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Deportes 29 de septiembre de 2020

“Para estar al máximo nivel hay que estar al 100% y ya no puedo”

Francisco Nievas le puso fin a una gran carrera deportiva. El karateca marplatense, medalla de oro en Río 2007, decidió el retiro a causa de serias lesiones en sus dos rodillas. Tras la última operación, dijo basta. “El karate deportivo evolucionó muy rápido y un año sin competir es demasiado tiempo”, explicó.

La acción del karate deportivo terminó para Francisco Nievas. “Me siento orgulloso de mi carrera”, sostiene el ex medallista panamericano.

 

Por Sebastián Arana

 

Con 20 años, en 2007, estuvo en boca de todos. Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, toda la atención de la prensa deportiva nacional, una medalla de oro que tuvo una gran repercusión. Las luces se posaron entonces sobre el karateca marplatense Francisco Nievas, hasta ese momento poco menos que un desconocido para el gran público.

Ese momento, como él reconoce, le cambió la vida. Su carrera deportiva, sin embargo, luego continuó lejos de las luces, pese a que las convocatorias a la Selección, los torneos internacionales y las medallas continuaron llegando.

Pero todo tiene un final. Para Francisco llegó antes de lo previsto la hora de pasar más tiempo con Jessica -“mi novia de toda la vida, la que me bancó siempre, mucho antes de 2007”- y los pequeños Noah (5) y Milo (3).

Las lesiones se ensañaron con él. Primero, la rotura de los ligamentos cruzados de la rodilla derecha. Pudo regresar tras una prolongada inactividad y competir un año más.

Hasta que dijeron basta los cruzados de la otra rodilla, la izquierda. “Eso fue el año pasado -cuenta Nievas-, volví a operarme y mientras me recuperaba decidí retirarme. El karate deportivo evolucionó muy rápido y un año sin competir es demasiado tiempo. Yo ya me había roto los cruzados de la rodilla derecha y me costó mucho volver. Si bien lo hice progresivamente, me vi atrás. Me rehabilité nueve meses, regresé a la competencia internacional, pero era consciente de que daba ventajas. Y el nuestro es ya un deporte olímpico”.

Los años finales, plagados de infortunios, de alguna manera, no hacen otra cosa que realzar la estatura de este pequeño gigante del deporte marplatense. “Me costó mucho regresar después de romperme los cruzados de la rodilla derecha. Volví a competir en el circuito nacional para que vuelvan a tenerme en cuenta para la selección. En la final del último clasificatorio, me percaté de que se había roto el injerto, los técnicos no se habían dado cuenta. Eso fue a fines de 2017. En enero de 2018 me llegó la citación para sumarme a una preparación de tres meses con la Selección en Europa para afrontar toda la competencia internacional del año. Evaluamos con los kinesiólogos y resolvimos intentarlo con un buen sostén en la rodilla derecha. Así combatí todo un año, me costó un montón. Exigí demasiado la otra rodilla y me terminé cortando los cruzados de la izquierda. Eso fue el año pasado. Ahí se terminó todo”, relata.

Nievas sigue ligado al karate a través de la enseñanza y, antes de la pandemia, realizaba actividades de difusión en las escuelas.

Nievas sigue ligado al karate a través de la enseñanza y, antes de la pandemia, realizaba actividades de difusión en las escuelas.

 

-¿Cómo tomaste la decisión?
-Para estar al máximo nivel hay que estar al 100% y ya no puedo. Cuando digo máximo nivel es pelear para llegar a un Mundial o a los Juegos Olímpicos. Tengo 33 años, dos nenes y un trabajo que cuidar. No puedo afrontar el karate deportivo con la dedicación que debiera. Me costó muchísimo asumirlo. Cada vez que veo un torneo, me duele en el alma.

-Si tuvieras que aconsejar a otro karateca, ¿qué le dirías sobre competir lesionado?
-Con el diario del lunes, no se lo aconsejaría. Yo lo pagué caro, lo pagué en salud, no sé si estaría hoy en condiciones de practicar un deporte de alto rendimiento. Pero, en su momento, valió la pena porque me abrió las puertas a competir internacionalmente por última vez. Lo hice y no me arrepiento.

-¿Qué representa el karate para vos?
-Es una filosofía de vida. Vivo mi vida a través de los valores de respeto y autosuperación que aprendí gracias al karate.

-¿Y ahora?
-Doy clases de karate en dos Polideportivos y fui un poco un pionero del programa Tiempo Deportivo, que desarrolla el Emder. En este caso, Tiempo Deportivo de karate, después se agregaron otros deportes. Es para chicos de cuarto grado, ahora obviamente está parado por la pandemia. Todas las semanas vamos a una escuela diferente de la ciudad, con material audiovisual, y hacemos una Clínica de una hora. Y les terminamos repartiendo a los chicos folletería con los lugares donde se puede practicar este deporte.

-¿Qué balance harías de tu carrera?
-Me siento orgulloso. Ahora que se abrió la posibilidad, me quedó llegar a unos Juegos Olímpicos, pero no tengo cuentas pendientes. Pude competir en muchos torneos, representé a Argentina en muchos países, hice todo lo que quise.

 

 

fran nievas

 

“Creía que lo único que importaba era ser primero”

 

– Tuviste un momento de máxima exposición con la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Río 2007. Después tu carrera volvió al silencio habitual. ¿Qué reflexión te provoca? ¿Te da bronca o lo tomás como las reglas del juego?
-A veces, pensando en el tema, me dio un poco de bronca, después lo tomé como algo natural. La medalla de 2007 fue mi mayor logro y, efectivamente, tuvo una gran repercusión. Aunque luego fui a Panamericanos de mi deporte y también conseguí medallas, al no estar el karate incluido en los Juegos Olímpicos, los Juegos Panamericanos y los Odesur eran la mayor competencia a la que podía llegar como representante del Comité Olímpico Argentino. A mí me marcaron esos Juegos, me cambiaron la carrera.

El oro panamericano junto a Juan Curuchet. Para bien y para mal, los Panamericanos 2007 fueron una gran marca en su carrera.

El oro panamericano junto a Juan Curuchet. Para bien y para mal, los Panamericanos 2007 fueron una gran marca en su carrera.

 

-¿En qué sentido?
-Porque me permitieron dedicarme al karate más profesionalmente. Gracias a ese resultado, conseguí entrar al programa de becas del Enard. Yo pienso que la creación de ese organismo, en 2008, dignificó al deportista argentino. Fuimos muchos los que nos pudimos dedicar casi exclusivamente a nuestros deportes. En ese sentido, la medalla de oro de los Panamericanos me hizo mucho bien. Pero también me perjudicó…

-¿Por qué?
-Yo tenía veinte años cuando fui a esos Juegos Panamericanos. Era muy chico, fui tapa de Olé, tapa de ustedes… hasta fui al living de Susana Giménez… No estaba preparado para eso y me jugó un poco en contra, me mareó un poco. No es que me la haya creído, eso no. Pero sentía mucha presión. Después de esos Panamericanos, creía que lo único que importaba era ser primero y me frustraba mucho si no lo conseguía. Gané muchas medallas de bronce o de plata y no les daba valor. Por ejemplo, en 2010 fui subcampeón panamericano en Ecuador en categoría Open, abierta a todos los pesos, siendo yo de la categoría más liviana, ante un campeón del mundo chileno y con un fallo polémico. Era un gran resultado, importantísimo y me parecía poco. Si hoy tuviera que darle un consejo a un chico, ¿sabés qué le diría? Que valore y disfrute todo. Todo torneo es importante, todas las medallas son importantes. Yo a los veinte años me creí que ganar una medalla de oro en unos Panamericanos era una cosa corriente y después me costó clasificar. Toda la repercusión de 2007 me hizo creer eso. Hoy lo reconozco así.



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