“La ciudad estaba alambrada, nadie podía entrar y generar nuevas inversiones”. Así diagnosticó Guillermo Montenegro, que esta semana cumplió cinco años como intendente, a la Mar del Plata de 2019: un escenario que, según él, cambió rotundamente.

El jefe comunal recibió en su despacho a LA CAPITAL e hizo un balance de los cambios que impulsó desde su gestión en el último lustro, amparado en la generación de empleo de la mano del sector privado y en no “poner trabas” desde el Estado; la austeridad en las cuentas públicas, sin el “auxilio” de la Provincia y la Nación; y el ordenamiento del espacio público.

Una serie de principios rectores que lo hacen confluir con las prioridades del Gobierno nacional. “Lo que plantea Milei yo lo vengo haciendo hace cinco años”, aseguró Montenegro, en concordancia con la sintonía que han mostrado el PRO y La Libertad Avanza en el último tiempo.

De cara al futuro, el jefe comunal anticipó la estrategia de desarrollo para la ciudad en los próximos tres años, con foco en la expansión del polo industrial, la gastronomía, el entretenimiento y la construcción en altura en puntos estratégicos.

También habló de los planes para la concesión del Estadio José María Minella y la situación de la seguridad y la violencia en las calles: “No quiero el espacio público invadido por zombies”, enfatizó.

-Ya lleva cinco años como intendente. ¿Qué balance hace?

-Lo que nosotros buscamos a partir de 2019 fue salir del estancamiento. La ciudad estaba alambrada, nadie podía entrar, generar nuevas inversiones. Eso iba bien de frente con uno de los principales problemas, que era la generación de empleo. Siempre el índice de desocupación en Mar del Plata daba como la primera o segunda ciudad del país. Era algo a trabajar y esa solución iba a venir del lado del privado. La articulación con el Estado es no joder, no poner trabas, facilitar. Las inversiones iban a ocurrir si nosotros nos poníamos creativos en eliminar tasas, sin generar una presión impositiva. En estos años dejamos de estar al tope de la desocupación, se generaron inversiones de empresas que no venían. El parque industrial estaba a la mitad y hoy está al doble, y se está trabajando en un segundo. La idea es ser un facilitador para generar laburo. Otro problema que me planteaban era que la ciudad era inviable financieramente. Había que ordenar. Y el orden de las cuentas públicas fue uno de los principales motores: ser austeros, eliminar las carpetas médicas, horas extras innecesarias, la donación de parte de mi sueldo y el de mis funcionarios. Siempre se planteaba que el Gobierno Provincial y Nacional debían salir al auxilio de Mar del Plata. Por eso trabajamos el orden en las cuentas públicas, siendo previsibles para el privado. Y el tercer eje tiene que ver con el orden en el espacio público. La seguridad en sentido amplio. Eso sí lo trabajamos con la Provincia, con la Nación y los distintos organismos municipales. Desde el control y la tecnología.

-Y de cara al futuro, ¿qué ciudad piensa?

-La idea es que la ciudad crezca industrialmente. Pensamos que las industrias se radiquen en los accesos a la ciudad, sobre las rutas 2, 88 y 226. Eso permite que las empresas que quedaron en lugares residenciales tengan una mejor ubicación. Por otro lado, tenemos el entretenimiento, con un desarrollo en la zona de Playa Grande y el Faro. Queremos que esto crezca en Punta Mogotes, por eso se plantea la municipalización a la Provincia. Eso va a cambiar el lugar, que va a dejar de ser un bodoque en invierno, cuando solo sirve para aprender a manejar en el estacionamiento. En el Parque de los Deportes, apuntamos a que se agregue el entretenimiento y la gastronomía, con todo un cambio urbanístico en la zona. Lo mismo en la Vieja Usina del Puerto y en el Distrito de Arte y Diseño.
En lo que respecta al desarrollo de la construcción, pensamos en la parte de Playa Chica y Cabo Corrientes. Y en la zona sur todo lo que tiene que ver con lo residencial. Chapadmalal y Sierras como un centro turístico. Creemos que es por acá. También tenemos el sector de la economía del conocimiento en la Estación Ferroautomotora y pensamos al Unzué para el desarrollo de la industria audiovisual. Estamos trabajando con la Nación para ver cómo se le puede dar un valor.

-En lo que respecta al espacio público, planteó siempre a la seguridad como una prioridad, ¿no ve un aumento de la violencia y el delito en las calles?

-Aumento hubo. Hubo en el mundo. Está claro que acá hubo y hay violencia, pero no lo voy a permitir. El violento en la calle va a ir en cana. Y si la Justicia quiere dejarlo libre en diez minutos, vamos a volver a meterlo en cana. La Justicia debe ser parte de la solución y no del problema. El que hace las cosas mal tendrá consecuencias. Eso es innegociable. Esa gente está generando un problema al vecino que se levanta a laburar.

-Semanas atrás publicó en sus redes un video en el que se desalojaba a personas durmiendo en la calle y luego planteó que Juan Grabois y organizaciones sociales están trayendo gente a Mar del Plata para hacer piquetes y acampes. Es una acusación grave, ¿hará una denuncia penal ante la Justicia?

-Esto ya lo planteamos y está claro. Cuando ves que ninguno es de Mar del Plata, que vinieron todos en el último año… No es gente en situación de calle, a esas personas se las censa y se les busca un lugar. Esta gente está ocupando el espacio público para que no se pueda cruzar la plaza. Y a las tres de la mañana te rompen la vidriera de un comercio.

Eso te lleva a lo que se vive en las grandes ciudades, como Frankfurt, Filadelfia o Nueva York, que tienen una complicación hoy con zombies en la calle. ¿Hoy está eso en Mar del Plata? No. ¿Puede estar? Sí. ¿Hay que prevenirlo? Sí. No quiero el espacio público invadido por zombies.

-Una novedad saliente en materia de recaudación el último año fue la implementación de la tasa vial. Sin embargo, ya hubo varios fallos judiciales en su contra. ¿Podrá sostenerse en el largo plazo?

-Es una herramienta. Hubo una descomposición de un componente de la TSU (Tasa de Servicios Urbanos) para que vaya a la tasa vial. Es mucho más solidaria y entendible para una ciudad como Mar del Plata, a la que vienen nueve millones de personas por año. Un porcentaje alto lo hace en auto, y se usan las calles que mantienen todos los marplatenses. Esta es la forma para que solidariamente los que nos visitan compartan el arreglo de nuestras calles.
Mejorarlas no es fácil: es una ruta de acá a Salta. Ida y vuelta. La forma es esta. No me preocupa dar el debate, incluso en la Corte. O en el momento que sea necesario.

-Entonces se seguirá implementando hasta las últimas consecuencias.

-Sí, cada mango que entra por la tasa vial se destina al arreglo de calles. Ese es el servicio y lo que hay que entender.

Nación y Provincia

-Se ve un diálogo más fluido, un mayor acercamiento con este Gobierno Nacional que con el anterior. ¿Qué cambió?

-Este Gobierno tomó la decisión de no hacer obra pública. El anterior Gobierno había tomado la decisión de hacer obra pública, que en Mar del Plata no vimos. Estaba claro que no éramos lo mismo para el Gobierno Nacional anterior. Cuando veo que Milei plantea facilitar, ayudar al privado, generar puestos de laburo, sacar trabas, pienso que es lo que venimos haciendo nosotros hace cinco años. ¿Hay un acercamiento? No, es una cuestión lógica. Obviamente se confluye en ese punto. El Estado está para facilitar y ayudar, sin gastar guita al pedo, no para que crezca y que la gente pague más impuestos.

-¿Y hay diferencias?

-Sí, hay diferencias. Las tuvimos cuando fui a plantear problemas de mi ciudad. Como cuando se dio lo de la pesca en la Ley Bases. Me escucharon y se cambió.

-¿Hay una mayor escucha con respecto a la gestión de Alberto Fernández?

-Claro que sí. En lo que respecta a Mar del Plata y a mi posición como intendente, sí. Es una cuestión práctica. Hubo una discusión con la pesca y luego con la cuotificación de la merluza y también se planteó. Y fui escuchado.

-¿Coincide también con el Gobierno en su idea de eliminar las PASO, que ha sido una gran herramienta para el PRO y Juntos por el Cambio?

-No tengo una posición tomada. Ni siquiera estudié el proyecto.

-Sería un cambio fuerte en el tablero electoral, más aún si se implementa en la provincia.

-Pero no estoy pensando en las elecciones de medio término. Si conviene ir acá o allá. Mi problema es la ciudad, el orden, el espacio público, los violentos, la temporada todo el año. Me parecería una falta de respeto estar pensando en otra cosa en este momento.

-Juntos por el Cambio parece ser una isla en Mar del Plata, donde todavía da signos de funcionar como una alianza. Pero eso ya no se ve a nivel provincial ni a nivel nacional. ¿Tiene fecha de vencimiento en la ciudad?

-No creo, lo importante es que nos une la ciudad. Eso habla de los no egoísmos. Si yo discuto cuestiones de la ciudad con Maximiliano Abad (Ndr: el senador nacional por la UCR), lo hago también con él, con la Coalición Cívica, con el PRO y con el peronismo no kirchnerista para ver qué es lo mejor. Lo que nos une tiene que ver con los valores: la ciudad está antes que cualquiera de nosotros. Es por ahí. La alianza se mantiene por ese objetivo, eso prima por sobre todo.

-¿Sumaría a los libertarios a la alianza?

-Yo voy a trabajar con todos los que piensen en Mar del Plata. Cómo generar laburo, apoyar al privado, cambiar normas para que haya inversiones. Mi límite es el kirchnerismo. No te digo que es el adversario, pero es malo. Nos generó el status quo en la ciudad, el todo no porque no. El kirchnerismo es malo para Argentina, para la provincia y para la ciudad. No tengo duda.

-¿Cuánto impacta el conflicto por Punta Mogotes en el diálogo con el gobernador?

-Los conflictos que tengo no son personales, sino planteos para mejorar la ciudad, como que nos den Jorge Newbery para hacer los arreglos nosotros, para que llegue el entretenimiento a Punta Mogotes, para que se arregle la Rambla. Ahí están las discusiones, pensando en lo mejor para la ciudad.

-¿Le sorprendió el acuerdo de la AFA con Kicillof para que el Estadio Único de La Plata sea la casa de las selecciones? Ese proyecto estaba pensado para el Minella en un principio.

-Yo estoy pensando en otra cosa que no tiene que ver solo con el estadio en el Parque de los Deportes. Busco algo que trascienda desde lo gastronómico, desde lo deportivo, desde lo cultural y desde el entretenimiento. Tiene una envergadura que va más allá de un estadio de fútbol. Cuando se plantea en la licitación, se habla no solo de la parte de fútbol, sino todo un cambio urbano para la zona. Buscamos algo mucho más superador en el pliego, que trascienda en el tiempo.