A los 61 años, falleció este lunes en Mar del Plata el cantante, compositor, guitarrista y pianista y ex director de Cultura del municipio, Marcelo Sanjurjo, conocido como “El turco”, de gran trayectoria en los escenarios locales y nacionales.

Sanjurjo falleció a causa de complicaciones en su salud tras padecer diabetes desde hace un tiempo. Sus restos serán velados en la cochería de Luro entre Funes y Olazábal, desde las 18 de este martes.  

Entre sus trabajos más resonantes, se recuerda la participación en el espectáculo “Y el fútbol contó un cuento”, junto al periodista Alejandro Apo, que lo llevó a recorrer gran parte del país durante más de quince años.

Querido y respetado por sus pares, verdadero referente de la música marplatense, fue un activo militante de la democracia. Sus inicios en la música se remontan a 1982, cuando se unió artísticamente a Ricardo Arriagada para conformar un dúo con el que cantaban canciones de su autoría.

Más tarde integró el quinteto “Clave Folk” y luego armó el recordado grupo vocal “Bocacalle”, con el que grabó varios discos y alcanzó notable éxito.

Por los años ’80 también fue parte de la Mesa del Canto Popular Marplatense, una agrupación de decenas de artistas que buscó poner en escena a músicos locales y apoyar a las fuerzas democráticas en una sociedad que buscaba salir de la oscuridad de la dictadura militar.

Junto al también músico Claudio Corradini fundó el grupo “Ramos generales”, del que queda un disco homónimo.

Su paso por la política fue durante el gobierno municipal de Daniel Katz, gestión de la que fue director de Cultura.

Además, fue parte de “Cuento cantos y juglerías”, con el que también grabó dos producciones, bajo la dirección de Graciela Plancic. Vivió varios años en el extranjero. Hizo igualmente música junto a las cantantes y músicas Nancy Abalos y Mayte Caparrós.

En 2013 y con tres décadas de carrera, lanzó su proyecto solista “Lugares secretos”, un disco atravesado por la pertenencia sonora a una ciudad que está cercana al mar y que contiene historias de soledad, de encuentros y desencuentros. Dedicó ese disco a sus hijas e hijo.

Como anhelo, buscó que su música más personal ayudara a definir la identidad marplatense, siempre discutida.

Tuvo una activa vida como docente: fue director del coro del Colegio de Abogados y estuvo a cargo de la cátedra de Música Popular del Conservatorio de Mar del Plata. Dio clases en escuelas de música, ofreció talleres de música latinoamericana y en colegios de Mar del Plata. También llevó su impronta al extranjero: pasó por Grenoble en Francia, estuvo trabajando en Barcelona y Nueva Zelanda.

Padre de un hijo y de dos hijas -ellas también se dedican a la música: Rocío Sanjurjo Abalos toca el bombo y canta folklore y Julia Sanjurjo es cantante de jazz– Marcelo tuvo asimismo un pasado deportista. En su primera juventud hizo las inferiores en San Isidro y jugó en primera en Atlético Mar del Plata. Y era fanático, en básquet, del Club Peñarol.

Con Sanjurjo se va una parte de esa generación de artistas que hizo de la música y del compromiso social y político un todo inseparable. Una de sus últimas actuaciones fue en 2020, en el marco de un festival solidario para ayudar a recolectar alimentos para los comedores de la ciudad, en un contexto golpeado por la pandemia de Covid. Así era Marcelo: unía ética y arte sin dejar de mirar a la comunidad de la que formaba parte con tanto orgullo.