“Padrazo y un hermano de fierro”: una familia destrozada
La hermana de Mauricio Grasso (40), desde Mendoza, dialogó con LA CAPITAL y pidió que la Justicia avance para dar con los responsables del brutal asesinato en el centro. "Era muy trabajador, este último tiempo quiso disfrutar un poco con su amigos y su familia y terminar así es muy injusto", contó Ayelén.
Foto del viaje a Mar del Plata de Mauricio Grasso.
Mauricio Grasso había cumplido 40 años en enero y, el pasado fin de semana, había decidido venir a Mar del Plata para visitar a unos amigos para luego tomarse unas vacaciones con sus dos hijos. Sin embargo los planes se vieron truncados por dos motociclistas con los que se cruzó a la madrugada tras salir de un boliche en el centro marplatense, quienes dispararon contra la camioneta en la que iba y lo mataron de una bala en la cabeza. No hubo discusión, ni pelea, ni intentó de robo. Los criminales dispararon una única bala y huyeron.
Grasso tenía dos hijos, de 14 y 4 años, y era parte de una familia numerosa de ocho hermanos repartidos en diferentes localidades: en Moreno, en el pueblo Las Flores y en Mendoza. Una de sus hermanas, Ayelén, en diálogo con LA CAPITAL lo recuerda como un “un padrazo, un hermano era de fierro y la mejor persona” que conocía.
“Mi hermano era una persona de oro, incondicional, él estaba para todo, lo bueno, lo malo. Nadie te dirá lo contrario, era de fierro”, contó Ayelén.
“Estamos destrozados, nos falta una parte sin él”, dijo su hermana desde Mendoza y agregó: “Lo vi dos semanas antes de mudarme acá, hace cuatro años perdimos a nuestra mamá y desde entonces nos ha costado mucho volver a juntarnos los ocho”.
Mauricio era plomero matriculado y contratista, y este último tiempo “quiso disfrutar un poco con su amigos y su familia”. “Terminar así es muy injusto, todo porque un pelotudo quiso tirar un tiro“.
A Ayelén también le duelen los comentarios que lee en internet por el asesinato de su hermano, ese odio, los haters que no entienden que atrás del crimen hay una familia que sufre un dolor indescriptible. “Hemos visto comentarios desfavorables, por tomarse unas merecidas vacaciones con amistades no pueden opinar eso. Él no se encontró en el boliche con estos hombres, no discutieron en la calle ni nada. Aparecieron y lo mataron”.
El reclamo de la familia es que la Justicia dé cuanto antes con los responsables, los detenga y enfrenten un proceso en su contra.
El hecho es investigado por la fiscal Florencia Salas y los esfuerzos se centran principalmente en el análisis de las cámaras de seguridad del centro para trazar la ruta de los motociclistas y poder dar con ellos.
El caso
El domingo a la noche, Grasso se había juntado a cenar con su amiga y sus dos amigos marplatenses, que si bien uno es dueño de un restaurante, habían decidido reunirse en la casa de uno de ellos.
Tras la cena, los cuatro amigos fueron a bailar al boliche Momentos, ubicado en Bolívar y Santa Fe, de donde salieron cerca de las 4 de la madrugada. Subieron a la Toyota Hilux: los dos marplatenses iban adelante y Grasso y su amiga de Moreno atrás.
Al llegar a Bolívar e Independencia, los cuatro amigos se cruzaron con dos motos, en las que iban una pareja en cada una, que realizaban “cortes”, es decir contraexplosiones. Desde la camioneta quisieron elogiar estas maniobras y el marplatense que iba como acompañante gritó: “¡Bien ahí, rey!”.
Sin embargo, al parecer ese intento de elogio fue tomado como ofensa por los motociclistas, quienes persiguieron a la camioneta por Bolívar y, cuando la Toyota Hilux dobló por 20 de Septiembre le dispararon desde atrás, una única bala que atravesó la luneta e impactó en la cabeza de Grasso, quien murió prácticamente en el acto.
Los motociclistas huyeron por Bolívar en dirección hacia Jara, mientras que las víctimas se quedaron en el lugar y pidieron ayuda. Personal de la comisaría primera y del SAME fueron hasta el lugar. Los médicos constataron el fallecimiento de Grasso y asistieron al resto de los ocupantes de la camioneta, quienes estaban ilesos.