Mucha expectativa, nada de fútbol
Aburrido cero a cero entre Círculo y Kimberley. La tensión superó claramente a la ejecución. Los defensores a los delanteros. El clima caliente a un árbitro muy permisivo.
Emiliano Coppens cruza a Matías Atlante. Los defensores superaron a los delanteros. (Foto gentileza Martín Angelini)
por Sebastián Arana
El partido sólo estuvo a la altura de quienes esperaban dientes apretados y pierna fuerte. Los ilusos que soñaron con un poco de fútbol volvieron vacíos a sus casas. Círculo y Kimberley protagonizaron un mal empate sin goles por la décima fecha de la zona B de la Región Pampeana Sur del Federal B de fútbol.
El equipo de Mariano Mignini, que hizo muy poco por la victoria, se llevó de Otamendi un resultado que lo mantiene en una posición expectante a la espera de una mejoría futbolística que le urge. Difìcilmente Sergio Del Curto, el arquero de Círculo, podrá recordar una tarde más tranquila en su carrera. No tuvo que atajar una sola pelota.
Teniendo en cuenta esa nula producción ofensiva kimberleña, los otamendinos dejaron pasar una buena oportunidad de ganar y sacarle una ventaja interesante en la tabla.
De los dos, los locales quisieron más. Pero fallaron en uno de sus fuertes: el manejo de la pelota. No sólo jugaron apurados y erraron casi todos los pases verticales. También las entregas simples, de diez o quince metros, hacia los costados. Hasta desperdiciaron varios tiros libres desde los costados -recurso invaluable en la malaria- por no poder levantar la pelota.
No lució un sólo jugador del medio hacia adelante. Ni de Círculo, ni de Kimberley. En cambio, estuvieron a la altura los metedores y los “curtidos” en muchas batallas. Los defensores ganaron claramente sus duelos ante los delanteros. Con buenas artes y no tanto.
Más de uno tuvo que irse antes a las duchas. Destino lógico de no mediar un arbitraje tan complaciente como el de Franco Campagnoli, a quien sólo le importó que terminaran los veintidós jugadores. Roselli, Erramuspe y Briones, por caso, terminaron de regalo. Con las tarjetas debidas en el momento justo, tal vez la historia pudo ser otra. Al menos, hubieran sido mayores los espacios.
En la primera parte, el equipo de Matteo intentó asumir la iniciativa. Pero chocó contra su falta de precisión. Pese a que soltó con frecuencia a los laterales (Leguizamón fue más productivo, debido a que Roselli muchas veces tuvo su calle tapada por Enzo Vértiz), sólo armó una chance de gol en toda la etapa.
A los 17′ Beguiristain rompió a la defensa de Kimberley con un espléndido pase al vacío que dejó a Astiz en posición inmejorable ingresando por la izquierda. Pero el loberense, sin pierna izquierda, prefirió el remate sin ángulo al pase retrasado para un par de compañeros que llegaban de frente a rematar. Una chance de oro en el desierto de la primera parte.
Los de Mignini (tan imprecisos como los locales, pero más pasivos) no sólo no generaron una oportunidad. Ni siquiera un avance medianamente interesante. Barreiro, el más apto técnicamente, intervino muy poco. Menos los delanteros. Gómez apenas tocó un par de balones. Baigorria ni siquiera eso.
No mejoró demasiado el complemento. Aunque la visita se encontró con un par de oportunidades. En la más clara, a los 8′, Leguizamón falló en su intento de rechazar un pase de Patricio Rodríguez y Gómez quedó libre detrás suyo.
Pero el delantero pifió el remate, que se fue muy lejos del arco. Un rato después, a los 18′, un tiro libre frontal de Barreiro pasó cerca, aunque controlado con la vista por Del Curto.
Círculo, aceleradísimo, nada produjo en ataque durante más de la mitad de la etapa. Hacia el final, sin embargo, se fue revitalizando por el empuje de Arrachea, de lo mejor del partido, y por un cambio. La salida de Vértiz (ingresó Prado) abrió el camino para las trepadas de Roselli.
En consecuencia, sobre el final, el equipo “papero” estuvo un poco más cerca. Barucco, que terminó siendo importante, se lució desviando un cabezazo de Arrachea que se metía arriba. A los 36′, con pista libre, Roselli aprovechó una buena habilitación de Hidalgo y atacó por su lateral. Llegó hasta el fondo y su centro atrás cruzó todo el arco sin que compañero alguno llegara a empujarla.
Kimberley, en esa recta final, generó su mejor jugada de la tarde. Combinaron Barreiro, Goiburu y Gómez, quien cedió para la llegada frontal de Patricio Rodríguez. Pero el ex Norte remató muy alto desde buena posición.
En tiempo de descuento, en una jugada enredada, Parra encontró un rebote en el área y sacó un fuerte remate, que Barucco desvió junto a un palo.
La sensación final fue la de dominio otamendino. En realidad, ni uno ni otro merecieron más que el punto que se llevaron.