El exfuncionario radical Oscar Pagni cuestionó este jueves la intención del gobierno de Carlos Arroyo de decretar la caducidad de la concesión del Emprendimiento Paseo Las Toscas y Paseo Hermitage, al sostener que “la ciudad tiene temas mucho más graves que resolver” y advertir que “los contratos se han hecho para ser respetados”.

El escribano Pagni, que en diciembre de 2000, cuando se inauguró el Paseo, era presidente del Concejo Deliberante, sostuvo en declaraciones a LU6 Radio Atlántica que “una cosa es lo que se dice y se comenta y otra cosa es lo que puede existir dentro de un expediente”.

Dijo enterarse por el diario que “habría una voluntad de iniciar un proceso para dar la caducidad a un contrato de concesión que ya tiene 18 años de ejecución y le quedan 12 años por delante”. Y no puso en duda la información: “Hay una decisión política detrás, nadie puede ignorarla”.

Sin embargo, dejó en claro que de la intención a los hechos hay un largo recorrido. “No es una tarea simple. Yo estuve 18 años en la municipalidad y la única caducidad grande que vi fue la de la empresa de transporte Martín Güemes. Fueron años de discusión en el expediente y de discusión política, de probar y constatar incumplimientos y de contestar recursos”, recordó Pagni.

“No es un tema que ocurre todos los días. Es un tema grave, no hay muchos antecedentes de caducidades municipales. Y habría que sentarse a analizarlo muy seriamente. No es un tema menor. No es que un funcionario se levanta a la mañana y dice: ‘Acá hay un incumplimiento y firmo un decreto dando la caducidad'”, agregó el exfuncionario. “Eso puede existir en la imaginación de alguien, pero en la realidad jurídica, en la práctica de todos los días, es improbable e imposible”, acotó.

Pagni dijo desconocer en detalle la ejecución del contrato del Paseo Hermitage, pero explicó: “Acá hay dos partes: el poder concedente y el concesionario. Hay un contrato y sobre ese contrato hay una ejecución contractual que tiene muchas aristas, desde el cumplimiento de obras y el mantenimiento hasta el pago de cánones. Hay que ver en cuál arista la municipalidad está haciendo hincapié y qué respuesta da el concesionario”.

El escribano sostuvo que esa es “una discusión administrativa” que se da “con las unidades turísticas fiscales, los colectivos o las concesiones de espacios públicos”. Pero aclaró que, de ahí a una caducidad, hay una gran distancia: “Estamos en el primer escalón de una escalera de un edificio de 20 pisos”.

Al dejar en claro la necesidad de “respetar los contratos”, Pagni advirtió sobre una disputa que va más allá de lo administrativo: “Hay un contrato firmado y hay dos partes. Si cada uno hace lo que tiene que hacer, esto no debería ni siquiera salir a la luz pública. Cuando estas cosas salen es porque hay otras cuestiones detrás. A nadie se nos escapa que hay una disputa política en este tema”.

Aunque afirmó que “está a la vista de todos” que esta concesión “es muy importante”, Pagni subrayó que “la ciudad tiene temas mucho más graves y urgentes que resolver”.

Lamentó, en ese sentido, la falta de gestión política para encarar esos asuntos. Y comparó el escenario que se presentaba en el 2000, cuando el peronismo gobernaba la provincia y el radicalismo la ciudad, con el actual. “En la foto (de la inauguración del Paseo Hermitage, en diciembre de 2000) estaban el concesionario, la autoridad política local y la autoridad política provincial con gestos distendidos, de alegría. Hemos tenido muchas discusiones el radicalismo y el peronismo cuando nos tocó gobernar Mar del Plata, pero nunca fuera del esquema lógico de la confrontación y el debate político. Se podían hacer cosas en común”, indicó.

“Hoy yo veo que, siendo todos del mismo signo político, hay una confrontación innecesaria. No veo caminando en forma distendida al intendente con la gobernadora. No veo caminando en forma distendida al intendente con legisladores de la oposición”, lamentó.

Pagni contó que ahora ve “que están todos peleados, que nadie se habla y todo se hace por los medios de comunicación virtuales, pero que en una mesa de discusión poca gente se sienta”. A su entender, “eso le está faltando a la ciudad de Mar del Plata: que los dirigentes, despojados de vanidades, se sienten a discutir cuáles son las mejores políticas para Mar del Plata”.