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El País 12 de diciembre de 2020

Partió a Moscú la comitiva oficial para ultimar detalles de vacuna Sputnik V

La secretaria de Acceso a la Salud, Carlos Vizzotti encabeza el grupo.

Una comitiva oficial encabezada por la secretaria de Acceso a la Salud, Carlos Vizzotti, y la asesora presidencial Cecilia Nicolini, con técnicos de la Anmat -organismo que debe aprobar las vacunas para su uso en el país- partió a Moscú para ultimar los detalles del envío de la Sputnik V contra el coronavirus, tras la firma del acuerdo por el arribo de dosis para inmunizar a 10 millones de argentinos hasta febrero.

El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, explicó esta mañana que “si la vacuna llega en diciembre se manda directamente a los centros de vacunación” y, en ese marco dijo que el Gobierno tiene “buenas expectativas, por eso viajaron técnicos de la Anmat (a Rusia), que van a revisar la documentación y despejar cualquier tipo de duda que surja”.

“Pensemos que la Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) tiene un prestigio internacional similar a los organismos similares de EEUU o del Reino Unido”, remarcó en declaraciones a radio Mitre Cafiero, y puntualizó que “en esto es esencial confiar en la calidad” de ese organismo “para poder definir cuáles son las vacunas para los argentinos, (ya que) lo ha hecho durante años con mucho éxito”.

Con respecto al inicio de la vacunación masiva en el país, sostuvo que “apenas toque suelo argentino” la Sputnik V se empezará a distribuir y aplicar y explicó que el contrato firmado con Rusia “tiene tres fechas de entrega: una más pequeña en diciembre, una en enero y otra en febrero. Eso es lo que hemos firmado, y depende de que el envío llegue este mes”.

El Gobierno firmó el pasado miércoles el acuerdo con Rusa por la vacuna Sputnik V que posibilitará inmunizar a 10 millones de personas desde antes de fin de año hasta febrero, según anunció el presidente Alberto Fernández en una conferencia de prensa al día siguiente.

“Vamos a poder contar con las dosis suficientes para poder vacunar entre enero y febrero a 10 millones de argentinos y argentinas”, dijo Fernández, y detalló que está prevista la vacunación de 300 mil personas antes de que termine el año, a lo que se sumarán 5 millones en enero y otros 5 millones en febrero.

El mandatario apuntó también que “el contrato tiene una preferencia en favor de Argentina para poder acceder a las dosis necesarias para vacunar a 5 millones de personas más durante el mes de marzo” y aclaró: “Hicimos esta prevención por si el resto de las vacunas con las que también tenemos contratos atrasan su llegada al país”.

En tanto, la Anmat informó en un comunicado que “el día sábado funcionarios de esta agencia viajarán a la Federación Rusa con el objeto de visitar las plantas del Instituto Gamaleya, desarrollador de la vacuna Sputnik V, y de Generium que forma parte del proceso productivo de la misma”.

“Durante la visita, que se llevará a cabo de lunes a viernes de la próxima semana, se realizará la verificación técnica de los establecimientos y los procesos de fabricación utilizados en los productos”, agregó el texto de Anmat, que destacó “el fortalecimiento de las relaciones bilaterales que se vienen entablando con la Federación Rusa en las áreas de calidad, eficacia y seguridad de los medicamentos”.

La Sputnik V tuvo una eficacia superior al 95% a los 21 días de la segunda dosis en la prevención de la infección por coronavirus, según resultados preliminares de sus estudios de fase 3.

Se trata de una vacuna que utiliza una plataforma (o tecnología) llamada de “vectores no replicantes”. Los vectores son virus que se modifican genéticamente para que no tengan capacidad de reproducirse en el organismo (y por tanto inocuos) y se usan para transportar material genético del virus del que se quiere inmunizar.

En este caso, la Sputnik V usa adenovirus humano como vector y, a diferencia de otras candidatas, utiliza dos adenovirus (uno diferente en cada dosis) para provocar una mayor y más duradera respuesta en el sistema inmunológico.  A esos adenovirus se le “agrega” una parte de la proteína espiga (o spike) que pertenece al coronavirus.

“Los vectores de adenovirus son virus modificados genéticamente de la gripe común que no pueden reproducirse en un cuerpo humano. Cuando se usa la vacuna Sputnik V, el coronavirus en sí no ingresa al cuerpo ya que la vacuna solo contiene información genética sobre parte de su capa de proteína externa (la proteína espiga)”, explicaron sus desarrolladores.   Y describieron que “esto elimina por completo la posibilidad de infectarse como resultado de la vacunación y al mismo tiempo provoca la respuesta inmune estable del cuerpo”.

El 11 de agosto, la Sputnik V fue registrada por el Ministerio de Salud de Rusia y en septiembre la vacuna se administró por primera vez a un grupo de voluntarios de las “zonas rojas” de los hospitales de ese país.

El 4 de septiembre, la revista The Lancet publicó un artículo de investigación sobre los resultados de los ensayos clínicos de fase I y fase II de la vacuna que no mostró eventos adversos graves y una respuesta inmune efectiva de los vacunados.

En tanto, el pasado 24 de noviembre, el Centro Gamaleya y el RDIF (Fondo de Inversión Rusa) anunciaron los resultados positivos del segundo análisis de datos provisionales de los ensayos clínicos de fase 3, doble ciego, aleatorizados y controlados con placebo, que arrojaron una eficacia de 91,4% siete días después de la segunda dosis y por encima del 95% a 21 días de la segunda dosis cuando los voluntarios formaron una respuesta inmune estable.

Una ventaja de la Sputnik V sobre otras candidatas es que la forma liofilizada (seca) de la vacuna se puede almacenar a una temperatura de +2 a +8 grados Celsius, lo que hace más sencilla la logística para su traslado y almacenamiento.

Los suministros de vacunas para el mercado mundial serán producidos por los socios internacionales de RDIF en India, Brasil, China, Corea del Sur y otros países.

Además de con Rusia, el Gobierno argentino firmó contratos para la adquisición de vacunas contra el coronavirus con la farmacéutica AstraZeneca y Covax (mecanismo de compra colectiva impulsado por la Organización Mundial de la Salud -OMS-), por el que llegarían 9 millones de dosis a fines de febrero, y mantiene negociaciones con Pfizer, Sinopharma, Sinovac y Janssen.



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