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El País 20 de junio de 2016

Murió el histórico dirigente peronista Ricardo Obregón Cano

Fue gobernador de Córdoba, cargo del que fue desplazado tras la sublevación conocida como "Navarrazo". En 1955 la denominada Revolución Libertadora lo encarceló por cuestiones políticas.

El ex gobernador peronista de Córdoba (1973-1974) Ricardo Obregón Cano, quien fue destituido tras la sublevación conocida como “Navarrazo”, falleció en esta ciudad a los 99 años como consecuencia de una insuficiencia cardíaca y una complicación pulmonar, informaron hoy fuentes de la familia.

La muerte de Obregón Cano se produjo anoche y desde el mediodía sus restos de Obregón Cano son velados en O’Higgins 2842 del barrio porteño de Belgrano, en tanto que mañana está prevista la cremación en un cementerio de la localidad bonaerense de Pilar.

El político cordobés se encontraba internado en un sanatorio en Capital Federal desde el jueves pasado, y pasó sus últimos momentos acompañado por sus hijos Horacio, Ricardo y María Raquel y sus nietos, indicaron las fuentes.

Obregón Cano nació el 4 de abril de 1917 en Río Cuarto, donde cursó estudios primarios y secundarios antes de trasladarse a la ciudad de Córdoba, donde, en 1940, se recibió de odontólogo en la Universidad Nacional.

Fue embajador, diputado, senador y funcionario de la provincia, apasionado de la política. En los años en que el peronismo estuvo proscripto fundó el partido Tres Banderas.

Ocupó cargos de relevancia en el Gobierno justicialista hasta que en septiembre de 1955 la denominada Revolución Libertadora lo encarceló por cuestiones políticas.

En junio de 1956, se le realizaron simulacros de fusilamiento en la vieja Penitenciaría Nacional de la avenida Las Heras y al ser excarcelado partió al exilio.

En 1973 fue elegido gobernador de Córdoba, y el 27 de febrero de 1974 ordenó la remoción del jefe de la Policía de Córdoba, el teniente coronel Antonio Domingo Navarro, ex jefe de la Policía Militar del Tercer Cuerpo del Ejército, dando paso a un posterior conflicto.

Al enterarse del relevo, el jerarca policial acuarteló a unos 7.000 efectivos a sus órdenes en la ciudad, aduciendo una “infiltración marxista” en el Gobierno, a lo que el mandatario respondió con la exoneración del sublevado.

El gobernador puso en su lugar al inspector mayor Rubén Cuello -quien ejercía la subjefatura desde que Navarro detuvo ilegalmente, días atrás, al ex subjefe, teniente coronel Julián Chiappe- y esa misma tarde, grupos de civiles antiperonistas tomaron las emisoras LV2 La Voz del Pueblo y LV3 Radio Córdoba, y comenzaron a emitir comunicados en apoyo al jefe de la insurrección.

En respuesta, Obregón Cano difundió la siguiente declaración: “Antonio Navarro, en franca actitud de rebeldía, lejos de acatar la orden recibida, engaña a sabiendas a parte del personal policial y, con el apoyo de pequeños grupos repudiados por la ciudadanía, se rebela, pretendiendo ser fiscal del Gobierno electo por todo el pueblo de la provincia”.

Los sediciosos detuvieron al gobernador, al vice Atilio López, y a unas setenta personas que se encontraban en la gobernación, entre ellos, Antonio Lombardich (ministro de Bienestar Social) y Elio Alfredo Bonetto (ministro de Gobierno), los diputados Luis Bruno y Blas García, Julio Aliciardi (presidente del Banco de la Provincia de Córdoba), Juan Carlos Bruera (fiscal de Estado), Alejo Díaz Tiliar (director de Prensa), y Horacio Obregón Cano (hijo y secretario personal del gobernador).

Obregón Cano y López fueron llevados al Comando Radioeléctrico de la Policía provincial, donde permanecerían cautivos hasta las 17.30 del viernes 1 de marzo.

Ante la acefalía en la gobernación, el jueves 28 a las 22, el presidente de la Cámara de Diputados provincial, Mario Dante Agodino, asumió en forma interina la gobernación. A la misma hora era llevado a cabo un atentado contra el domicilio de Obregón Cano y el sábado 2 de marzo al mediodía, el presidente Juan Domingo Perón anunció su decisión de intervenir la provincia.

Además de Obregón Cano, también fueron desplazados entonces Oscar Bidegain (de la provincia de Buenos Aires), Miguel Ragone (de la provincia de Salta), Jorge Cepernic (de la provincia de Santa Cruz) y Alberto Martínez Baca (de la provincia de Mendoza).

La destitución por la fuerza del gobernador, abrió un período de inusitada violencia política en Córdoba que continuó hasta el retorno de la democracia.

Por su parte, el dirigente Hipólito Atilio López -quien había liderado el Cordobazo junto a Obregón Cano- fue asesinado por la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) el 16 de septiembre de 1974.

Al regresar al país en 1984, Obregón Cano fue parte de la fundación del Movimiento Peronista Montonero (MPM). El 20 de diciembre de 1983, el presidente Raúl Alfonsín había dispuesto el decreto 157/83,16 que instauró en Argentina la “teoría de los dos demonios”, que equiparaba a los grupos guerrilleros con la dictadura.

El dirigente fue encarcelado, según un fallo del juez federal Miguel Pons, en la causa n.º 4894, caratulada “Obregón Cano p.s.a. asociación ilícita”. En ese entonces diferentes medios mexicanos lo consideraron como “preso personal” de Alfonsín.

Obregón Cano criticó la Ley de Obediencia Debida que prescribía los delitos cometidos por los miembros de las Fuerzas Armadas cuyo grado estuviera por debajo de coronel, que establecía que los delitos cometidos durante el terrorismo de Estado y la dictadura militar no eran punibles.