El hombre de 42 años que había sido baleado el pasado 4 de enero en el barrio Parque Palermo, en un confuso episodio que involucra a un sujeto con el que tenía problemas de vieja data y a un ciego, falleció en las últimas horas.

Oscar García había recibido dos disparos de un arma calibre 38, con orificios de entrada en la axila y la ingle, el pasado 4 de enero en Benito Lynch y San Cayetano. Luego de haber agonizado por más de 20 días en la sala de terapia intensiva del Hospital Interzonal, falleció sin que los médicos pudieran salvarlo.

Por el hecho se encuentra detenido Samuel “Pototo” Quiroz, señalado como el sujeto que baleó a quemarropa a García y con quien mantenía una vieja enemistad en el barrio. “Pototo” había sido detenido por personal de la comisaría décimosexta mientras caminaba por Camuso y Tripulantes de Fournier, ya que sobre él pesaba una orden de captura emitida por el fiscal Leandro Arévalo, quien lo había imputado por “tentativa de homicidio”.

Con la muerte de García, el fiscal cambiará la carátula a “homicidio” y podrá volver a llamar a declarar a Quiroz, quien tal vez dé una nueva versión de lo sucedido.

Como informó oportunamente LA CAPITAL en el hecho también podría estar involucrado Abel Alfaro, un hombre de 48 años que quedó ciego luego de haber sido baleado en el pasado y amigo de “Pototo”. La policía, tras un allanamiento en la casa de Alfaro encontró un revólver calibre 38 que habría sido utilizada para disparar y matar a García.

Según informaron fuentes oficiales a LA CAPITAL, el pasado jueves 4 de enero, Abel Alfaro había ido acompañado de “Pototo” a un almacén del barrio Parque Palermo para comprar un fernet.

En esas circunstancias, Alfaro fue informado por su compañero que García, con quien “estaba todo mal”, se acercaba a ellos. Al parecer Alfaro se había enemistado con esa persona tras acusarla de haber atropellado con un automóvil a su perro. La investigación indica que en ese momento hubo disparos y que García sufrió dos balazos que terminarían siendo letales.

El fiscal Leandro Arévalo inició una pesquisa que determinó que el arma empleada en el ataque podía estar oculta en un casa de calle Labardén al 3400, ya que los testigos señalaron a Alfaro como uno de los hombres presentes en el ataque a García.

La justicia de garantías aprobó el pedido de allanamiento y en el lugar la policía secuestró un revólver calibre 38, una escopeta “tumbera” calibre 14 y detuvo a Alfaro, quien quedó imputado por “tenencia ilegal de arma y munición de guerra y tenencia ilegal de arma de fabricación casera” y fue enviado a la Unidad Penal 44 de Batán.

Por su parte, “Pototo” Quiroz estuvo unos días prófugos, hasta que finalmente fue detenido y fue llevado a la Unidad Penal 44 de Batán.