Por Sebastián Arana

El poder de gol peñarolense se estrelló contra el poder intimidador de Justin Williams. Venía de anotar más de cien por partido con facilidad. Pero se inclinó ante una máquina de saltar, tomar rebotes y barrer. Olímpico, de la mano de su pivote, ganó 85 a 81 por una nueva fecha de la Liga Nacional y engrosa su muy buen récord.
Nada de gol y gol. Peñarol, de movida, le dio más valor a la pelota. Y atacó con algunos recaudos para evitar las “barridas” del formidable Justin Williams. Por otro lado, la defensa de Olímpico, eficaz, lo puso a pensar, le hizo consumir segundos. Pero, por más tiempo que se tomó para elaborar sus ataques, al equipo local no lo acompañó la eficacia a la hora de lanzar al canasto.
Sin embargo, en su propio canasto, defendió con más atención que otras noches. En consecuencia, se armó un primer cuarto parejo, de diferencias mínimas. Las que Olímpico pudo obtener las logró a partir de una ráfaga de acierto en lanzamientos externos.
Pero le duraron poco. De las dos rotaciones, la de Peñarol fue más rendidora. El equipo local defendió perfecto en los primeros tres minutos del segundo cuarto y, con ocho puntos de la banca, estableció un parcial de 11-0 que le dio el control momentáneo de la situación.
Con Williams sentado en el banco, Sahdi, sobre todo, se animó a atacar el aro y buscar personales. El base, con 11 puntos en el parcial, lideró un pasaje de consistente producción ofensiva y Peñarol logró irse al descanso 47 a 40 al frente.
La historia cambió radicalmente en el tercer cuarto. Olímpico, con Guaita pletórico, fue el que salió enfocado y con un rápido 7-0 se puso enseguida en partido.
Peñarol entonces cometió el error de intentar recargar el juego con Feeley cerca del canasto. Y el pivote, que juega despegando poco los pies del suelo, se comió una tapa de Williams tras otra.
El poder intimidador del centro visitante llenó de desconfianza al equipo local. Y Olímpico, en cambio, atacó el aro fuerte y explotó una de las debilidades locales: la defensa de la primera línea. Para llegar hasta abajo o, sobre todo, para sacar faltas y ganarse tiros libres.
Así, paulatinamente, la visita fue tomando distancias. A su ritmo. Con la cadencia propia de la provincia que representa. Terminado el tercer parcial, ganaba 68 a 63. En dos minutos y medio del último, obtuvo una máxima de nueve (76-67). A esa altura, tenía controlado a Peñarol.
Salvo algún arrebato de Sahdi, ya nadie del local iba hacia adentro. Y Sergio Hernández optó por jugar sin pivote natural. Apostando claramente a dar un zarpazo tirando de tres puntos.
Las bombas salvadoras se hicieron desear. Pero Peñarol se las ingenió para resistir defendiendo al límite. A puro corazón. También con algún coscorrón que la dupla arbitral dejó pasar. Así lo tuvo a Olímpico cinco minutos sin anotar de cancha. Y Leo Gutiérrez, siempre más vivo, fue para adentro un par de veces, con rédito, en un pasaje de descanso de Williams para nivelarlo todo a falta de tres minutos.
Hasta el minuto final hubo chances para Peñarol, que se puso 81-79 arriba con un doble largo de Young. Pero, en la jugada siguiente, Williams tomó un rebote ofensivo y empató con un volcadón. Y, tras cartón, metió su quinta tapa de la noche para negarle una bandeja a Gutiérrez. Van Lacke, del otro lado, facturó y le dio valor a todo lo que defendió su pivote, gran figura de la noche con 10 puntos, 18 rebotes y 5 tapas. El hombre que le cerró el camino a la esperanza “milrayitas”.

Peñarol 81
J. P. Figueroa 2, N. Brussino 22, T. Brown 9, L. Gutiérrez 11 y A. Feeley 6 (FI); F. Sahdi 15, L. Massarelli 5, R. Acuña 4, A. Diez 0 y A. Young 7. DT: Sergio Hernández.

Olímpico 85
M. Stanic 12, C. Cayole 7, F. Van Lacke 7, D. Guaita 17 y J. Williams 10 (FI); M. Cosolito 12, E. Cantarutti 8, D. Phillip 10 y M. Corzo 2. DT: Fernando Duró.

Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”.
Arbitros: Daniel Rodrigo-Oscar Martinetto.
Parciales: 18-23, 47-40 y 63-68.