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Policiales 8 de junio de 2020

Murió uno de los secuestradores de Guillermo Ibáñez y creen que fue por coronavirus

Se trata de Roberto Acerbi, uno de los hombres que en 1990 secuestraron y mataron al hijo del sindicalista Diego Ibáñez. Falleció en Villa Gesell y sospechan que había contraído Covid-19.

Roberto Acerbi (primero desde la izquierda) fue condenado en 1991 por el secuestro y el homicidio de Guillermo Ibáñez.

Uno de los hombres que en 1990 secuestraron y mataron a Guillermo Ibáñez falleció el último sábado en Villa Gesell y se sospecha que la muerte fue a causa de coronavirus.

Se trata de Roberto Acerbi, quien fuera condenado en 1991 por el caso que conmovió al país, ya que la víctima era hijo del reconocido gremialista Diego Ibáñez, de fuertes vínculos con los principales dirigentes políticos del país en aquél entonces, incluido el presidente Carlos Saúl Menem.

Acerbi se encontraba en libertad desde 2006, cuando había sido beneficiado por la vieja ley del “2 por 1”, y residía en Villa Gesell, según confiaron fuentes de esa ciudad a LA CAPITAL.

Al parecer, Acerbi habría contraído Covid-19 en dicha ciudad, lo cual lo colocaría como el primer caso positivo allí y además la primera víctima fatal. De todas formas, cuando se produjo su fallecimiento en Villa Gesell aguardaban un segundo testeo, ya que los infectólogos de allí sospechaban que estaba contagiado a pesar de que el primer análisis había dado resultado negativo.

Acerbi fue condenado junto a Juan Carlos Molina y Néstor Ausqui, como los autores del macabro hecho. Según reconstruyó la invstigación, el 6 de julio de 1990 Guillermo Ibáñez (28), hijo del poderoso sindicalista petrolero, cayó en dos trampas que le habían tendido los delincuentes.

La primera fue un llamado de una mujer llamada Carmen Pascual, esposa de Ausqui -y luego condenada a 9 años de prisión- quien lo citó en un café. La cita era para contarle los detalles de la infidelidad de su pareja, pero en realidad era un señuelo con información falsa. Guillermo fue a la cita, pero la mujer no estaba. Salió y se subió a su camioneta Ford F-100, y en el camino, a la altura de la estación de trenes, Juan Carlos Molina otro de sus secuestradores le hizo señas desesperadas. Dijo que su auto había tenido un desperfecto mecánico. Simuló un encuentro casual, pero todo era parte de la emboscada, ya que Molina era conocido de Ibáñez, a quien lo unía un parentezco lejano.

Molina le pidió a Guillermo que lo llevara hasta el barrio Libertad, a unos cinco kilómetros del centro. Guillermo Ibáñez accedió porque conocía a Molina. En el camino, desde un Fiat 128 y un Taunus, se bajaron los otros dos captores. Eran Roberto Acerbi (42 años al momento del delito) y Néstor Ausqui (26), a quienes Guillermo conocía porque paraban en el bar Doria III, en la calle 12 de octubre, zona del Puerto. Eran dos ex choferes de camiones y colectivos que habían sido despedidos.

El joven Ibáñez fue amenazado, maniatado y encapuchado. Lo trasladaron a la casa de Ausqui, en Brandsen 8900, a unas 15 cuadras del lugar donde la Policía encontró, horas más tarde, la camioneta de Guillermo.

La crónica de la época relata que Guillermo Ibáñez hijo del sindicalista y político Diego Ibáñez amigo personal de los ex –presidentes Carlos Menem y Eduardo Duhalde fue asesinado de un forma cruel y despiadada.

 



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