por Sebastián Arana

Círculo Deportivo, una vez más, está en el umbral de conseguir un ascenso al Torneo Federal B tras imponerse el último sábado 3 a 0 a Racing de Bavio. Alguno podrá pensar que a falta de sólo dos partidos está igual de lejos que cuando empezó este trayecto.
Pero siempre recorrer el camino vale la pena. “Este torneo es muy difícil. Ahora tenemos la posibilidad de jugar por un ascenso. Hace cinco meses te cansaba la sola idea de llegar hasta acá. Uno pensaba que esta instancia no llegaba más, hasta resultaba desmotivante. Pero nos habíamos propuesto jugar los dieciseis partidos y lo conseguimos. Ahora intentaremos disfrutar de esta clasificación. Todo genera un stress mental y los chicos hicieron un esfuerzo muy grande”, destaca Damián García, el entrenador “papero”.
El DT, terminado el cotejo con Racing, aún no tenía claro que Jorge Newbery de Comodoro Rivadavia iba a ser el rival de la final. Sí, en cambio, el valor del primer partido de la llave. “Ahora la cuestión cambia. Empezamos en casa e intentaremos tener una buena tarde. La película dura ciento ochenta minutos, no termina antes. Hay que tener los pies en la tierra. Ni estábamos afuera antes de jugar este partido, ni ahora somos los candidatos al ascenso. Pero vamos a dar pelea”.
No fue para Círculo sencillo entrarle a Racing de Bavio, que vino a Otamendi a defender el 1-0 conseguido en la ida. La idea de apretar y abrir la cancha no fue correspondida con la cantidad de oportunidades generadas. Iban 36 minutos del primer tiempo y no había generado una sola chance.
“Empezamos bien, pero perdimos ritmo porque el partido se cortó permanentemente. Perdimos también un poco de confianza y cuando nos estábamos poniendo un poquito nerviosos vino el primer gol. Para mí fue un buen partido de Círculo, haciéndose cargo de la situación. Es difícil jugar con toda la obligación, aunque mi equipo siempre se la pone sobre sus espaldas. Sabíamos que en algún momento íbamos a poder desarrollar nuestro juego para demostrar que éramos superiores”, analizó García.
Racing, de todos modos, cumplía con los deberes del medio hacia atrás. Pero no tenía argumentos ofensivos, más allá de lo bien que Silva, uno de sus delanteros, aguantaba la pelota de espaldas al arco.
“Con los riesgos que se toman, jugando línea de tres en defensa, cualquier error es una situación de gol en contra. Y todos los defensores jugaron en un nivel muy alto. Fuertes, concentrados. Lo mismo que la pareja de mediocampistas centrales”, evaluó el entrenador.
La contundencia para resolver sus oportuidades puso al equipo otamendino en el camino. A los 36′, en la primera, desde la derecha, Beguiristain le puso un exacto centro en la cabeza a Astiz, quien desvió al segundo palo para que la empuje Matías Leguizamón.
Cuatro minutos más tarde, Beguiristian rompió líneas con un pase magistral al claro para el pique de Leguizamón, quien envió un centro atrás que conectó como pudo Enzo Vértiz, rebotó en Astiz y se metió.
Contundencia que no tuvo que ver con casualidad. Fueron dos maniobras buscadas por los costados para rematarse en el área chica. “El rival defendía muy bien cerca de su arco, pero sufría mucho la pérdida de balón en campo nuestro. Pusimos a Enzo Vértiz y Leguizamón con la intención de ser bien anchos. Y, cuando nos taparon un lugar, tuvimos la inteligencia de ir por el otro”, explicó el DT.
Beguiristain fue absolutamente clave. El hombre que pensó el partido, que lo aclaró y que gestó las maniobras más profundas a partir de su inteligencia. Responsable en la aceleración, en el cambio de ritmo de los dos primeros goles, autor de la asistencia en el tercero, el de Atlante, el que definió el partido. García habrá hecho lo suyo en la levantada del “enganche”, cuyo nivel no paró de crecer desde su llegada al club.
“Tratamos de que los chicos se sientan bien y de que jueguen de acuerdo a sus posibilidades. En el caso de Daniel Beguiristain, él mostró lo que vale en categorías superiores y sabíamos que podía hacerse cargo de situaciones límites. Tuvo una gran llave. Nos pone contentos por él. Tenemos la suerte también de tener a Batata Alejandroff, otro ideólogo. Pero hoy tal vez Dani está mejor”, definió el DT.
Círculo consiguió un quiebre en el partido con los primeros dos goles. Y lo terminó de definir en el segundo tiempo. Con un dato. Mantuvo la línea de tres defensores, con dos goles de ventaja, pese a que el DT rival mandó a la cancha un tercer atacante.
“No pensé en armar una línea de cuatro en el complemento. Todavía la diferencia era corta y hacerlo representaba darle a ellos la chance de venirse con más libertades. Queríamos mantener el dominio territorial. El rival juega, puso muchos jugadores en ataque y nos obligó a retroceder un poco a Marcelo Vértiz. Con eso fuimos sólidos, no recuerdo situaciones de peligro en contra. Tal vez hayamos perdido un poco del control del campo, pero el equipo estuvo bien plantado para un posible contraataque. Se dieron y en varias oportunidades. La idea era tratar de cerrar el partido atacando. Con el diario del lunes, salió bien. Fue un buen partido de mi equipo”, redondeó antes de irse de la cancha. Para descansar primero. Y para pensar en Jorge Newbery, después.