Michetti: “Pensábamos que los cambios iban a ser más rápido”
En una entrevista con LA CAPITAL, la vicepresidenta aseguró que el Gobierno tuvo "expectativas más altas" de las que se podían tener en 2015. Y reconoció las cuentas pendientes. Pero confió en que Macri tendrá chances de ser reelecto y dijo que no se obsesiona con ser otra vez su compañera de fórmula.
La vicepresidenta Gabriela Michetti, ayer, en una entrevista con LA CAPITAL.
Por Ramiro Melucci
Dice que nunca a lo largo de su gestión elevó el perfil, ni siquiera en el debate por el aborto. “Di solo una nota”, aclara. Y se preocupa en detallar cada línea de trabajo que encaró desde la Vicepresidencia. Gabriela Michetti está convencida de que cambió esa institución. “Antes lo único que uno decía era “el vicepresidente”, porque era una persona más o menos cercana al presidente, a veces conspirador, a veces mediocre o corrupto”, desliza en una entrevista con LA CAPITAL en la que también menciona las chances de Mauricio Macri de ser reelegido y merodea una autocrítica del Gobierno.
De visita en Mar del Plata, la vicepresidenta avisa que no está obsesionada por seguir en el cargo. Ayudará, dice, desde donde le toque. Lo único que no está en sus planes es volver a ser legisladora.
– Llegó a Mar del Plata después de recorrer varias ciudades. ¿Con qué objetivo?
– Estoy tratando de recorrer las ciudades y los pueblos en los cuales nosotros estamos impactando desde la vicepresidencia con las tareas que llevamos adelante. Para mí es muy importante porque hoy podemos decir que hay una institución y podemos hablar de Vicepresidencia. Nunca en los 200 años de historia hablamos de lo que dejó la vicepresidencia de tal persona.
– ¿La suya qué deja?
– Cuando llegué me propuse llevar adelante el modelo que nuestra Constitución copia de la americana: un modelo en el que el vicepresidente también puede generar servicios para la ciudadanía, no tiene que ser solo una persona que solo reemplace al vicepresidente cuando no está. Y en el siglo veintiuno eso es medio al cuente, perdón por la palabra, porque con el nivel de comunicación que hay el presidente se va y sigue gobernando. Por eso desde la Vicepresidencia generé cinco áreas de trabajo.
– ¿Cuáles?
– Una es el Senado, donde hubo ahorro, una administración mucho más transparente y toda la información en la página web. Y con ese ahorro estamos recuperando todo el patrimonio, que era una calamidad.
– Y hubo despidos.
– Tuve que hacer despidos que fueron los despidos que hay que hacer en el Estado: los de aquellas personas que están cobrando muy buenos sueldos y que cuando uno pregunta dónde está y qué hace nadie sabe. Como un agujero negro. No podemos darnos el lujo de tener 3.500 o 4.000 personas que no hagan nada o que hagan para el sector privado y cobren del Estado.
– ¿Cuáles son las otras cuatro áreas?
– La política de discapacidad, con el desafío difícil de cambiar la política asistencialista por un paradigma de derechos humanos en el que todos somos primero personas. Además de trabajar en el cambio de ese paradigma, por primera vez tenemos estadísticas. Y las otras áreas son el Programa Nacional de Artesanado y Diseño, los viajes internacionales para buscar inversiones y abrir mercados, que hice 24 y traje más de 6.000 millones de dólares de inversión, y la gestión social, que es una mesa de entradas de mensajes y cartas en el que contestamos y acompañamos trámites personales y ayudamos a la gente. Así que la Vicepresidencia es un mundo de laburo y eso para mí es un orgullo. Puedo asegurar que está mucho mejor de lo que la encontré.
– Sin embargo, en este año electoral para acompañar a Macri en la fórmula presidencial se menciona a Carolina Stanley o a Patricia Bullrich. ¿Le molesta?
– La verdad que no. Realmente soy una persona que siempre intenté vivir bien lo que me toca, sobre todo en el trabajo. Una de las fatalidades de la política argentina es que la mayoría de los políticos están siempre trabajando para el próximo cargo. Yo me concentro en lo que estoy gestionando. No importa si otros quieren ser o hay competencia. Yo no soy de obsesionarme con un cargo. Me gusta sentir que formo parte de un equipo. Si Mauricio me dice que lo siga acompañando, fantástico, pero si él piensa que tiene que ser otra persona no tengo problema. Quiero ayudar, ser parte del equipo y acompañar.
– ¿Y si Macri le pregunta qué quiere ser?
– Lo tendría que pensar, porque no es una cosa que en este momento me ocupe ni cinco segundos. Pero los temas que abrí, sobre todo el Programa de Artesanado y Diseño, que es para generar trabajo, y el de la discapacidad me dan ganas seguirlos.
– Excluye la posibilidad de volver a ser legisladora.
– Sí, a mí no me convence mucho eso de tener un cargo con cierta jerarquía y luego volver a un cargo que hiciste antes. En esos casos queda muy claro la dificultad de la política para dar lugar a los jóvenes. Yo ya pasé por ese lugar y ahora me tocó una cosa distinta, con una jerarquía superior, y siento que puedo hacerlo bien.
– ¿Cómo ve las posibilidades de Macri de ser reelecto en un año en el que siguen impactando la devaluación del año pasado y la inflación?
– Creo que es un año difícil, es una elección muy desafiante para nosotros, tal vez la más desafiante de todas las que hemos tenido. Creo que hay una chance importante para poder renovar la gestión y administración del Estado porque siento que en la Argentina se ha dado un salto en el sentido de que la gente ha hecho mucho esfuerzo. Y creo que ahora se ha hecho un esfuerzo desde el equipo que se condice con el de la gente. Yo trabajo 14, 15 horas, me voy a la una de la mañana, arranco la primera reunión a las 9… Y ese esfuerzo mucho de nosotros lo hemos hecho y creo que eso es bueno.
– Pero la economía no despegó…
– Lo cierto es que un año y medio o dos después de haber tomado la administración del Estado habíamos empezado a crecer después de cinco años y medio o seis que la Argentina no crecía nada. Y crecimos siete bimestres seguidos. Hasta que se produjo la crisis de mayo y abril del año pasado y otra vez volvimos a tener inestabilidad cambiaria. Eso generó, obviamente, más incertidumbre para la inversión. Tuvimos que volver a buscar la senda del crecimiento. Y con todas las medidas que se van tomando la estamos volviendo a armar. Creo que la gente ve eso. Que siente que es parte de ese esfuerzo.
– Da la sensación de que el Gobierno creía que era más sencillo resolver algunos problemas. En la campaña se prometió terminar con la inflación y la pobreza. Son cuentas pendientes muy importantes.
– No pensábamos que la pobreza la íbamos a resolver en la primera gestión. De ninguna manera. Ahí hubo una confusión entre la manera de expresar nuestro aspiracional y la manera en que realmente pensábamos en que los resultados se iban a ir dando. De cualquier manera, pensábamos que íbamos a poder bajar la pobreza mucho más de lo que la estamos bajando. Y también pensamos que íbamos a encontrar la posibilidad de crecer y tener inversiones mucho más rápido. Si en algo cometimos un error fue en tener expectativas más altas de las que se podía.
– ¿Por qué?
– El problema del país era más grande de lo que pensábamos. Nosotros veníamos muy embalados porque en la ciudad ordenamos el Estado y crecimos. Uno venía con esa sensación de que si hacías los esfuerzos y ejercías tu responsabilidad se generaban muy buenos resultados. Por otro lado, hicimos una recorrida por aquellos países en que podía haber dudas sobre qué tipo de economía íbamos a hacer y qué tipo de medidas íbamos a tomar. Pero definitivamente nosotros tuvimos expectativas más altas, pensábamos que iban a ser más rápidos los cambios. Por eso es un tema que queda todavía como cuenta pendiente.
. La polémica por una frase sobre el aborto
– Fue protagonista del debate por el aborto. ¿Se arrepiente de alguna frase? Hubo una muy fuerte respecto a la violación –le recordó LA CAPITAL a la vicepresidenta Gabriela Michetti.
– Yo lo que dije fue que si yo hubiera estado cuando se discutió eso (la posibilidad de abortar en caso de violación), siempre hubiera defendido la vida. En mi concepción creo que la protección de la vida humana tiene que estar siempre por arriba de todo. Me parece que es el primer vínculo de amor que uno establece. ¿Esto quiere decir que la mujer que se embaraza tiene que ser la madre sí o sí del niño que va a nacer? No. Si no quiere ser mamá, puede darlo en adopción. Esta es mi visión, que no tiene nada que ver con la religión, sino con una sociedad que yo me imagino mucho más amorosa y menos combativa. Pero ahora hay una ley y si hay una mujer que se va a hacer un aborto y está dentro de los parámetros de la ley, el aborto se tiene que hacer. Ya está democráticamente legislado.
. Su favoritismo por Montenegro
La vicepresidenta Gabriela Michetti aseguró que le gustaría que Guillermo Montenegro fuera intendente de Mar del Plata. “Es una persona especial para esta ciudad, con mucha experiencia y preparación en seguridad”, destacó. También remarcó que “es honesto”.
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