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Mocchi, el encuentro y las canciones para contrarrestar los discursos de odio

"Me gusta tener un fin mucho más grande que el medio", dijo. El artista uruguayo vuelve a Mar del Plata con su último trabajo, "El frío que nos convoca", gestado desde el dolor y, a la vez, desde la esperanza.

Arte y Espectáculos 21 de abril de 2025

Quiere cambiar el mundo. Y trabaja para ello, con pasión y convicción, con un arma muy poderosa: sus canciones. Mocchi, artista uruguayo tan versátil como comprometido, vuelve a Mar del Plata, fomentando la importancia del encuentro y del acceso a la cultura, como forma de contrarrestar los discursos de odio, como forma de contribuir a ese futuro mejor que le da esperanzas.

Autor de la música de la película “La Uruguaya”, gestor de emprendimientos sociales en su montevideo natal, cineasta, curioso, atento, perceptivo, sensible, Mocchi es un nombre conocido en Mar del Plata y la zona.

Ha estado en diferentes espacios y, este viernes, 25 de abril, se presentará por primera vez en la sala Payró del Teatro Auditorium, para presentar su último disco “El frío que nos convoca”, nacido del impacto que le generó enterarse de un hecho de violencia extremo.

“Hay que usar todas las estrategias de memoria que tengamos y las canciones forman parte”, dijo el artista en una charla con LA CAPITAL, en la que profundizó sobre sus motivaciones, su esencia, su compromiso, que es su forma de vida.

El encuentro

“En este momento siento que es muy importante que nos encontremos, de la forma que sea. En particular noto una especial necesidad como público y también como cancionista, de encontrarme con gente dispuesta a emocionarse y a inventar en el encuentro nuevas formas. Creo que cuando eso se genera con mis canciones, en ese momento, cumplí mi objetivo, más allá de lo que sucede artísticamente”, reflexionó.

Tras reconocer que le resulta “hermoso” volver a Mar del Plata y que los teatros y salas son sus lugares favoritos para compartir sus canciones, habló del génesis de “El frío que nos convoca”.

“Escena de terror”

“Es, justamente, la valoración del encuentro en un contexto que nos congela. Yo no pensaba hacer este disco, estaba haciendo canciones como siempre, pero no tuve la idea de grabarlas. Un día estaba en la Patagonia girando con mi equipo y me entero que a un chabón se le ocurrió tirar una molotov en una habitación donde dormían cuatro lesbianas pobres. Me pareció una escena de terror, simbólicamente espantosa. No pude decir nada más ese día, pero escribí Compostaje y decidí impulsivamente grabar el disco. Estos sucesos hay que registrarlos, hay que usar todas las estrategias de memoria que tengamos, y las canciones son parte, así que así salió”, compartió.

Mocchi analizó las diferencias de este proceso, con sus composiciones y su registro de las injusticias sociales de los noventa. “Me parece que a diferencia de los 90, hoy -el tema es- el dolor de perder cosas conquistadas, de entender que los derechos duran 5 minutos y los discursos de odio avalados por quienes gobiernan, crecen y se difunden muy rápido, por las redes sociales, por la comunicación instantánea. Así como se viraliza una receta saludable, también se viraliza que ser gay es ser pedófilo, y habrá gente en algún lugar del mundo que hará platos saludables, y también gente esperando esos avales odiantes para hacer el mal. En algún lado estoy yo haciendo canciones intentando contrarrestar un poco lo segundo”, reflexionó.

La esperanza

Una mirada esperanzadora porque “si no tuviera esperanza no cantaría nada. Canto y digo porque creo en el poder de encontrarnos y cantando encontré la herramienta para juntar a la gente. Así que ahí estoy, encontrándome con gente que cree en un mundo mejor y viendo qué y cómo se hace. A veces es preguntarle a alguien cómo le fue y si necesita algo”, compartió.

Artista independiente, asegura que se autogestiona porque no conoce otra forma. “No tuve muchas ofertas como para no ser independiente, y siempre tuve claro que quería dedicarme a esto. No rechacé propuestas increíbles porque no me las hicieron. En el camino fui aprendiendo a crecer solo y con mis amigues y en algún momento fuimos entendiendo un poco más cómo funcionaba, lo volvimos nuestra forma de vida y también un negocio redituable, lo cual nos permite crecer cada vez más. Ahí recién empezaron a llegar propuestas a las que dijimos que no. Hoy no me interesa ir más rápido transando con nada, ni haría con nadie que no conozca nada que pueda hacer yo o mis amigues. Me gusta trabajar así, confío en la gente que tengo cerca, me gusta trabajar con gente que quiero ver en vacaciones. Antes yo no servía como negocio, hoy generalmente los negocios que me proponen ya no me sirven a mí”, señaló.

Es que Mocchi considera que hace música, hace canciones “para que el pueblo se exprese, más que para expresarme yo. Siento que hago canciones empapadas de contexto, obvio que a través de mi propio lente y de cómo me siento yo, pero mi búsqueda es esa. Que nos interpelemos y encontremos sensibles. Lo hago en la música hoy, pero si hay otra forma de hacerlo, allá iré. Por eso he hecho cine, aunque no soy cineasta, y un montón de cosas más también que no publico. Me gusta tener un fin mucho más grande que el medio”.

Salud, educación, cultura

Con respecto al contexto actual de Argentina en cuanto al desfinanciamiento de la educación y la desconsideración a la cultura, Mocchi aseveró que “creo que es necesario dejar plasmado el presente, pero realmente creo que hay que hacer cosas con impacto, que muevan cosas, necesidades reales de la gente. El acceso a la salud me parece un derecho fundamental, y es la base de cualquier cosa que se nos ocurra. Salud integral, salud mental. El avance de la derecha en América Latina ataca primero por ahí, salud y educación, y son tan perversos como inteligentes. Saben dónde pegar. Creo que es más importante hoy dedicarse al acceso a la cultura que a la cultura en sí, porque la base de la cultura es esa para mí, la salud. Hay que haber comido bien, dormido bien, descansado y poder pagar una entrada para sentarse en una sala de conciertos dos horas y prestar full atención a las canciones. Hoy eso es imposible. La gente llega como puede, y yo también”.