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Arte y Espectáculos 11 de julio de 2020

“Milagro. La película” llega este domingo a Cine.ar

Una película autogestiva, que se hizo con ahorros y que llega a la plataforma del Incaa. En el filme documental prevalece la figura humana de la lideresa jujeña.

La cinta documental “Milagro. La película”, de Martín Adorno y la periodista Cynthia García, sobre la dirigente social que permanece detenida en la provincia de Jujuy desde 2016, se estrenará este domingo a las 22 en la señal Cine.ar y podrá verse por tiempo indeterminado en Cine.ar Play.

Con música de Peteco Carabajal y producción periodística de Celeste del Bianco, el largometraje se realizó de manera autogestiva, con la voluntad de un grupo de realizadores que generaron un registro narrativo de cine popular en medio de un ámbito hostil.

“Previo al estreno todo fue viajar, filmar y editar; tenemos un récord de 26 días sin parar, con jornadas de 18 a 20 horas de trabajo –expresó Adorno en diálogo con Télam, en representación del dúo de realizadores-. Llegamos al estreno, pensado para el 12 de octubre de 2018, porque ese día coincidía el hecho simbólico de la historia de nuestro continente con los mil días de la detención ilegal, ilegítima y arbitraria de Milagro”.

-Es lo que se llama una obra “urgente”…

-Martín Adorno: A partir de eso, miles de kilómetros, decenas de aeropuertos y semanas sin ver a nuestras familias, viajando por todo el país. No nos alcanzaban los días y hasta nos quedaron muchas invitaciones recibidas sin poder concretar, entre salas de cine independientes, centros culturales, sindicatos, universidades, espacios de debate y formación política. Fue increíble y aún así pudimos llevarla a la Universidad de La Habana y a la UPEC (Unión de Periodistas de Cuba). Milagro Sala ya está en la historia.

-¿Tuvieron algún tipo de apoyo oficial en la Argentina?

-Obviamente presentar un proyecto que contemplara en su columna vertebral una narrativa en defensa de Milagro no iba a ser sencillo y menos rápido. Por eso es un proyecto autogestivo. Absolutamente.

-¿Cuál fue el aporte de la propia Milagro en el armado de la película, además de sus testimonios?

-Milagro fundamentalmente se presenta como un ser humano; la excesiva mediatización de su figura y las maneras en que se fue configurando ese “personaje” inseparable de indecibles adjetivos, era -es- una plataforma significante conformada a partir de pareceres en permanente lucha. Ella tomando mate, cocinando, preocupándose por las cosas de la casa/cárcel, no deja de ser un animal político. Pero Milagro, en la película, aporta mucho de todo aquello que deja de lado esa construcción hegemónica inoculadora de odio y veneno.

-¿Cómo se solventó la producción?

-Ahorros, algún pasaje, algún hotel o vehículo prestado… Una parte sale de la postergación de otra película que se está filmando en Cuba, dado los altísimos valores a los que llevaron al dólar.

-¿Qué significa para Cynthia y para vos la difusión masiva por Cine.ar?

-Para mí, que vengo de la parte de atrás de abajo del fondo -así, sin comas-, es llegar a un peldaño a los codazos pero con mucha dignidad. Todo ha sido a base de mucho trabajo, esfuerzo y dignidad; muy legítimo. Entonces, esa suerte de reconocimiento de capital cultural, como las miles de emociones que la película ha generado en su derrotero, es espiritual y profesionalmente reconfortante. Si pudiera graficarse con “déjà vus” cinematográficos, diría que estas instancias son como mojones que uno va dejando en el camino para encontrarlos luego. Y corroborar que está haciendo lo que se propuso y lo que anhela; lo que hay que hacer. Considero que el arte y la comunicación embellecen al mundo de un modo estético y sustancial, filosófico, aunque frecuentemente desdeñado. Y la película sostiene como desafío el intentar codearse con esas premisas, aun tratándose de una presa política y siendo una pieza “de urgencia”.

-¿Cómo ves el presente y el futuro jurídico de Milagro ante los cambios políticos en el país? ¿Están en contacto con ella?

-Estamos en contacto con ella. En una democracia robusta y consistente no debiera existir la posibilidad de que sujetos como Gerardo Morales o Mauricio Macri pudieran pensar en postularse o formar parte de entramados plebiscitarios. Jujuy, podría decirse, ostenta uno de los más bajos niveles de calidad democrática, política e institucional del país. Sarmiento sugería que aquellos sujetos incómodos que no se podían adaptar al “statu quo” de su época bien podrían ser condenados a los confines de la vasta extensión de aquel joven país enorme. Este paso, antesala a la aniquilación, de algún modo se siguió replicando en provincias extremas como Jujuy. Poco cambió en la distribución del poder en manos de pocas familias, en los últimos 70, 80 o 90 años, con independencia del color del gobierno local de turno. Milagro es una anomalía absoluta, por mujer, por kolla, por pobre, por jetona… por líder. Pero, como sea -y como dice Zaffaroni en la película-, ya está en la historia. Entendemos que los tiempos políticos e institucionales suelen ser informes. Pero el nivel de irregularidades -por no decir acciones parajudiciales- es tan atroz y aberrante, que -queremos creer-, no se debería sostener mucho más en el tiempo. Y menos con tantos organismos de derechos humanos, políticos y sociales “cuidando” de ella. Estamos convencidos de que si esto hubiese ocurrido hace un puñado de décadas, Milagro no estaría viva; de hecho (el empresario Carlos Pedro) Blaquier es cuanto menos partícipe necesario de aquel apagón en el que se secuestraron más de 400 trabajadores del ingenio Ledesma, de los cuales 30 aún no se encontrado rastros. Tarde o temprano, Milagro debe volver a estar en libertad, pues su mayor pecado fue hacerle frente al poder real y disputarle territorio simbólico, político y económico a los hombres blancos del por momento decimonónico Norte argentino.

Podés ver un adelanto acá: