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La Ciudad 4 de diciembre de 2022

Montenegro impuso su criterio para las tasas y rechaza crear una para turistas

Estableció un mayor porcentaje de aumento en el proyecto de presupuesto, pero sin cláusula gatillo. No comparte la iniciativa de Lauría y se le presenta el desafío de mejorar el control de los decks.

Por Ramiro Melucci

En época de elecciones no habrá actualización adicional de tasas. Guillermo Montenegro impuso su postura en la discusión interna del gabinete. No quería, como le propuso el secretario de Hacienda, Germán Blanco, una suba de 60% con cláusula gatillo. Prefería una cifra mayor de entrada y no tener que ajustar nuevamente en la segunda parte del 2023. Si hay que pagar costo político, que sea de una sola vez y lo más lejos posible de la campaña.

A primera vista, el 73% que finalmente estampó el Ejecutivo en los proyectos de ordenanza fiscal e impositiva quedaría por debajo de la inflación del año próximo. El presupuesto nacional la estipuló en un 60%, pero el relevamiento de Expectativas de Mercados del Banco Central ya la ubica en el 96%. El promedio entre uno y otro, de 78%, también está por encima de lo pautado por el municipio.

Blanco remarcó ese dato en las primeras declaraciones sobre el presupuesto municipal. También destacó las obras pedidas por Acción Marplatense el año pasado (la culminación del centro cívico de Libertad y Tandil, la de los polideportivos Centenario y Camet y el hospitalito de Batán). Y tuvo un gesto hacia el Frente de Todos: a contramano del discurso imperante en las filas montenegristas, evitó pronunciar la palabra “discriminación” al referirse a los fondos aportados por la Provincia. No fue la primera vez.

Difícil que el kirchnerismo le deje pasar, sin embargo, la ausencia de una nueva fórmula de cálculo para la Tasa de Servicios Urbanos (TSU), prometida desde los inicios de la gestión y encargada a la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional. Blanco explicó que, en un contexto de suba constante de precios, no es propicio generar un cambio metodológico que establezca “variaciones significativas en la mayoría de los contribuyentes”. Traducción política: un año electoral no es apto para inventar nada que pueda volverse en contra.

Con la inflación disparada como hecho inocultable del escenario nacional, el Frente de Todos adelantó ayer que pondrá el acento en la calidad de los servicios y en las facilidades que podrían otorgarse a los contribuyentes para el pago de tasas. También reclamó descuentos para los cumplidores.  

Obras Sanitarias recurrió a otro criterio de aumento tarifario. Promueve un 80% con una cláusula que le permitiría un incremento adicional en el último tramo del año. El mayor porcentaje inicial, según dijo Carlos Katz, es para recuperar lo que la empresa perdió con la inflación de este año. ¿Entonces aumentará el agua cuando la gente se prepare para votar? No: el reajuste está previsto para el último bimestre, es decir, para después de los comicios.

Por lo pronto, el oficialismo y la oposición acordaron en el Concejo Deliberante dedicar diciembre al tratamiento del presupuesto. El cronograma de exposiciones de funcionarios que difundió la Comisión de Hacienda, que es mucho más apretado que en otras ocasiones y comenzará mañana con Blanco, exhibe la predisposición de todo el arco político a destinar el último esfuerzo del año al análisis de los números municipales. Es que enero será el puntapié inicial de la campaña electoral: Mar del Plata volverá a convertirse en la principal vidriera de la política nacional y la agenda de los dirigentes locales estará atestada de actividades de acompañamiento y apoyo logístico.

 

Difícil que el kirchnerismo le deje pasar al gobierno municipal la ausencia de una nueva fórmula de cálculo para la Tasa de Servicios Urbanos (TSU), prometida desde los inicios de la gestión.

 

La antesala del debate presupuestario estuvo dominada por los fuegos de artificio que lanzó Nicolás Lauría. Con su proyecto para generar una tasa para turistas, hizo cartón lleno: se puso en contra a todo el sector. El intendente también la rechaza. “Nosotros eliminamos tasas, no las creamos”, fue el mensaje marketinero que partió desde su entorno, y que en los medios reprodujo el presidente del Emtur, Bernardo Martín.

En el municipio evitaron la crítica directa a Lauría, socio del oficialismo cuando las papas queman (no sin intención, Acción Marplatense recordó que es el “viceintendente”) y cargaban las tintas contra su compañero de bloque, Alejandro Carrancio, en el preciso momento en que el edil que trabaja para la candidatura presidencial de Javier Milei tomó distancia de la iniciativa.

Unos días antes, Carrancio había puesto en debate la cantidad de empleados que tiene la Municipalidad. Dio sus números en una cuestión previa en la sesión del Concejo y concluyó que hay más que hace cuatro años. El presidente del bloque oficialista, Agustín Neme, le respondió con otras cifras: aclaró que hay menos. Una discusión que el gobierno local podría haber evitado si hubiera respondido alguno de los cuatro pedidos de informes que le formuló la Comisión de Hacienda a lo largo del año.

Hay un tramo de la defensa oficialista que no termina de cerrar. Señaló que la información sobre la planta de personal es fácil de conseguir. Si es así, y si además favorece en términos políticos a la gestión, no se explica por qué no la suministró antes. “Es pública y accesible”, retrucó Neme. Es cierto que los listados aparecen en la página web del municipio, pero dar con el número total es imposible. El oficialismo dijo obtenerlo del sistema Rafam (Reforma de la Administración Financiera) y de las tablas que figuran en el proyecto de presupuesto, plataformas inasequibles para el ciudadano común.

Tras la controversia, Juntos por el Cambio se llevó de la sesión lo que fue a buscar: la regulación de los decks. Aunque el paso del proyecto por las comisiones internas se le había vuelto más arduo de lo esperado, finalmente sancionó la continuidad de las estructuras gastronómicas en el espacio público. A partir de ahora, todo quedó en manos del Ejecutivo. Deberá cristalizar en la realidad lo que dice la norma y emprolijar lo que se desmadró.

Por su parte, la iniciativa para agilizar las habilitaciones comerciales dio un paso importante en la Comisión de Industria, en manos del Frente de Todos. En un encuentro convocado con anticipación, la oposición le permitió al oficialismo avanzar sin dilaciones. El aval unánime refleja un principio de acuerdo. No es poco para una norma que prevé habilitar provisoriamente en un día un amplio abanico de comercios con la sola presentación de una declaración jurada vía web. Y cuyo éxito también dependerá, como en el caso de los decks, del cuestionado control municipal.

 

 



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