Por Sebastián Arana

Peñarol, después de un arranque en falso, hizo un gran esfuerzo defensivo y complicó a Boca durante buena parte del partido. Sin embargo, no pudo sacarle mejor provecho a sus buenos momentos y terminó inclinándose en el cuarto final ante el poderío de la defensa y la eficacia de los lanzadores a distancia del campeón. Así cayó 72-64 por una nueva fecha de la Liga Nacional y perdió posiciones en la pelea del sector central de la tabla.

El espectáculo tuvo el atractivo de los vaivenes y de la paridad. No siempre bien jugado, pero intenso de cabo a rabo. Con una gran porción del primer cuarto muy favorable a Boca, sus variantes y su capacidad atlética. El campeón salió decidido a machacar sobre los puntos flojos de la defensa peñarolense. Puso el balón adentro, atacó a Thornton y a Thomas. Pero, además, defendió muy duro y obligó repetidamente a tomar malos tiros a los de Hernán Laginestra. A falta de tres minutos, ganaba 18-7 y daba la sensación de que impondría su ley toda la noche.

Sin embargo, se encontró con una reacción. Tímida en el primer cuarto, más importante en el segundo. Laginestra comenzó a encontrar las respuestas defensivas deseadas a partir de mover la banca. La primera “penitencia” fue para Thomas y Thornton. Todos entendieron el mensaje. A partir de entonces, Peñarol mejoró tanto su defensa que en los siguientes doce minutos apenas encajó nueve puntos. Con mejores ayudas, con más despliegue y, sobre todo, con mejor actitud.

El equipo local hizo pie antes del final del primer cuarto (un triple de Thomas en la cara de Cooper dejó la desventaja en amables siete puntos), niveló en el arranque del segundo y luego pasó al frente. Porque fue muy inteligente para aprovechar las escasas oportunidades de tiros limpios que permitió la defensa de Boca: corrió cuando pudo y descansó en la puntería de Fernández, quien entró muy bien al partido. No se llevó más luz al entretiempo (apenas 33-32) porque defeccionó en el minuto final.

El primer cuarto fue de Boca, el segundo de Peñarol. El tercero, en cambio, fue parejísimo. Ya con muy pocas distracciones defensivas. Con importancia creciente de los tiros libres porque ninguno escatimó el roce, el contacto físico y bajar la mano. Lo leyó bien Thornton para que el equipo local tome una “ventajita”, lo entendió también Ibargüen para que el campeón nivelara enseguida. Peñarol, en ese contexto, mantuvo una luz mínima, pero la pulseada llegó totalmente indecisa al cuarto final.

Ahí Boca, con cuatro minutos perfectos, llevó la partida a un jaque mate. Repitió, más bien mejoró, lo del primer cuarto. No permitió un solo tiro cómodo, ni tampoco un solo contraataque. Peñarol, bloqueado, no anotó en ese lapso.

Lo peor para sus pretensiones de ganar el partido fue que Scala no lo perdonó cada vez que pudo lanzar limpio en el perímetro. Así el equipo visitante estampó un parcial de 10-0 y se apoderó de las riendas justo antes de ingresar a la recta final.

No hubo vuelta atrás para Peñarol. Lo intentó con más esfuerzo que claridad y llegó a situarse 62-67 antes de los tres minutos finales. Pero una nueva “bomba” de Giorgetti definió el duelo.

Síntesis

Peñarol 64

L. Andújar 5, M. Thomas 8, L. González 7, A. Thornton 16 y R. Acuña 8 (FI); V. Fernández 11, D. Pineda 5, N. Chiaraviglio 2, K. Kramer 0 y F. Tolosa 2. DT: Hernán Laginestra.

Boca 72

S. Scala 18, M. Cuello 10, S. Vega 10, F. Giorgetti 8 y M. Delía 6 (FI); F. Piñero 5, A. Ibargüen 6, J. M. Guerrero 2 y T. Cooper 7. DT: Gonzalo Pérez.

Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”.
Árbitros: Alejandro Chiti, Juan Fernández y Emanuel Sánchez.
Parciales: 14-21, 33-32 y 55-52.