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Policiales 20 de octubre de 2024

Pérez Iglesias: “En el derecho se ven los signos de la disolución de la sociedad”

En la novena entrega de "Penalistas", Raquel Pérez Iglesias, abogada marplatense que se radicó hace más de dos décadas en Capital Federal e intervino en causas de repercusión nacional, reclama a los jueces que analicen "caso por caso" y no apliquen "soluciones genéricas".

Después de más de 20 años de trabajar en Capital Federal, Raquel Pérez Iglesias volvió a ejercer el derecho penal en Mar del Plata.

Por Bruno Verdenelli
[email protected]

Después de haberse radicado en Capital Federal, la abogada marplatense Raquel Pérez Iglesias llegó a tomar parte en causas de gran repercusión nacional. Defendió a personajes públicos como el fiscal federal Carlos Stornelli, Federico Elaskar y Nicolás Pachelo. Y en el último tiempo, y gracias a la evolución tecnológica que achica distancias, volvió a intervenir en procesos judiciales en el fuero penal marplatense.

En la novena entrega de “Penalistas”, el ciclo de reportajes audiovisuales de LA CAPITAL con profesionales locales del derecho, la letrada cuenta que en los hechos delictivos observa “signos de la disolución de la sociedad” y reclama a los jueces que para torcer el rumbo analicen “caso por caso”, y no apliquen “soluciones genéricas”.

-Doctora Pérez Iglesias… Después de desarrollar una carrera como abogada penalista en la ciudad de Mar del Plata, decidió mudarse y establecerse en Buenos Aires, en un ámbito me imagino similar pero distinto a la vez…

-Sí, seguro.

-¿Por qué se dio esa mudanza?

-Empecé acá a Mar del Plata en el año, en febrero del 89, entrando en el Juzgado Penal Nº 1 que estaba a cargo de Reinaldo Fortunato y tuve allí a mis primeros maestros. Estaba Oscar De Niro como secretario, que después fue fiscal, y creo que abrevé allí en el juzgado, que en su momento era de instrucción y de sentencia y entonces uno veía el proceso de principio a fin, tuve mis primeros maestros. Y en el año 2002 me radiqué en Buenos Aires casi sin darme cuenta…

-¿Y antes?

-Llegué a estar en el juzgado un año y medio y luego salí a la profesión. Llegué a ejercer aquí en Mar del Plata 15 años muy dichosos. Los recuerdo con mucha alegría y de mucha pasión. Y me mudé y parte también de los chicos que trabajaban conmigo se vinieron a Buenos Aires dos años después, en el año 2002, y fue casi sin darme cuenta… Una causa… “Y doctora, vea también esta otra y…”. Y me quedé sin darme cuenta.

-¿Había más trabajo allá, básicamente por eso?

-Porque pasó así… Año 2002: Mar del Plata estaba en una recesión importante y yo primero paso por Comodoro Rivadavia por un homicidio y ya me llama la atención la actividad económica de Comodoro. Cuando paso por Mar del Plata, sentir realmente cuando a uno le duele porque en el Puerto nos dábamos cuenta que se notaba la crisis desde allí… Y bueno, voy a Buenos Aires y sentí una afluencia de trabajo importantísima. En el primer año, muchas causas en Lomas de Zamora. Descubro en Lomas de Zamora un departamento judicial nueve veces más grande que en Mar del Plata, con lo cual, era muy generosa la oferta de trabajo y la facilidad de otra vez volver a ejercer con alegría, porque a quien le apasiona trabajar, tener trabajo es una fiesta, la verdad… Y bueno, me fui insertando en Buenos Aires. Llevo ya, desde el año 2002, 21 años allá.

-Y defendiendo todo tipo de clientes… Digo desde desde personas anónimas, desconocidas, por hechos delictivos comunes, a personajes como Carlos Stornelli, Federico Elaskar, Nicolás Pachelo… Casos muy resonantes a nivel nacional. ¿Qué diferencia encuentra usted entre lo que era el ejercicio de la profesión acá y lo que es allá?

-Fundamentalmente la cuestión de los medios, que hoy en día yo a los chicos en el estudio les digo: “No hagan lo que yo hice”. Yo recuerdo estando aquí en el café de enfrente a Tribunales que venían de acá, del diario LA CAPITAL o de otro diario, o de los medios, y: “Raquel, ¿tenés algo para publicar?” Y yo siempre decía; “No, nada”. Porque siempre pensaba que yo quería ser la abogada que querría para el caso de tener una causa y me parecía mal… Tenía ese prurito de que los abogados no tenían que mediatizar las causas. Sucede que cuando, a través de los años uno entiende que en realidad los medios… Uno tiene que aprender también a convivir y al contrario, ponerlos a favor de la estrategia de la causa. Pero también hay causas que son mediáticas antes de uno, como es el caso de las causas que tuve el honor de asistir al doctor Carlos Stornelli, la causa 88 que empezó su trámite en Dolores que tenía la Cámara Federal de aquí de Mar del Plata, con una intervención realmente muy encomiable, muy destacable de la Cámara de acá de Mar del Plata. Por supuesto destacar al doctor Alejandro Tazza, que para mí es una garantía de un ejercicio muy mesurado y muy concienzudo de la iuris dictio. O la causa de Nicolás Pachelo, que eran causas obviamente ya muy mediáticas antes de mi intervención. Y entonces no quedaba otra que salir también a dar cuenta de las novedades de la causa a los medios. Y bueno, es una linda actividad.

-¿Y en materia política? Porque en el caso de Stornelli estuvo directamente vinculada a la actividad política también. Lo que es la política del país. ¿Se siente eso cuando ha ido Comodoro Py en esas situaciones? Pareciera como que intervienen otros actores en ese tipo de casos…

-Sí, de todos modos, yo tengo un tipo de intervención… Intervine también en la causa de La Ruta Del Dinero K defendiendo personas, digamos, ideológicamente del lado inverso. Tengo una manera de ejercer muy técnica, si quisieras. Decir desideologizada pareciera que es casi autocontradictorio con lo que es el ejercicio del derecho penal, que de por sí es un un ejercicio muy ideológico, ¿no cierto?. Pero sí por una manera particular mía de ejercer la profesión…

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-Yo me refería, tal vez no a su intervención directamente, sino a lo que son los factores externos de la causa. Me imagino que en una causa como la de La Ruta Del Dinero K intervienen actores políticos, tal vez de manera implícita y no directa o no, no sé, eso me lo dirá usted… Pero me imagino algo muy distinto a intervenir en un proceso judicial por un hecho común tanto en Buenos Aires como en Mar del Plata, en la Justicia ordinaria…

-Te voy a hablar con el corazón en la mano y cuando, por ejemplo, te pongo como un caso el que tuvo que intervenir la Cámara Federal de Mar del Plata para revisar el procesamiento que se había dictado por 14 hechos que se le imputaban al doctor Stornelli… Y te pongo ese caso puntual porque creo que es muy elocuente, muy paradigmático para mí. Yo de entrada me preguntaban y dije: “El doctor Tazza para mí es una garantía”. Y vuelvo a señalarlo porque es un contacto acá con la realidad local. Pero obviamente que estaba la idea de que pertenecían ideológicamente la Cámara Federal de Mar del Plata a una posición que podría ser adversa y no fue así. Fijate que para ellos fue una sorpresa por ahí. Para el doctor Stornelli mismo y quienes podían comentar la resolución en su momento en su entorno, y para mí no fue una sorpresa porque yo sabía que si al doctor Tazza uno le planteaba algo razonable y en lo que yo realmente con convicción entendía que era de una manera y tenía mis herramientas para poder sustentarlo desde la dogmática jurídico penal o desde la jurisprudencia, así iba a resolver. Es decir, me encontré con una cámara, que yo ya contaba con eso por mi experiencia previa en Mar del Plata, muy previsible, que de eso se trata, de que los tribunales puedan ser previsibles y tengan criterios jurídicos un poco más allá de las cuestiones ideológicas. Y lo mismo pasó también en la causa de La Ruta Del Dinero K, donde más allá de que uno pudiera pensar que determinado juez o determinada jueza puede pertenecer a uno u otro lado, uno contó con una sentencia justa al menos en mi caso. Yo defendía a alguien que lo saqué absuelto también en esa causa. Sí, es cierto, que en el día de ayer veo un dictamen en la causa Puf, por ejemplo, de un fiscal de Casación, que bueno, yo ya sé para qué lado juega, y obviamente sale un dictamen en ese sentido. Bueno, también desde ese lugar es previsible…

-O sea que evidentemente hay excepciones a los casos que que no son politizados. Sería al revés entonces la reflexión, se puede decir… ¿Cuál es la excepción? ¿La excepción es el caso politizado o el caso no politizado?

-No… Es que la respuesta, a mi juicio, es que cada caso es único. Y también la atención que el abogado debe dispensarle a cada causa. Y eso es lo que también uno exige de los jueces. Es la respuesta caso por caso, que no haya este soluciones genéricas que se aplican casi con una plancha que es un poco, ahora yendo al problema particular de las causas de abuso sexual que están a la orden del día, lo que uno advierte justamente es que no hay una consideración del caso en particular en cada causa, sino que bajo la carátula la calificación legal de abuso sexual, todas las casas empiezan a tener un tratamiento donde la política criminal y la idea de lo políticamente correcto y demás entran a jugar de una manera que realmente es contraria a lo que uno espera del proceso penal. De la idea de justicia.

-¿Y eso siempre fue igual o cambió?

-No, en la cuestión concretamente de todo lo que está atravesado por perspectiva de género y de los delitos de abuso sexual, en este momento nos estamos encontrando con un derecho penal del enemigo, llamado por siempre el derecho penal de la tercera velocidad, un derecho penal sin garantías, donde es permanentemente sentencias condenatorias con una declaración única… La época de la víctima, de la supuesta víctima, donde esto realmente se hace difícil defender, y donde uno ve también signos de disolución de la sociedad cuando ves que el derecho penal golpea la puerta de del seno familiar, porque ya es cotidiano ver causas donde el derecho de familia se involucra con el derecho penal y se buscan soluciones en el derecho penal que son el fracaso de políticas sociales, ¿no es cierto?

-Y hablando de casos mediáticos, recién mencionaba a Nicolás Pachelo en el caso García Belsunce, que a mi juicio es el caso policial del siglo XXI en Argentina, sin ninguna duda… ¿Cómo fue, y creo que esto ya se lo pregunté alguna vez porque fuera de cámara o para otro reportaje gráfico, o cómo es encontrarse con esa causa en los últimos años, después de haber sido, me imagino, una lectora de las noticias que se vinculaban a ese caso, porque la mayorías de las personas se interesaba por ese caso, más una abogada penalista…

-No, te soy totalmente honesta… Cuando yo empecé en el Juzgado Penal Nº 1 de acá de Mar del Plata, en ese momento estaba en ese juzgado la causa de Monzón. Y te soy honesta, esto no habla muy bien de mí, pero yo veía a la mañana en el juzgado una causa y luego en los diarios, en las noticias, veía otra realidad. Por eso siempre descreí mucho. Y siempre pensé: “Bueno, mientras yo no lea el expediente, no opino de una causa penal”. Por eso en general cuando me han invitado en algún programa: “¿Raquel, podés venir a hablar de una causa?”. “!No!”. Terminante, porque me parece una falta de respeto si uno no ha leído un expediente, opinar de una causa. Pero vos me preguntabas concretamente si yo había seguido la causa de María Marta García Belsunce…

-Sí, de cómo es ir a leer el expediente. Usted llega al expediente mucho después de conocido el caso. Digo, ir a leer ese expediente… Me imagino que lo habrá leído todo… Debe ser muy interesante.

-Llego en en el año 2022. Es más, llego con el juicio oral ya empezado, con cinco sesiones ya hechas, cinco jornadas de juicio y con el pedido de Nicolás Pachelo de revocar los cargos de defensores de quienes en ese momento estaban llevando a cabo el juicio. Prefería hacer una transición solapada y sin darle comidillas a los medios mismos. También hacerme cargo de la defensa y pedir cada día que iba al debate la lista de testimonios del día e ir siguiendo las declaraciones previas, y empezar a empaparme de toda la causa… Una causa enorme, de 20 años exactos de proceso.

-Me imagino que habrá pedido una copia desde el primer día, desde el primer momento hasta el último, y le habrá llevado un montón de tiempo… ¿Y cómo es enterarse lo que lo que va surgiendo de la causa, que me imagino es distinto a lo que conocía?

-La experiencia del juicio es muy linda porque el juicio oral tiene eso: que uno no sabe cada día que va a suceder. Y del otro yo enfrentaba a cinco fiscales muy aguerridos y que en cada jornada venían preparados con planteos que terminaban de hacerlos y había que responderlos en el momento. Entonces es muy gozoso sentir una que pone toda la carne al asador en cuanto a la experiencia como abogado, de poder salir airoso de cada situación. Y bueno, ese juicio oral terminó con una absolución muy merecida, porque yo no tengo ninguna duda de que Nicolás es inocente. Luego vino toda la cuestión del trámite del recurso de Casación de la Fiscalía con la revocación de la absolución, y el dictado de una sentencia. Lo que se llama una sentencia integradora, compleja o con positiva final, que es directamente que la Casación asuma competencia positiva y dicte directamente una sentencia condenatoria, como fue en este caso, que nos obligó a un recurso muy particular como es el recurso de Casación horizontal para garantizar la revisión amplia de los hechos y las pruebas. Y ahí estamos, con una integración que se está conformando de una sala del Tribunal de Casación, como ya todo el resto de los jueces habían emitido opinión, se está conformando una sala con miembros de la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata. Es decir, miembros de inferior jerarquía van a revisar el fallo con el voto del doctor Mancini, que es alguien de superior jerarquía, digamos. Así que preocupante… Es preocupante. Hubiera entendido a todo evento que pretendieran la realización de un nuevo debate oral con un juicio de reenvío, pero no que asumiera competencia positiva la Cámara de Casación, cuando justamente estaba haciendo en su voto al doctor Mancini una reinterpretación de declaraciones testimoniales y ya la Cámara de Casación tiene resuelto que en esos casos, cuando se reinterpreta prueba personal de prueba, que es prueba testimonial, no pueden asumir competencia positiva, sino que a todo evento deben anular el fallo y ordenar que se haga un nuevo debate oral. Así que bueno, estamos en ese punto, vamos a ver…

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-Bueno, me decía también fuera de cámara que hoy por hoy ya de alguna manera ha retornado al fuero marplatense, gracias a la tecnología, digo, porque no podía estar presente y por eso desistía de tomar clientes, y ahora, gracias a la tecnología y a las videoconferencias…

-La pandemia, con todo lo que trajo, trajo también la tecnologización y apuró procesos que seguramente estaban ya en marcha de tecnologización del proceso electrónico, digamos. Entonces, hasta el año 2020 alguien me pedía: “Raquel, una causa en Mar del Plata”. Y yo le decía: “Te derivo a otro colega, porque no puedo obviamente asistirte allí”. Y a partir de 2020, con el proceso, con el sistema electrónico, todas las causas… Y de hecho, empezar a tomar ya las indagatorias a los detenidos por videollamada o por Zoom, o por Meet o por Jitsi, todos los sistemas y plataformas que hay, en este momento yo tengo causas en todo el país otra vez, sin necesidad de subirme a un vuelo como lo hacía en mis primeros años, que todos los días… “Raquel hay una causa en Salta”, y allá iba y me tomaba un avión y aparecía en Salta asistiendo en algún juicio.

-¿Y cómo encontró el fuero en Mar del Plata?

-En realidad aquí en Mar del Plata ustedes tienen la posibilidad de los juicios por jurados, por ejemplo, que yo en Buenos Aires sigo todavía sin haber podido atravesar la experiencia y estoy esperando poder tenerla en breve, la de un juicio por jurados. Así que lo vivo como un déficit en mi experiencia profesional. Pero aquí en Mar del Plata están con juicios por jurados permanentemente, con mucha experiencia, que realmente no dudo de que es una manera de democratizar la Justicia, y de devolver a la sociedad el sentido de participar y de intervenir en la realización de la justicia, que es fundamental este en un sistema republicano. Eso por un lado. Sí sé que por supuesto hay déficits… Que los defensores oficiales con quienes estoy muy en contacto a través de grupos de litigación adversarial, del doctor Martín Sabelli y la Escuela Latinoamericana de Defensores Penales, que siempre estoy con ellos… Hace ya muchos años. Y por eso mismo estoy en contacto con defensores oficiales de aquí y a través de Adepra también… Viven con preocupación muchas situaciones de, inclusive, cómo se llevan a cabo las Cámara Gesell. O si la defensa puede tener intervención o no en declaraciones previas… Sé que el doctor Marcelo Madina en breve iba a estar convocando en el mes de octubre también a juntarse a todos los actores del proceso para buscar soluciones. Siempre Mar del Plata fue, a través del faro universitario, del polo universitario, académicamente, siempre fue un polo muy activo. Yo eso lo destaco mucho y de hecho yo agradezco la formación que tuve aquí de profesores como Fortunato mismo, que hoy lo mencioné, o el doctor Marcelo Medina, o el doctor Favarotto, que han sido grandes profesores, y eso siento que se irradia también hacia una escuela que va quedando aquí de buen ejercicio de derecho en la ciudad de Mar del Plata.

-Y para cerrar, ¿la Justicia es independiente? ¿Tiene posibilidad de serlo?

-Bueno, es siempre un horizonte, ¿no es cierto? Y los horizontes están para caminar hacia ellos y tratar de acercarse.

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Fotos y realización audiovisual: Diego Egidio Romero.