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Deportes 4 de mayo de 2019

Peñarol vuelve a casa con la soga al cuello

Peñarol cayó ante Gimnasia de Comodoro Rivadavia.

Foto Gentileza Prensa Gimnasia de Comodoro Rivadavia.

COMODORO RIVADAVIA.- Peñarol sufrió una buena derrota, la cuarta consecutiva, esta vez a Gimnasia de Comodoro Rivadavia, por 74-64, y regresa a Mar del Plata obligado a ganar sus dos últimos compromisos para escaparle al play-offs de Permanencia de la Liga Nacional de Básquetbol. El segundo de ellos, ante Quilmes el próximo domingo, presumiblemente será decisivo para ambos.

Peñarol sorprendió a Gimnasia de movida. Con una buena defensa y mucha presencia en el juego interior. Lastimó con lanzamientos de alto porcentaje y en tres minutos sacó una máxima luz de siete puntos: 9-2.

Ese dominio “milrayitas”, sin embargo, fue fugaz. Los patagónicos, a su vez, plantaron su defensa y, aún en una espantosa noche de su tiro exterior (1/14 en triples durante la primera parte), fueron poniéndose en juego y cerraron el cuarto inicial apenas un punto abajo, 17-18.

El equipo marplatense amagó una escapada en el arranque del segundo parcial con una seguidilla de puntos de Austin, de lo mejor del equipo en la fecha inicial. Pero enseguida Gimnasia ajustó sobre el estadounidense y cada ataque pasó a ser algo así como buscar agua en el desierto. Porque, aunque lanzó mucho menos, Peñarol tampoco lastimó con envíos exteriores: apenas 1/4 en los primeros veinte minutos en envíos de tres puntos.

Los locales, también en arenas movedizas, encontraron alguna variante más por el lado de sus aleros, con los ataques al canasto de Sebastián Vega y Franco Giorgetti. Y llegaron al entretiempo arriba 33-30.

El segundo tiempo fue más de lo mismo. Un duelo entre dos equipos que hicieron bien los deberes atrás y que penaron a la hora de anotar por pocas luces y torcida puntería.

Peñarol se las ingenió para llegar en juego a los dos minutos y medio finales. Con un triple de “Juani” Marcos a falta de poco más de dos minutos y medio para el final del partido, se puso 60-62.

Sin embargo, Gimnasia, equipo habitualmente temible a la hora de lanzar a distancia, cuadró la mira en el momento justo. Dwight Lewis anotó una bandeja y, tras un ataque fallido de Peñarol, un tiro de tres puntos.

El equipo local, después de la aparición del confiable venezolano, se aclaró. A Peñarol se lo comieron los nervios y la falta de ideas. A punto tal de anotar un sólo punto en esa recta final. Así no hubo chances.