Por Sebastián Arana

Peñarol sufrió una derrota inesperada y retrocedió varios casilleros. Se permitió demasiadas distracciones defensivas y dejó volar demasiado alto a un La Unión de Formosa que venía de punto e hizo saltar la banca. Fue triunfo formoseño por 94-91 en una nueva jornada de Liga Nacional de Básquet.

La confianza mata al hombre, decían los viejos. Al equipo marplatense no le hizo bien. Los formoseños ratificaron sus antecedentes de visitante peligroso y le pusieron el partido incómodo de movida. Peñarol pareció no notar el peligro. Creyó que en cualquier momento lo iba a encarrilar, pero dejó pasar el tiempo sin ponerse firme en defensa. Y esa liviandad lo condenó a sufrir. Y, en definitiva, a perder.

La Unión, si bien endeble en defensa, se reveló como un equipo ágil y anotador. Y no perdonó las muchas distracciones defensivas de Peñarol. Aprovechó cada retroceso lento a defensa, cada despiste en la defensa del pick and roll y cada inconveniente de coordinación. Hizo muchos puntos fáciles, demasiados. Desde el comienzo del partido, y sobre todo en el segundo cuarto.

El elenco de Laginestra, así, casi siempre corrió de atrás. Logró pasar al frente de modo efímero en el primer cuarto cuando Andújar asistió tres veces seguidas a Kramer en las mejores coordinaciones de toda la noche. No fueron tantas. La Unión, con una gran conducción de Jeremías Sandrini (15 asistencias), siempre fue el más claro de los dos.

Sin poder correr, aún resolviendo individualmente gran parte de sus ataques, Peñarol logró reaccionar cada vez que el conjunto formoseño amagó escaparse en el marcador. Mucho que ver tuvo Thornton, con su orgullo y jerarquía, quien se hizo cargo de varios momentos complicados. También Víctor Fernández, certero con el aro como en sus mejores momentos.

Dio la sensación que esa facilidad para anotar, sin embargo, fue contraproducente. Mientras convertía sin demasiadas dificultades, siguió sin tapar las filtraciones de su defensa. Y así dejó crecer de manera alarmante a Rodríguez Ortega, a Owens, a Romario Roque, al pibe Mateo Pérez…

Cuando Peñarol se dio cuenta, ya en el segundo tiempo y sobre todo en el cuarto final, estaba metido en un gran lío. Abajo en el marcador, con poco tiempo, y con todas las obligaciones encima. La presión le restó claridad y sólo quedó Thornton.

Del otro lado, La Unión absorbió el empuje local y siempre tuvo una neurona más. Y Sandrini en el cierre le allanó el terreno a Rodrigo Sánchez para tiros fáciles y decisivos que propiciaron otro triunfo en la ruta que estaba en los planes de pocos.

Síntesis

Peñarol 91

L. Andújar 4 (x), M. Thomas 7, L. González 14, A. Thornton 30 y K. Kramer 11 (FI); D. Pineda 5, V. Fernández 15, F. Marín 5 y F. Tolosa 0. DT: Hernán Laginestra.

La Unión (Formosa) 94

J. Sandrini 7, R. Roque 13, R. Ferguson 8, R. Sánchez 14 y D. Owens 16 (FI); M. Rodríguez Ortega 18, M. Pérez 15, N. Franco 0 y F. Harina Martini 3. DT: José Luis Pisani.

Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”.
Árbitros: Fabricio Vito, Alejandro Trías y Franco Anselmo.
Parciales: 20-19, 48-50 y 64-69.