CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Cultura 16 de febrero de 2025

Pedro Saborido: “El amor está en todos lados”

En el ciclo Verano Planeta, Pedro Saborido presentó su último libro, "Una historia del amor", el lunes 10 de febrero. Antes de eso, en una conversación con LA CAPITAL, dejó algunos conceptos sobre su método creativo, la creación de personajes, el peronismo y la actualidad política, entre otros temas.

"Esto va a pasar, como pasa todo", dijo Saborido en relación al actual gobierno.

Por Dante Galdona

El multifacético Pedro Saborido se presentó en Mar del Plata dentro de una de las charlas de febrero que la editorial Planeta organiza todos los veranos. Su último libro, “Una historia del amor”, se publicó con gran éxito en 2024, y es parte de la serie de historias que Saborido cuenta con su humor sagaz, delirante, absurdo y prolífico.

Para esta nota con LA CAPITAL, llega con su clásica campera de jean, sus lentes estilo Lennon y su gorra de The Who, de quien es fanático gracias a sus hijos Dante y Sofía.

Revisa la biblioteca de la sala que nos asignaron, parece no encontrar nada de su interés hasta que abre una puerta de un mueble y saca un libro que todavía tiene su filme protector: un libro en latencia, que nunca fue leído. Lo mirá un rato largo mientras lo da vuelta. La sospecha es que esa situación, un tanto absurda o paradójica, le dispara en su mente alguna ocurrencia, quizá para algún personaje o para algún cuento. Con Pedro Saborido nunca se sabe si su genio creador va a tomar el mando de la situación y disparar alguna ocasión hilarante o lúcida, o ambas. 

La ausencia de interrupción parece no molestarle, no está apurado, se siente cómodo. Luego de un rato sugiere empezar con la entrevista.

Una nota dinámica, que se va transformando en una conversación cuando pone los pies sobre la mesa y moja las galletitas de cortesía en el café con leche que le acaban de traer. En el transcurso, pregunta mucho, con interés genuino en el interlocutor, por la ciudad, por los gustos musicales. Responde preguntas, pero también hace algo mejor: construye una conversación.

Una historia del amor
-¿Estuviste recorriendo Mar del Plata?

-Sí, tengo un par de amigos acá. No recorrí mucho esta vez todavía. No fui al centro ni nada. Pero recorrí más yendo a hacer las notas que otra cosa.

-¿Cómo viste la ciudad?

-Para mí no hay una sola Mar de Plata y la verdad es que la Mar del Plata que no es la del turista no la ves, salvo que un día te vayas por Luro al fondo o Champagnat o te vas para el lado de Miramar, no tengo tantas Mar del Plata en la cabeza. Me parece una ciudad tan rara, tan hermosa por un lado y por el otro lado tan grande, es como un pueblo pero con tamaño metrópoli. Me gustaría saber la diferencia entre la capacidad habitacional y la cantidad de gente que vive. O sea, ¿cuánta gente hay en en verano? ¿Cuánto crece?

-Muchísimo, un cincuenta por ciento más de gente, aproximadamente.

-¿Y cuánta gente hay en Mar de Plata?

-Unos 650.000 habitantes. Y hay mucha unidad habitacional vacía durante el año que es de turistas.

-¿Y eso vos lo sentís? ¿Sentiste la “fantasmidad” alguna vez? Porque yo sí.


“¿Puede haber amor en una casa de repuestos en la calle Luro? Sí, debe haber gente que ama eso. Y voy a ponerme a escribir a alguien que tiene en la avenida Luro una casa de repuestos y ama su trabajo. O ama los Fiat Duna”.


-Sí, claro. Hay edificios que en invierno están casi vacíos, viven muy pocas personas, edificios que de hecho se construyeron sin obras de gas porque eran departamentos de veraneo. Te llevo al libro: ¿cómo es el método Saborido para escribir y no aburrir a pesar de que en todos es el mismo esquema?

-No sé si no aburro. El método es meterse. A mí elegir un tema me ordena. Bueno, podría escribir un tema por cuento. ¿Por qué un libro? Quizás por Peter Capusotto, con Diego descubrimos que elegir un tema, lejos de encerrarnos era al revés, nos permitía avanzar, era como una decisión y es como que profundizás un tema, te concentra.

-¿Y eso lo vas llevando durante un tiempo en la cabeza?

-Y la cabeza empieza a pensar, voy viendo, voy charlando de la vida con la gente, con mis amigos, con Marlene, mi esposa, con mis hijos. Y en un momento tenés que empezar a escribir. Y cuando empezaste a escribir también pasa que te das cuenta del problema de cómo vas a relacionar ese tema a la historia que se te está ocurriendo. Y ahí está lo más interesante, descubrir que el tema que elegís está en todo. Lo podés encontrar en cualquier lugar. No sé si es que lo llevás, sino que te das cuenta que si no está relacionado, simplemente en una curva hay algo de ese tema, se puede. Son temas que transversalizan, están en todos lados, el amor está en todos lados. Y si no está es la ausencia del mismo. Es decir, ¿puede haber amor en una casa de repuestos en la calle Luro? Sí, debe haber gente que ama eso. Y voy a ponerme a escribir a alguien que tiene en la avenida Luro una casa de repuestos y ama su trabajo. O ama los Fiat Duna.

-O la insignia del Fiat Duna modelo 1989…

-Exactamente, y no la encuentra. Quisiera tenerla y entonces se da cuenta de que hace veinte años que está esperando eso… y ahí te vas a la mierda.

Pedro Saborido durante la charla con Nino Ramella en el ciclo Verano Planeta.

Pedro Saborido durante la charla con Nino Ramella en el ciclo Verano Planeta.

-¿Es un esquema de trabajo pensado o vos tenés el delirio, la epifanía, y la volcás? ¿La escribís después o te agarra mientras estás trabajando?

-No hay una forma, hay veces que una idea se me ocurre y me la pongo a escribir y es muy difícil que salga tal cual. Generalmente lo que me pasa es que empiezo a escribir en un momento o a terminarlo y se termina, y a veces el cuento lleva lo que se tarda en escribir y a veces estás dos semanas dando vueltas y no lo terminás de armar nunca. Pero el método sería ir a buscar el objetivo como sea. Hay que terminarlo. Y para eso están buenos los plazos, los sistemas de compromiso. Eso me ayuda mucho a escribir.
Tener horarios, el límite. Hay tipos que no, que por suerte tienen otra forma, escriben cuando tienen ganas, cuando se les ocurre. Yo necesito que me digas “el viernes tenés que entregar”. Me ayuda. No sé si teniendo más tiempo…, pero ¿teniendo más tiempo podrías escribir mejor? Sí, pero también teniendo un límite lo escribo. O sea, puede ser mejor si le das más tiempo. Ahora, en el caso de que yo no le ponga un momento, ni siquiera lo escribiría, es decir, ni siquiera estaría en ciernes de ser algo perfectible, porque no tendría nada. Decía Fellini que él no creía en la libertad del artista, porque decía que si a él no le pusieran una fecha para terminar las películas, la seguiría arreglando y arreglando. En cambio, siempre tenía un productor que le aparecía y decía: “Mirá, hay que estrenar, hay gente que puso plata en esto”.

-Básicamente también lo que decía Borges que la única forma de dejar de corregir un texto era publicarlo.

-Y hay algo de eso. Igual ni me comparo, estoy lejos de Fellini y de Borges, simplemente la idea de que cuando laburás es un poco así. Es “hay que hacerlo”. También porque vengo de trabajar en medios, en radio y en televisión donde hay plazos. Hay que terminar el jueves. Y hay que hacerlo. Y entonces hacés lo mejor que podés. ¿Podría ser mejor? Quizás sí. Con más tiempo quizá sí, pero tenías hasta el miércoles. Lo tenías que hacer y ya. Y a veces te sale mejor y a veces te sale peor.


“¿Dejo que me guste algo porque no les gustó a los demás o me tiene que gustar algo porque les gustó a los demás? Es un tema también. El mejor momento es cuando algo que te gusta a vos y les gusta a los demás”.


-Recuerdo siempre un personaje de Peter Capusotto que es Jorge Meconio. ¿Cómo hacen con los personajes, primero está el nombre y después lo construyen o viceversa? Te lo pregunto porque la palabra meconio tiene toda la pinta de apellido pero a su vez es la primera mierda del bebé. Jorge Meconio no solo es una mierda, sino la primera de todas.

-Sí. Además es una palabra muy poco conocida. Es tu primera mierda y no es famosa como nombre.
Y es como una mierda básica, ¿no? Como algo que no podés terminar de entender si es caca o no, porque es lo primero que sale ahí del bebé. Y entonces ahí el nombre terminó de modelar al personaje. Pero el personaje ya estaba. Es un tipo que recomienda ser un hijo de puta en la vida porque ser un hijo de puta da más ventajas que no serlo. No tener culpa.

-¿Con todos los personajes es así?

-No, no hay forma, no hay método, de la misma manera que no hay un método para hacer los cuentos, no hay un método para hacer los personajes. Es simplemente buscar, buscar un momento, es como que en un momento tenés que hacerlo. Es como si dijeras tenés que comer. ¿Comés lo mismo siempre? No, no comés siempre lo mismo.
Y los personajes tienen que salir, no esperás a que salgan, tienen que salir. Por eso hay personajes que son malos y personajes que son buenos. Ahora, nada indica que cuando hagas algo, lo que se te ocurra sea bueno. También aparece el personaje malo. Lo que sí nosotros con Diego, o yo solo, lo que hago es tener un objetivo y tratar de que eso cumpla determinadas características, que tenga una originalidad, que sea gracioso, que tenga un montón de componentes. Después puede fallar, eso también pasa. Y ahí el tema es: “¿dejo que me guste algo porque no les gustó a los demás o me tiene que gustar algo porque les gustó a los demás?”. Es un tema también. El mejor momento es cuando algo te gusta a vos y les gusta a los demás. Pero lo otro también es un tema porque te hace empezar a pensar “para qué lo escribo”, como que esto no deja de ser una especie de comercio o de interacción con otro, vos hacés también lo que le gusta al otro. Esto no quiere decir que vas a hacer todo lo que les guste a los demás.

_DSC3953

Pedro Saborido sigue con la idea de interactuar y no solo responder y en medio de su palabras pregunta “¿Vos tenés chicos?”. La respuesta afirmativa no hizo falta porque vio el brillo en los ojos de un padre embobado hace casi diez años, y continuó: “Vos hacés lo que le gusta a ella, no lo que te gusta hacer a vos. Y a veces hacés lo que te gusta a vos, y cuando algo que querés hacer vos también le gusta a ella es maravilloso”, coincidimos.
“Ahora, cuando hacés nada más lo que te gusta vos y la piba dice: ‘Yo me aburro, papá’, y vos ‘sí, pero está bueno que mires esto porque…’

-Me pasa con la música.

-Claro. Yo a mi hijo Dante de chico le mostraba el Rock and Roll Circus para que mire a Jetro Tull. Bueno, terminó siendo fanático de The Who. Algo quedó ahí, pero no exactamente lo que yo le mostré. Está bien. Y él me hizo después fanático de The Who a mí, porque a mí me gustaban pero no les daba tanta bola. Me hice fan de The Who de grande, por Dante y por Sofía, por mis hijos. Porque dije: “A ver qué están escuchando, qué están escuchando ellos que yo no escuché”. Y eso también es amor. Vos lo que le querés dar es amor, es por amor”.

-¿Cómo no va a ser amor mostrarle lo que a uno lo emociona?

-Claro. Alguien te puede decir “¿cómo le hacés escuchar a tus hijos lo que querés vos que escuchen? Después escucharán cosas en otro lado y elegirán también sus cosas. Pero vos lo estás haciendo por amor, no por una imposición fascista. Ahora que el amor en un momento se vuelva también una imposición… y sí, una de las deformaciones del amor puede ser la imposición, el control, lo transaccional, el intentar adueñarse del otro, el tomar al otro como una propiedad. Eso también es un peligro del amor.


“El peronismo se está ordenando, es como un Chevalier que no sabe muy bien todavía a dónde va. Los Chevalier dicen “salimos de acá pero no sabemos a dónde llegamos”. Por ahí va a Santa Clara de Mar, por ahí va a Miramar, pero no dice “Miramar”, dice “en una de esas vamos”, entonces claro que es difícil subirse a un bondi que no sabés a dónde va”.


-En política, ¿cómo ves las cosas a nivel nacional?

-Supongo que pasará. El problema es todo lo que va a dejar, el tendal que va a dejar después de que pase. Pero va a pasar. Como pasa todo.

-¿Dentro de tres años o de siete?

-No lo sé. Eso no lo voy a decidir yo, lo va a decidir la gente, la sociedad. En realidad un 15% o un 20% va a decidir. Hay gente que va a seguir apoyando esto pase lo que pase, hay gente que va a estar en contra pase lo que pase. Ese 20% fluctuante es el que va a decidir las cosas.

-¿A nivel sociedad vos ves algún tipo de decadencia ya muy notable?

-Yo creo que hay avances y decadencias, pero no puedo decir que es decadente porque está pasando por un momento que no me agrada a mí. Es como decir: “ay, la música está decayendo porque no es la que escucho yo”. Bueno, no es la que escucho yo, ¿qué se yo? Un grupo de reggaeton, me parece bárbaro que exista. Ahora, a mí no me gusta, pero tampoco voy a decir que es mala porque no me gusta a mí. Tampoco me gusta Luis Miguel, pero debe ser muy bueno, evidentemente a un montón de gente le gusta, a mí no me gusta. Afinado es, ¿no?

-Sí, canta muy bien.

-Por eso digo que una licuadora está bien hecha, tampoco me voy a poner a escuchar una licuadora porque está bien hecha. De ahí a decir que todo es decadente… Creo que también hay una fantasía donde vos suponés que por un momento todo va a ser como vos suponés y que se va a congelar el momento, que tu presente va a ser para siempre. Ni los buenos ni los malos momentos son para siempre, así que todo esto va a pasar. De nuevo te digo que el tema es amortiguar la cantidad que se pueda del daño que pueda ocasionar.

-¿Y ahí lo ves al peronismo o te está preocupando el peronismo?

-El peronismo se está ordenando, es como un Chevalier que no sabe muy bien todavía a dónde va. Los Chevalier dicen “salimos de acá pero no sabemos a dónde llegamos”. Por ahí va a Santa Clara de Mar, por ahí va a Miramar, pero no dice “Miramar”, dice “en una de esas vamos”, entonces claro que es difícil subirse un bondi que no sabes a dónde va. Pero en algún momento se va a definir como cualquier cosa, después de una derrota hay un desorden. Las derrotas son como borracheras, son resacosas. No me gusta usar el término enfermo, quiero usar uno mejor, pero la derrota no deja de ser como un momento enfermo. Y necesitás rehabilitarte, necesitás salir de a poco, tomar confianza de vuelta. Es como si te echaran de un laburo o te separaras. Todas esas cosas que son como un momento donde todo lo que suponés es que hiciste todo mal. También hay otros que piensan y que quisieron elegir otra cosa. Y hoy se ven más problemas entre ellos que con el peronismo. Están en medio de una interna tremenda. Y al peronismo ni lo toman en cuenta. Pero creo que el peronismo está pasando por un momento en el que se va a rearmar.

***

El próximo encuentro de Verano Planeta será este lunes 17 de febrero a las 21 en el Hotel Costa Galana (Av. Patricio Peralta Ramos 5725) con la participación de la periodista y escritora Mariana Abiuso, quien conversará con Nino Ramella sobre su novela “Gelatina libre”. El acceso es libre y gratuito, hasta llenar la capacidad de la sala.