Carlos Barboni, el empresario balcarceño y ex docente secundario detenido por abuso sexual de al menos dos menores, fue beneficiado en las últimas horas con un arresto domiciliario que cumplirá en una institución de Tandil.

Pese a que el fiscal Rodolfo Moure y el juez de Garantías, Juan Tapia, se opusieron al pedido de la defensa de Barboni, la Cámara de Apelaciones, a través de sus integrantes Raúl Paolini, Martín Angulo y Pablo Poggeto, entendió todo lo contrario. Revocó la resolución de Tapia y le dio la detención domiciliaria a Barboni en el Remar de Tandil, una institución que alberga delincuentes jóvenes. Barboni estará monitoreado con pulsera electrónica.

Barboni deja entonces la cárcel de Batán, donde estuvo preso, para alojarse en la institución tandilense.

Aún con la existencia de un informe socio ambiental adverso en cuestiones de seguridad, dice la Cámara, esa falencia la compensa el sistema de la pulsera electrónica. “Es algo extraño porque la contención de Barboni estará dada por otros delincuentes, muchos de ellos del rango de edades de aquellos jóvenes que se investiga si abusó sexualmente”, explicó una fuente a este medio.

Barboni está detenido en el marco de las causas 1977-17 y 1920-17 por existir prueba suficiente para imputarlo de los delitos de promoción de la prostitución doblemente agravado, abuso sexual agravado, corrupción de menores, grooming (delito contra la integridad sexual) y tentativa de abuso sexual.

El 11 de octubre una mujer revisó el Facebook de su hijo –alertada por el padre de un compañero de escuela del menor- y le halló conversaciones con un usuario de perfil falso llamado “Joaquín Barbarroja”. Tras montarse un encuentro coordinado por la policía se logró imputar a Barboni y allanar su casa. La publicación de ese caso impulsó a un joven de 23 años a contar que lo mismo le había sucedido a él casi 10 años atrás y su relato permitió descubrir un lugar secreto en la casa de Barboni donde guardaba objetos sexuales y videos.

Entonces, el 27 de octubre, Barboni fue detenido pese a haber intentado cometer suicidio.

Para el fiscal Moure se trata de uno de los casos de grooming más importantes que se hayan conocido, pese a la dificultad por probar más episodios de ataque sexual y corrupción de menores, muchos de los cuales sucedieron hace más de 30 años. Barboni, hoy de 73 años, utilizaba su condición de profesor de la escuela técnica de Balcarce para tener una proximidad mayor a menores de edad.