Peñarol perdió algo más que un partido
Cayó de local ante Platense en una noche incomprensible. Ganaba 50-34 promediando el tercer cuarto. Sin embargo, se desdibujó completamente y terminó sometido por un rival voluntarioso. Adiós a la imbatibilidad en casa.
Por Sebastián Arana
Peñarol, que parecía tenerlo todo bajo control en el tercer cuarto, lo hizo todo mal en los últimos 15 minutos y cayó 74-67 ante un modesto Platense por la Liga Nacional de Básquetbol.
Como en el duelo de Obras de hace una semana, el elenco “milrayitas” no logró explotar del todo sus momentos del partido. Después de un primer cuarto equilibrado, signado por el intercambio frenético de ataques con lanzamientos tomados a la primera oportunidad, con los mejores jugadores de Platense sentados en el banco de relevos, el equipo local jugó una serie de ofensivas inteligentes para que defina Santiago Vaulet por la puerta de atrás.
El perimetral cordobés, que anotó todos sus tiros de cancha (7/7 dobles, más 3/5 libres) en la primera mitad, fue desequilibrante en la primera mitad del segundo parcial y Peñarol sacó una máxima luz de 32-21.
Sin embargo, no la pudo sostener. En primer lugar, el regreso de Montero y Diez a la cancha le dio otra consistencia al conjunto “calamar”. Por otro lado, el traslado local se volvió turbulento. Y, por último, Thomas tuvo uno de esos partidos en los que juega para los costados y no gravitó en absoluto. En consecuencia, Platense terminó la primera parte en juego, apenas 32-35 abajo.
En la primera mitad del tercer parcial, parecida película. Peñarol fue dominante a partir de una defensa que permitió apenas 2 puntos en cinco minutos. Y lastimó con su contraataque, iniciado -gracias a su picardía para acercarse a su marcado por la espalda para tocarle la pelota- y terminado por Belardo, autor de nueve puntos en el parcial. Así se situó 50-34 a falta de cinco minutos.
Pero Belardo salió un rato, el equipo perdió chispa y, con poco, aun sin el dominicano Montero, Platense se las ingenió para volver a arrimar e ingresar al cuarto final perdiendo por nueve puntos (46-55). Un poco lejos, pero todavía vivo.
Tan vivo estaba el elenco visitante que impuso condiciones en el inicio final con la fortaleza defensiva del venezolano Ruiz y lastimó una y otra vez con su contraataque.
A esa altura, con Thomas controlado por Ruiz y Tabarez errático, confundido por la defensa zonal del rival, Peñarol dependía de los aciertos de Belardo y Vaulet. Pero no eran muchos.
Con Saglietti y Diez a pleno, Platense se afirmó en el control del partido y, a falta de dos minutos, ya ganaba 70-65. No hubo retorno para un equipo que al final pareció contagiado por la apatía de Thomas, en teoría, su jugador-franquicia. Y que terminó entregado a una derrota penosa.