Por Ramiro Melucci

Aunque no es época de balances, Guillermo Montenegro acaba de hacer el repaso más descarnado de su relación con el Frente de Todos en el poder. En el ámbito de diálogo por excelencia, como lo es todo Consejo Económico y Social, disparó que en sus dos años y medio de gestión vio “discriminación y abandono” por parte de los gobiernos nacional y provincial.

Montenegro hizo solo tres excepciones de trabajo conjunto con la Nación y la Provincia. La construcción del Hospital Modular en el inicio de la pandemia. La Comisión de Reactivación Económica, que recomendaba por consenso rehabilitar actividades prohibidas en el esquema de fases de Axel Kicillof. La coordinación con el Ministerio de Seguridad bonaerense, atribuible a su buena relación con Sergio Berni. La enumeración es arbitraria, pero ratifica la intención del intendente de confrontar con el kirchnerismo de cara a las elecciones del año próximo.

El jefe comunal se mostró particularmente molesto con la lectura que frecuenta hacer el Frente de Todos, a través de Miguel Guglielmotti, de los datos de desocupación: cuando son altos es por responsabilidad del municipio y cuando son bajos, como ahora, es por mérito de los gobiernos nacional y provincial. “Todos sabemos que es estructural”, disintió.

Las bombas habían empezado a detonar sin que nadie lo previera en la “minicumbre”, valioso intercambio internacional planificado por el director del Correo, Rodolfo “Manino” Iriart. “Todos los que estamos acá queremos que a Mar del Plata le vaya mejor. El que no esté de acuerdo, que se corra o no ponga trabas”, sentenció. Parece que la frase le gustó, porque volvió a pronunciarla en el Consejo Económico y Social.

Estuvo destinada al kirchnerismo. Sobre todo al local, con el que no logra ponerse de acuerdo en proyectos de ordenanza que considera claves. Y al gobierno bonaerense, que no envió todavía el Fondo de Infraestructura Municipal (FIM). En sintonía con el reclamo que le formularon sus colegas del PRO al jefe de Gabinete provincial, Martín Insaurralde, cree que, por la inflación, deben acelerarse y actualizarse las transferencias.

En el municipio sostienen que los distritos gobernados por el Frente de Todos no sufren las demoras. De allí los términos que utilizó Montenegro en su balance preliminar. La Provincia lo desmiente: los tiempos, asegura, son similares para todos los municipios.

La carta de invitación con membrete de la intendencia para que el kirchnerismo se suba al ring llegó a destino. El Frente de Todos local observa que el intendente ha decidido “profundizar su victimización” y elaboró un relevamiento sobre el apoyo de los gobiernos nacional y provincial a Mar del Plata. A los datos les sumó las palabras del concejal Roberto Páez: desagradecido y desmemoriado, le dijo.

La controvertida inclusión de las jubilaciones, pensiones, asignaciones y otras prestaciones que se pagan por ley aquí como en cualquier rincón del país generó una dura respuesta de Juntos por el Cambio. Es probable que el tono de la contienda se incremente aún más: unos y otros se consideran mentirosos. Montenegro no cree que haya un cambio de actitud en el bloque opositor en el Concejo; la titular de la Anses, Fernanda Raverta, está convencida de que nadie que se precie de sincero puede desconocer las ayudas de Nación y Provincia.

Roberto Páez, del Frente de Todos, reclamó explicaciones por la presencia de la patrulla municipal en el cumpleaños de Ríos.

Así como elige pelearse con el kichnerismo, el intendente procura que la confrontación con Gustavo Pulti no escale más de lo que ya escaló tras la intimidación que sufrió Paula Mantero en el predio de residuos.

El presidente del bloque de Acción Marplatense, Horacio Taccone, denunció públicamente que Montenegro no cumplió el acuerdo por el que se aprobó el presupuesto 2022. El pacto incluía el reimpulso a la obra del Centro Cívico del Oeste, la terminación de los polideportivos Centenario y Camet, la recuperación de la Terminal de Cruceros a su fin orinal y la finalización del Hospitalito de Batán, entre otras líneas de gestión.

Palabras más, palabras menos, la evaluación de Taccone no tuvo grises: “No se hizo nada”. Utilizó epítetos duros, como cuando habló de una “pobreza absoluta de gestión”, y figuras elocuentes como la del tobogán, el destino de caída que le pronosticó a la gestión.

Que el presidente del bloque oficialista, Agustín Neme, haya salido después de todo eso con una manguera a apagar el fuego indica que al intendente le sigue importando la relación con Pulti.

El edil mencionó los avances y la intención de cumplir cada uno de los puntos del acuerdo. Destacó los aportes de Acción Marplatense para que la ciudad “siga creciendo” y hasta destacó “el compromiso y la responsabilidad” de Taccone. Le faltó decir que el oficialismo lo sigue necesitando en comisiones claves, como las de Legislación y Hacienda.

El intendente procura que la confrontación con Gustavo Pulti no escale más de lo que ya escaló tras la intimidación que sufrió Paula Mantero en el predio de residuos. 

El interbloque de Juntos por el Cambio ha dado, a su vez, el primer indicio concreto de que al gobierno municipal le interesa responder los cuestionamientos derivados de la presencia de la patrulla municipal en el cumpleaños de Mauricio Ríos. Solicitó y aprobó sobre tablas los pedidos de informes que habían presentado una semana antes el Frente de Todos y Acción Marplatense.

La Secretaría de Seguridad ya trabaja en la respuesta. El jueves, en la sesión, Páez, Taccone y Vito Amalfitano confirmaron sus dudas sobre la estadía de la patrulla en la fiesta y los vínculos del subsecretario del área, Gustavo Jara. No es un dato anecdótico que Neme, especialista en atajar penales dirigidos al Ejecutivo en el Concejo, defendiera la gestión de Montenegro en seguridad pero decidiera arrojarse hacia el otro costado ante los envíos referidos al funcionario cuestionado.

A diferencia de todo eso, que había sido cautelosamente planeado, la disminución del servicio de transporte el viernes tomó por sorpresa al municipio. Una elección de delegados congresales en la UTA, aguijoneada por la interna gremial, dejó a los usuarios amontonados en las paradas. Vergonzoso.

Más grato fue para el intendente el mimo que llegó desde Capital. Horacio Rodríguez Larreta ponderó al Distrito Tecnológico de Mar del Plata. El gesto se produce en medio de una interna impensada en el PRO: la del jefe de gobierno porteño con la ex gobernadora María Eugenia Vidal.

“Nosotros somos Horacio y María Eugenia. Allí donde estén ellos nos van a encontrar”. La frase que explicó desde sus orígenes al gobierno de Montenegro entró en crisis desde que Mauricio Macri ubicó a Vidal entre los presidenciales y la diputada por la Ciudad de Buenos Aires decidió promover la candidatura a gobernador de Cristian Ritondo, contra las intenciones de Larreta de apalancar a Diego Santilli.

¿Y ahora? Montenegro evita pronunciarse entre la mentora de su llegada a la intendencia y su faro en la gestión. En los últimos días hizo cartón lleno: habló por teléfono por distintos motivos con Larreta, Vidal, Ritondo y Santilli. Algún mal pensado podría suponer que esas conversaciones y la nueva embestida al kirchnerismo tienen alguna relación.