A tres años del asesinato de Nancy Segura, sus familiares realizaron un nuevo reclamo en Tribunales para cuestionar a la Justicia por la condena de 20 años a prisión que recibió Rafael Ingleraya que, según un jurado popular, no se trató de femicidio ni de un hecho encuadrado en la violencia de género.

La concentración no fui una más. No fue otra. En la puerta de Tribunales estuvo Yésica, la hermana de Nancy Segura, que estuvo presente durante todo el proceso y que también ha estado en otros casos de violencia de género. También estuvo la madre de Lucía Pérez, Marta Montero, quien volvió a pedir justicia por la muerte de su hija.

En la puerta de Tribunales, familiares y allegados de Nancy estaban con barbijas, algunos tapabocas con el lema #NiUnaMenos, y carteles: la foto de Nancy, la de Lucía y consignas contra el poder Judicial, contra la “justicia patriarcal”.

“Pedimos que se revoque la condena y que sea un femicidio, que Inglera reciba cadena perpetua”, dice Yésica, aunque sabe que es imposible, aunque sabe que ya un jurado popular condenó a Inglera a 20 años por el asesinato de su hermana y que no podrá apelar esa sentencia.

“La gente no vio que era un femicidio, se llevaron mucho por la situación explicada por el abogado defensor, que mi hermana se defendió. Pero no vieron la violencia que sufría Nancy, que hubo tres denuncias previas por violencia de género”, dice Yésica.

Yésica sumó al dolor de la muerte de su hermana la indignación por la condena de Inglera. Esa mezcla, esa bronca se basa en saber que fue un jurado popular quien decidió no considerar la violencia de género del caso, no considerarlo un femicidio. “Fue la gente la que no vio que fue femicidio, no fueron los jueces. Parece que se tapan los ojos, que no saben lo que es la violencia de género“, lamenta.

“La verdad que estamos tristes, seguimos tristes y vamos a seguir tristes. Son tres años sin verla, sin abrazarla, es algo aberrante”, explica Yésica y agrega: “En Tribunales éramos poquitas, de mi familia éramos dos nomás, más no podíamos ir y nos cuidamos mucho. Pero hoy en día si no hacés marcha, si no hacés nada pareceriera que nadie te escucha, que se olvidan. Y yo de mi hermana nunca me voy a olvidar, siempre reclamaré justicia por ella y seré su voz”.

Además del reclamo constante por el resultado del juicio, hoy, a tres años de la muerte de su hermana,Yésica se enteró que Inglera “recibe visitas de su madre”. “No entiendo cómo puede tener ese beneficio, ver a su mamá una vez por semana cuando nosotros a mi hermana no la podemos ver más”, finaliza y agita la bandera que lleva el rosto de Nancy y ni una menos.