La planta de la empresa Zanella que desde fines de 2013 funciona en el Parque Industrial de Mar del Plata atraviesa su peor momento. El nivel de producción cayó fuertemente en los últimos dos años, en sintonía con una fuerte reducción en la venta de motos. Desde la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) advierten que la fábrica “va camino al cierre”.

En noviembre de 2013, en la calle 3 entre 6 y 8 del Parque Industrial “General Savio” y con alrededor de 60 trabajadores comenzó a funcionar Zanella, “la empresa líder del mercado argentino” -como dice su slogan-. Pasaron cinco años, hoy solo trabajan unas 35 personas y hace meses se viene hablando de la posibilidad del cierre. Ya a mediados del 2018 hubo una importante cantidad de despidos y suspensiones. Con el correr de los meses, la situación se agravó.

31 de marzo de 2019. Esa es la fecha que todos comentan con incertidumbre. Ese día vencerá el compromiso de la empresa de no despedir más trabajadores. A partir de allí, el gremio de los metalúrgicos prevé un contexto de total incertidumbre.

En diálogo con LA CAPITAL, el secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica seccional Mar del Plata, José Luis Rocha, explicó que “la situación de la empresa Zanelle es mala” desde hace meses con un escenario similar al de otras fábricas del sector: la caída del mercado, una fuerte baja de la producción, pérdida de puestos de trabajo y, en muchos casos, el cierre.

“No es solamente Zanalla, es en todos lados; lo que pasa es que en este caso tiene un nombre, es una de las grandes y tal vez por eso se visibiliza más. La situación en la ciudad es bastante compleja”, indicó el dirigente de la UOM.

Rocha informó que la empresa continúa perdiendo rentabilidad hace varios meses y que el acuerdo recientemente firmado con el gremio implica, entre otros puntos, “el compromiso de la empresa de no despedir trabajadores hasta el 31 de marzo”, pero de inmediato advirtió: “Qué va a pasar después si no sale a vender motos, no lo sabemos”.

Desde la UOM señalaron que desde el 2017 el patentamiento de motos viene en caída. Lo mismo ocurre con la venta y por ende con la producción dentro de las cuatro plantas de Zanella: la de Mar del Plata, la de Caseros, la de Cruz del Eje (Córdoba) y la que está en San Luis.

Los motivos que ponen en jaque a Zanella en el Parque Industrial de Mar del Plata son claros: “La situación económica nos está llevando a una crisis que cada vez se agudiza más, en la que la industria no da para más y no creemos que se pueda revertir”, dijo el secretario general de la UOM.

“Intentamos ser optimistas y que la situación se revierta -continuó-, pero no vemos que esto cambie en marzo y la gente salga de pronto a comprar motos y la actividad se pueda sostener”.

Rocha remarcó en este sentido la responsabilidad que tiene el gremio. Por eso los metalúrgicos se han puesto “a disposición” para “acompañar a la empresa” con el objetivo de “salvaguardar los puestos de trabajo y que los trabajadores se mantengan adentro de la fábrica”.

Sin embargo, alertó, “Zanella no levanta cabeza y no vende los productos que necesita vender”. La primera consecuencia directa de esa realidad en el mercado ha sido la reducción de personal: en los últimos tres años se recortó casi al 50% y de los 60 trabajadores que había inicialmente o hoy la empresa produce con 35 empleados.

El gremio, las autoridades de la empresa y por supuesto los trabajadores no pierden de vista la fecha: 31 de marzo. “No sabemos qué va a pasar después pero por como viene todo, va camino al cierre”.

“Si estas empresas que tienen espalda para soportar una crisis se ven en esta situación, ¿qué le espera a las más chicas? Una empresa grande puede sostener una crisis, pero por cuanto tiempo y además sin perspectivas de que el mercado repunte”, añadió.

ESKABE, EN LA MISMA SITUACIÓN

Junto a Zanella, para la industria metalúrgica local sin duda Eskabe es otra de las grandes empresas. La producción de calefactores, termotanques a gas y eléctricos, cocinas, calderas y climatizadores de piscina, entre otros productos, cayó fuertemente en los últimos años y en el comienzo del 2019, el futuro inmediato de la firma y de sus empleados se debate en el Ministerio de Trabajo.

Ubicada en Monseñor Zabala 323, la empresa líder en la producción de equipos de calefacción, agua caliente y cocción “está viviendo una situación muy compleja”, advierten desde la UOM.

“En la empresa hay gente de vacaciones y no se sabe qué va a pasar cuando vuelvan. Están teniendo graves problemas en la venta de sus productos y la situación es delicada”, indicó José Luis Rocha, secretario general de la UOM.

Hace algunos meses el personal de la planta de Eskabe en Mar del Plata viene sintiendo el presente adverso de la empresa. El último medio aguinaldo se pagó en forma desdoblada, las vacaciones “no se abonaron como corresponde” y “se vive un clima de muchísima incertidumbre”.

“Zanella y Eskabe reflejan cómo está el sector. Al tener un nombre expone lo que está pasando. La situación económica nos está llevando por este camino y vemos con preocupación qué es lo que va a pasar dentro de estas plantas”, añadió el dirigente metalúrgico.

La UOM y representantes de Eskabe en Mar del Plata vienen manteniendo un diálogo abierto sobre este contexto. El próximo viernes 25 de enero asistirán a una nueva audiencia a instancias del Ministerio de Trabajo para evaluar la situación de la empresa y definir los pasos a seguir.

“No descartamos nada y la verdad es que no sabemos qué puede pasar”, reconoció el titular local de la UOM.

Sin ayuda del Estado

Ni en el caso de Zanella ni en Eskabe, al menos hasta el momento, ha intervenido el Estado. Según indicaron desde el gremio que representa a los trabajadores metalúrgicos “ni el gobierno municipal ni el provincial se han acercado a interiorizarse sobre la situación”.

Por ahora solo los responsables de sendas empresas y la Unión Obrera Metalúrgica mantienen instancias de diálogo para evaluar la situación mes a mes. “En el caso de Zanella no vimos intervención por parte del Municipio, considerando que cuando se abrió el gobierno estuvo presente”, recordó el secretario general del gremio.

En Eskabe el panorama es el mismo en ese sentido y eso a los trabajadores les genera una fuerte preocupación: “Las empresas no han tenido ayuda de ningún tipo pese al futuro incierto que tienen por delante”, añadió Rocha y por último manifestó: “Realmente en este contexto no sabemos qué va a pasar pero las posibilidades de que cierren son reales. La industria no da para más y no vemos indicadores que marquen que se pueda revertir”.