por Víctor Molinero

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Talleres consiguió ayer el objetivo primario de clasificar a la siguiente instancia del Torneo Argentino C de fútbol. Superó 2 a 1 a Rivadavia de Necochea, como local, y se aseguró el segundo lugar de la zona 55, que con un partido menos ganó Kimberley, el otro representante marplatense que ya estaba clasificado la semana pasada.

Sin embargo, el equipo portuense dejó muchísimas dudas, mostró rendimientos individuales bajos y no ofreció prácticamente nada desde lo colectivo, quedando otra vez en deuda con el juego.

El primer cuarto de hora fue un espejismo. Porque Talleres, con Walter Gómez como manija, Damián De Hoyos y fundamentalmente Guillermo Agüero arriba, fue agresivo y buscó asociarse para inquietar desde los costados.

Inclusive logró ponerse en ventaja a los 11', cuando Agüero recibió un saque lateral sobre la derecha, encaró a pura potencia para dejar atrás a dos rivales y, ya dentro del área, metió el remate con derecha, "tres dedos", que se metió arriba del arco defendido por Julio Armentia.

No obstante, ese juego interesante que había mostrado el local se fue diluyendo rápidamente. Y Rivadavia, que al igual que Talleres salió con un 3-4-1-2, empezó a ganar la "batalla" del mediocampo por el control de la pelota.

Pero a los necochenses le faltaron luces al momento de pisar el área rival, y chocaron generalmente con una defensa bien plantada, que se mostró firme en el juego aéreo (Leandro Páez, retrocediendo hasta el borde del área, fue un puntal para rechazar de cabeza).

De todas maneras Rivadavia generó un par de situaciones. Una por intermedio de su hombre más picante, el marplatense Facundo De Martis, cuyo remate fue bien controlado en dos tiempos por Gustavo Gatti. Y la segunda tras un pelotazo cruzado que recibió Leonardo Corvalán por detrás de todos, pero su remate de sobrepique salió mordido y le hizo las cosas fáciles al arquero local.

Talleres ya no tenía la pelota. Y no la tuvo ni siquiera cuando Rivadavia se quedó con uno menos por la expulsión de Diego Elía a los 36' de esa primera mitad.

Pero lo más alarmante para el conjunto de Oscar Mendoza se vio en el complemento. Porque no había pasado un minuto cuando Rivadavia perdió otro hombre, por la expulsión de Mario Aguilera.

Pero con dos jugadores más Talleres siguió equivocando el camino. La pelota, pese a los pedidos desde el banco, la manejaban generalmente los menos capacitados para hacerlo. Y cuando finalmente la redonda llegaba a los pies de Walter Gómez, las decisiones del ex Alvarado no eran las correctas.

Por eso, pese a estar 11 contra 9, Talleres no generaba situaciones para bajarle la persiana al partido y mantenía a Rivadavia con vida. Los necochenses, se pararon 3-3-2 e increíblemente siguieron manejando la pelota.

Tan nervioso y confundido estaba el conjunto local que a los 20', cuando tenía el partido y la clasificación a su merced (al menos desde lo teórico), sufrió la expulsión de Julián Pringles.

Claro que pasaron tan solo 4' para que Rivadavia volviera a perder otro jugador por recibir la tarjeta roja. En este caso fue el ingresado Julio Trobo.

Sin embargo, a los 26', Augusto Racich casi llega al empate, frustrado por una gran intervención de Gatti.

Rivadavia, por el empuje de Francisco Berrera desde el fondo, por la muy buena tarde de Jonathan Hernández (arrancó por izquierda y luego se fue desdoblando a medida que su equipo perdía soldados) y por la potencia en ataque de De Martis, merecía el empate.

Y ante la incredulidad de propios y extraños, la igualdad llegó a los 32', cuando Mariano Cañete empujó dentro del área para poner el empate.

Con mucha actitud, sabiendo que el empate todavía no le alcanzaba para seguir con vida en la zona 55 del Argentino C, fue por la hazaña. Demás está decir que los espacios que dejó en el fondo eran gigantes. Pero Talleres seguía empeñado en no aprovechar las circunstancias que se le presentaban.

Tuvo un sinfín de réplicas con clara ventaja numérica que sin embargo desaprovechó, muchas de ellas aún antes de pisar el área rival. Es que sus hombres, 10 contra 8, prefirieron el centro o el remate de media y larga distancia en lugar de la triangulación para llegar con la pelota hasta las barbas de Armentia.

Fue Damián De Hoyos, que hasta entonces había tenido una floja actuación, el primero en acertar. Recibió dentro del área, volcado sobre la derecha, eludió a su marcador, se perfiló para la zurda y sacó un disparo bajo, bien colocado junto a un palo. Iban 42' cuando Talleres recién se aseguraba la clasificación.

Aunque ni así se entregó Rivadavia. Pese a estar virtualmente eliminado, De Martis casi logra el empate a los 48' con un violento derechazo desde afuera del área que se estrelló en un poste.

Al cabo, los necochenses se despidieron del torneo con la frente alta. Y Talleres se llevó varias preocupaciones para la semana, teniendo en cuenta que tendrá que mejorar bastante si quiere convertirse en real protagonista de este torneo.

Formaciones

Talleres (2): Gustavo Gatti (6); Enzo Balbuena (5), Leonel Formaggioni (5) y Fabricio Prospitti (5); Marcelo Baamonde (5), Julián Pringles (4), Leandro Páez (5) y Maximiliano Aguilera (4); Walter Gómez (4); Guillermo Agüero (6) y Damián De Hoyos (5). DT: Oscar Mendoza.

Rivadavia (1): Julio Armentía (6); Francisco Barrera (6), Mario Aguilera (4) y Fernando Leguizamón (5); Ezequiel Vásquez (5), Diego Elía (4), Leonardo Corvalán (4) y Jonathan Hernández (7); Carlos Parisey (5); Augusto Racich (5) y Facundo De Martis (7). DT: Pablo Fuhr.

Goles: en el primer tiempo, 11' Guillermo Agüero; en el segundo tiempo, 32' Cañete y 42' De Hoyos.

Cambios: en el segundo tiempo, en el inicio, Trobo (-) por Corvalán y Aragón (5) por Maximiliano Aguilera, 6' Cañete (5) por Parisey, 14' Beguiristain (4) por Agüero y Fernando Rodríguez (5) por Vásquez, 27' Walser por Páez.

Incidencias: en el primer tiempo, 36' expulsado Elía; en el segundo tiempo, 1' expulsado Mario Aguilera, 20' expulsado Pringles y 24' expulsado Trobo.

Cancha: Kimberley (regular).

Arbitro: Diego Pascual, de Mar del Tuyú (4).