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La Ciudad 26 de abril de 2017

Nichos destruidos y cajones a la vista en el Cementerio de La Loma

El mantenimiento de ciertos sectores es precario. Se ven bóvedas con vidrios rotos, botellas y hasta excrementos cerca de los féretros. Al igual que el parque, depende del municipio.

Repulsión. Desagrado. Incluso indignación. Recorrer el Cementerio de La Loma sólo genera sensaciones adversas. Bóvedas rotas, nichos abiertos, excrementos de animales y techos y paredes en mal estado forman parte de un paisaje tétrico.

El pobre estado de mantenimiento se va notando de a poco. En el ingreso, los pastos al costado del camino principal están cortados y todo parece indicar que nada llamará la atención. Pero a poco de andar empiezan a apreciarse huellas de un mantenimiento precario: a un costado del sendero podían verse ayer restos de poda. Una nimiedad comparada con lo que depara una recorrida por otros sectores.

Cualquiera de los pasillos puede llevar a imágenes desagradables. La puerta de una bóveda con los vidrios rotos, deposiciones de perros, botellas y hasta un balde de niño cerca de una tumba, paredes desgastadas o con hongos se vuelven habituales.

Meterse en el “sector G” asusta más que una película de terror. Allí hay una serie de nichos de urnas y ataúdes bajo un techo deteriorado y propenso a las filtraciones. No hay que ser ningún curioso para notar que, en ciertos espacios destruidos, escombros y maderas se mezclan con el polvo de los cajones descuidados.

Ubicado en un predio delimitado por las calles Almafuerte, Alem, Urquiza y Paso, con una dimensión de seis manzanas, el Cementerio de La Loma está bajo la órbita del municipio. Una gacetilla que en octubre del año pasado difundió el gobierno local por trabajos de mantenimiento ejecutados en el pórtico por el Ente Municipal de Servicios Urbanos (Emsur) destacó su valor histórico y patrimonial.

“En un principio la empresa de Luis Rovelli se encargó de la construcción del antiguo pórtico, los nichos municipales, las escaleras y el entrepiso. En 1920, Amábile Levis construyó la fachada actual, de estilo neoclásico italiano. En tanto, la estatua que se emplaza en lo alto del pórtico es obra del escultor italiano Rafael Radogna y fue realizada poco tiempo después de que finalizaran las tareas de la entrada. Dentro de cementerio se encuentran bóvedas en varios estilos -neoclásico, art déco y moderno, entre otros- y obras de importantes arquitectos y constructores de la época”, reflejaba.

En 2002, el edificio del cementerio fue incluido en la ordenanza 10075 de Preservación Patrimonial. “Atento a su valor histórico, que data de principios del siglo XX, el proyecto abarca la restauración patrimonial del peristilo de acceso, grupo escultórico, edificios adyacentes de administración, depósitos, dependencias y galerías”, señalaba el parte referido a los trabajos que se llevaban adelante.

En febrero de este año, el concejal radical Eduardo Abud impulsó una comunicación que solicitaba al Ejecutivo “gestionar en forma urgente la reparación y puesta en valor del sector de nichos del Cementerio Parque y Cementerio La Loma”.

“El estado del sector de nichos del Cementerio Parque, al igual que el del Cementerio La Loma, genera riesgos tanto para el personal como para los vecinos que concurren a este lugar, dado el desprendimiento de mampostería”, argumentaba el edil. “Las filtraciones generalizadas producen deterioros en el sistema eléctrico, produciendo cortocircuitos y electrificación de paredes, con el riesgo que esto implica”, agregaba.

Según explicaba, en estos sectores los elevadores para féretros son eléctricos y funcionan con línea trifásica. Si el suelo tiene agua, se genera “un cóctel demasiado peligroso”. A la vez, “los empleados municipales deben desagotar a secadores y baldes los 20 centímetros de agua que ingresan en una tormenta”.

Abud aducía que “quienes tienen familiares en estos sectores se sienten en pésimo estado cuando ven los cajones destruidos por el agua y la humedad y el deterioro que esto produce en los féretros, quedando en algunos casos los restos al descubierto”.

De acuerdo con datos del concejal, un 50% de los nichos quedó “desafectado” por las “pésimas condiciones en que se encontraban”, lo que generó “una pérdida de ingresos importante” para el municipio.