Por Marcelo Solari

Un flojo tercer cuarto fue, en definitiva, el handicap que otorgó este miércoles Peñarol y que le costó perder ante Ferro Carril Oeste, por 89 a 80, en el Polideportivo “Islas Malvinas”, por una nueva jornada de la Liga Nacional de Básquetbol.

Los dos partidos de ausencia por lesión parecieron inyectarle unas ganas adicionales de ayudar a su equipo a Federico Marín (23, 4 rebotes y 4 asistencias). El alero fue gran protagonista de buena parte del cuarto inicial, y por momentos sostuvo un mano a mano excluyente con Eduardo Vasirani (27 puntos y 7 rebotes), quien aportaba casi con exclusividad el caudal de gol de Ferro.

El “Pájaro” sumaba en todos los rubros, en tanto el pivote de Ferro era un problema indescifrable. Sus posteos de espaldas al canasto terminaban invariablemente en gol, anotando incluso cuando llegaba la ayuda defensiva.

Peñarol tomó una leve ventaja al llegar al primer descanso corto porque Al Thornton, con su lectura de juego y un aporte consistente, fue el lugarteniente que Ferro a esa altura no tenía.

Sin embargo, los de Caballito respondieron con más variantes. La segunda unidad le dio algo más de resultados al “Verde”, Tomás Monacchi llegó a su tercera falta personal muy rápido en el segundo cuarto, y a partir de allí, una sucesión de errores propició contraataques que la visita supo resolver muy bien y se acercó a 33-30, obligando a un “minuto” de Leandro Ramella.

Marín ya estaba más controlado por la defensa adversaria, pero aún así su importancia fue clave, como cuando le recordó alguna regla defensiva en plena cancha a Tevin Glass, mientras sus compañeros ya recibían indicaciones en un “tiempo muerto”.

Y si bien el ingreso de Phillip Lockett resultó muy útil, también la presencia de Marco Luchi le otorgó una mejor prestación defensiva a los de Caballito aunque, claro, ofensivamente no estuvo a la altura de Vasirani, quien retornó para el tramo final del primer tiempo sin volver a gravitar.

De todas maneras, cuando regresaron para el segundo tiempo, el contrapunto entre Marín y Vasirani se mantuvo. Solo que fue Ferro el que supo rodear mejor a su anotador más confiable. Y por eso, además de pasar al frente por primera vez al inicio del tercer cuarto, también supo cosechar su máxima ventaja (55-61), a 4m06s.

Y lo que en principio parecía una llamada de atención, un rato más tarde encendió las alarmas, porque a 1m12s de concluir el tercer cuarto, Ferro estableció la máxima de la noche para cualquiera de los dos hasta ese momento: 10 puntos (56-66).
En el segmento decisivo, no se avizoraba un horizonte diáfano más allá del temporal para el local. Con problemas para asegurar el rebote y escasas prestaciones defensivas, el panorama era oscuro. Y para peor, se quedó sin gol.

Por momentos, cada rompimiento por el eje se transformaba en puntos para Ferro, que fue más inteligente y tomó mejores decisiones. Un triple más libre adicional de Bruno Sansimoni y luego un robo y contraataque resultó por Tevin Glass arrojaron algo de suspenso a la definición (74-80). Pero hasta ahí llegó. Ferro fue más práctico y certero en el cierre y así aumentó su casillero de victorias en el torneo.