MIRAMAR (Corresponsal)

El conflicto de la empresa Rápido del Sud y el paro decretado por el personal en reclamo a mejores condiciones laborales y salariales dejó a habitantes de Comandante Nicanor Otamendi y otros parajes situados sobre la ruta 88 Como El Boquerón y La Polola, sin transporte público, y aislados de conexión diaria con Mar del Plata.

Hoy se cumple el sexto día de la medida de fuerza y muchos esperan que la situación pueda destrabarse las próximas horas.

Por lo pronto, hasta la mañana de este miércoles todo seguía igual y los usuarios que concurren diariamente a la vecina ciudad, especialmente por motivos laborales, de estudio o por distintos tratamientos de salud se ven visiblemente afectados.

Durante la tarde del martes, un grupo de 30 personas se reunió en la terminal de la localidad rural para reclamar y pedir por soluciones que de momento no llegan. “Desde el viernes estamos incomunicados”, fue la opinión generalizada.

“Hay personas que pierden días laborales o hasta el trabajo, alumnos sin poder rendir exámenes o estudiar y cientos de pacientes que cancelan turnos médicos”, coincidieron los manifestantes.

En ese sentido, los vecinos firmaron un petitorio con una serie de puntos, entre los que se destacan, la solicitud de un servicio de emergencia al municipio para transporte de los pasajeros. También se solidarizaron con los trabajadores del Rápido del Sud, empresa que viene atravesando marcadas dificultades económicas hace unos 7 meses.

Asimismo, volvieron a insistir para que la Secretaria de Transporte de la Provincia de Buenos Aires, autorice a operar a la empresa Costa Azul y mostraron su enojo por la ausencia de los legisladores municipales.

Más allá de este conflicto que ya es grave, la firma viene presentando innumerable cantidad de dificultades hace varios años, con unidades en mal estado, sin la higiene necesaria y demás incomodidades que sufren los pasajeros que pagan un boleto cada vez más caro y la calidad del servicio no mejora.

Muchas veces distintos ómnibus, por desperfectos mecánicos se quedan a la vera de la ruta produciendo retrasos e incomodidades a quienes abonan por una prestación que debería estar acorde a la demanda.

Más allá de una probable conciliación obligatoria y el restablecimiento del servicio, la cuestión de fondo y las irregularidades de funcionamiento, que escapa a la situación de los trabajadores, es lo que viene preocupando a los usuarios que semanalmente utilizan este medio de transporte.