Crónica de un recuerdo, de Enrique Peña; Retrato, de Julia Sanjurjo; Afobeats, de la banda Niki Lauda; Raussan, de Nicolás Pasetti; Los errores, de Nicolás Pasetti y Martín De Lassaletta; La declaración, de Del Hoyo Trío; Marcos Basso Jazz Ensamble; Proyecto Reutemann; Rana, de René Gatica Quinteto; Gato Barbieri revisitado, de Pablo Ledesma; Pepe Angelillo, Mono Hurtado y Carto Brandán y el flamante Carnaval, de De Lassaletta y Ledesma son algunos de los veinticinco discos editados por el sello independiente ICM Discos.

Se trata de un sello de gestión marplatense, que se desprende del grupo Improvisación Colectiva en Mar del Plata, hacedor del Festival Mar del Plata Jazz, pero pensado para dar a conocer la música de otras fronteras.
Desde 2015, el sello crece, siempre amparado en un concepto del jazz que trasciendo los sonidos más clásicos del género. Nicolás Pasetti, uno de los músicos que participa en el colectivo ICM, analizó la actualidad musical del sello y de la plataforma digital, desde la que se puede conocer -mediante un clic- toda la obra editada hasta el momento (discosicm.com).

Sin embargo, lo digital será un complemento más de lo que viene. La novedad es que apuestan a la edición en formato físico, en casete, de todo el catálogo del sello.

“Vamos a editar todo en casete. Tenemos una máquina que compramos hace poco para poder fabricar y replicar”, contó. “Queremos preservar un formato que fue el rey, que se pueda tener acceso a un formato físico que tiene valor para una generación y que, además, permite escuchar una banda y llevarte algo tangible a tu casa, un casete que también tenga una tarjeta para poder bajarte la música de manera digital, será un híbrido”, amplió para LA CAPITAL.

-¿Qué balance hacés de Discos ICM?
-Un balance más que positivo. Poder mantener una estructura como la que requiere un sello, de manera autogestionada, y de forma colectiva, genera aún más ganas de continuar y seguir creciendo.

-Editaron veinticinco discos, ¿qué tienen en común?
-Si bien hay una diversidad estética, creo que lo que los conecta es el lenguaje de la improvisación y experimentación. En mayor o menor grado todos los discos del sello se inclinan hacia esos elementos. Otro rasgo característico es que son proyectos independientes de artistas y compositores en su mayoría pertenecientes a una escena marplatense, aunque poco a poco se abre a proyectos de otras latitudes.

-Lo que se desprende de gran parte de los discos es la búsqueda de libertad creativa, ¿podría señalarse que discos ICM es un laboratorio sonoro?
-Sí, totalmente. Es una plataforma de exhibición y difusión de proyectos con alto grado de riesgo y búsqueda creativa.

-¿Qué es el jazz, como lo entendés?
-Para mí es una forma de ver la música, un concepto y una forma de hacer más que un estilo. Sin duda que considero a la libertad, la experimentación y la improvisación como rasgos principales y característicos. A lo largo de la historia el jazz se ha ramificado y explorado distintos sonidos. Es tan amplio y se retroalimenta constantemente de otros géneros o músicas. Ese sonido que uno asocia con el jazz clásico es una pequeña porción de un lenguaje inmenso y diverso.

-¿Qué respondés cuando se dice que el jazz es de difícil comprensión?
-Que eso no es así. Sólo que al ser una música que no es prioridad en los circuitos comerciales y de difusión, nos suena ajena o complicada. Invito a escucharla sin prejuicios y como cualquier otro tipo de música. Quizás puede ayudar y conocer un poco su génesis, períodos y evolución para entender en mayor profundidad y derribar ciertos mitos que la envuelven.