El intendente Guillermo Montenegro inaugurará hoy a las 10.30 el 107° período de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante con un discurso en el que hará hincapié en su visión de gobierno y de ciudad.

El jefe comunal terminó de pulir ayer con su grupo de colaboradores más estrecho el mensaje que dará ante los concejales de las distintas fuerzas políticas, que contendrá un pedido puntual para que acuerden la aprobación de un proyecto sobre la Zona Roja.

Será la tercera vez que Montenegro concurrirá al cuerpo deliberativo para abrir las sesiones, la primera desde la renovación legislativa, que dejó al bloque oficialista con mayor representación, aunque sin alcanzar la mayoría propia.

El intendente llega al Concejo apenas terminada la muy buena temporada turística y en momentos en que aún desfilan sus funcionarios por la Comisión de Hacienda para dar detalles del presupuesto 2022. Ni ese proyecto ni las ordenanzas fiscal e impositiva, que incluyen un aumento de 45% promedio en las tasas, tuvieron todavía el visto bueno de los ediles.

Llega además después de que desde su gobierno se adelantara la intención de presentar un proyecto de ordenanza sobre los decks gastronómicos y mientras se espera el tratamiento de normas vinculadas con el tránsito, como la que permitiría denunciar infracciones mediante una aplicación de teléfono celular y la del convenio con la Universidad Nacional de San Martín para aplicar fotomultas.

Por ese tema ya hubo una sesión extraordinaria en la que la oposición cuestionó fuertemente el contenido del acuerdo. Ocurrió luego de la controversia por el giro eliminado a la comisión de Educación.

El Ejecutivo también prometió volver a presentar este año el pliego para licitar el transporte público de pasajeros, tras haber naufragado el año pasado en la Comisión de Legislación. Asoma como un tema clave de la agenda legislativa local en medio del debate por la discriminación en el reparto de subsidios nacionales y el pedido de los empresarios para aumentar el boleto a $ 91,96.

Pero las fuentes oficiales remarcaron ayer que el “pedido más fuerte” del intendente a los concejales será “por la Zona Roja”. En ese aspecto, el gobierno local presentó en los últimos días del año pasado un proyecto de ordenanza para que la oferta o demanda de sexo en la vía pública solo pueda llevarse a cabo en los lugares y horarios específicamente habilitados por el Ejecutivo, y no podrá realizarse en sitios donde haya “vecinos frentistas con residencia domiciliaria”. De verificarse incumplimientos, la propuesta establece multas o arrestos.

La semana pasada, el subsecretario de Planificación y Control, Martín Ferlauto, dijo en la Comisión de Hacienda que la iniciativa “apunta a resolver el conflicto vecinal, no el narcomenudeo ni la violencia contra el colectivo trans”, por lo que sostuvo que se necesitarán acciones complementarias para abordar esas problemáticas.

La oposición había avanzado el año pasado con un proyecto “integral” que fijaba que la Secretaría de Seguridad acordara con quienes ejercen la prostitución en la vía pública “las condiciones que hagan al desarrollo de la actividad de forma segura” en lugares “sin frentistas”. El oficialismo se mostró en desacuerdo y se preguntó qué sucedería si no hay acuerdo entre las partes.

Al margen del mensaje del intendente, la sesión preparatoria de hoy servirá para ratificar la mesa directiva del Concejo, presidida por la radical Marina Sánchez Herrero, y la integración de las comisiones internas.