Los mensajes nos bombardean, nos atraviesan y se construyen como “verdades” que inciden en nuestro sentido común. Mostrándonos quiénes están legitimados para hablar y de qué temas.
Desde la perspectiva de género, el monitoreo realizado por la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual da cuenta de que solo el 22,7% de las noticias fue presentado por una columnista mujer, mientras que el 74,7% contó con un columnista varón. El porcentaje restante (2,6%) fueron presentaciones realizadas por diferentes combinaciones de varones y mujeres.
Asimismo, desde las temáticas también se reproducen estereotipos. Los tópicos “política” son abordados en un 84,6% por varones. Los hombres también presentan en un 74,9% policiales e inseguridad y en un 81,9 información general. Mientras que las mujeres se destacan solo en espectáculos con un 59,2%.
Claramente el mundo de las noticias es masculino, relegándole a la mujer un lugar vinculado a la frivolidad.
Probablemente si sos mujer después de estos discursos que nos atraviesan te va a costar más expresarte políticamente.
Según Iván Sambade Baquerín de la Universidad de Valladolid existe una “subrrepresentación de las mujeres en los medios de comunicación de masas”. “Son generalmente los varones quienes aparecen representados por los media como ciudadanos o actores de la esfera social pública, mientras que las mujeres lo son fundamentalmente en función de su relación familiar con algún varón, siendo vinculadas así con la esfera social privada”.
Paradójicamente las mujeres también son sobrerrepresentadas en otro espacio mediático: en la publicidad.
En las publicidades las mujeres ocupan generalmente tres lugares estereotipados: la mujer como ama de casa. Mujer como objeto, para ser consumida junto a otros objetos por varones. O bien la mujer hiperconsumista, obviamente con la tarjeta de su marido.
Es importante visualizar que estas representaciones masculinas y femeninas responderán también a determinados modelos. Modelos eurocéntricos, blancos, heterosexuales y consumistas.
Según Sambade Baquerín “el varón representado por los medios es una persona racional y autocontrolada que disciplina su cuerpo para ejercer el gobierno del otro, especialmente del otro-mujer, como objetivo final de su acción en la vida pública”.
Las empresas comunicacionales que ocupan posiciones dominantes inciden profundamente en las representaciones mediáticas que consumimos, sin embargo como ciudadanos podemos problematizar estos discursos, ponerlos en tensión y generar nuevas formas de pensarnos. Si desarrollamos nuevos discursos, lograremos incidir en futuras subjetividades y pensarnos desde discursos más inclusivos.
*Licenciado en Comunicación Social de la UNLZ. Docente de Comunicación Social y Seguridad Ciudadana de la UNRN.