiza el municipio y ponen en tela de juicio las prioridades del Emvial. Concejales oficialistas y opositores también lo han hecho. La última voz que se sumó fue la de un amigo del intendente: el presidente del Concejo Deliberante, Guillermo Sáenz Saralegui, dijo que al titular del Emvial le falta “la impronta de los baches”. Y recordó que a él mismo le prometió arreglos que no hizo.