“Me siento culpable”, dijo Nahir Galarza sobre el crimen de su novio
La joven de 20 años dio su versión sobre lo sucedido el 29 de diciembre de 2017 cuando disparó dos veces contra Fernando Pastorizzo,
Nahir Galarza.
Nahir Galarza, quien cumple prisión perpetua en una cárcel de Paraná por el crimen de Fernando Pastorizzo, aseguró que se siente “culpable” del homicidio de su novio pero no “responsable” de la situación que derivó en él, ya que el joven “lo pudo haber evitado”.
En la primera entrevista que da en televisión desde que fue detenida, realizada por la conductora Mariana Fabbiani en Canal 13, la joven de 20 años dio su versión sobre lo sucedido el 29 de diciembre de 2017 alrededor de las 5.30 de la madrugada en Gualeguaychú, cuando disparó dos veces contra su novio, una de ellas por la espalda.
“Me siento culpable porque más allá de todo lo que pasó, si se veía conmigo o no, él era una persona y tenía casi mi misma edad, él era una persona que ya no está y me hace sentir demasiado culpable pero no puedo hacer nada para revertir la situación”, afirmó Galarza.
La joven aclaró que no se sentía “responsable” de la situación previa y respecto a que él no se pudo defender y contestó que “eso dicen las pericias, (pero) no fue lo que pasó”.
“Fernando pudo haber evitado todo”, remarcó, aunque sin dar mayores detalles.
Acerca de lo que hizo tras el homicidio, sostuvo que “no tenía nada en la mente” y que “ese día no podía reaccionar, no entendía lo que me estaba pasando, no caía”.
“Si me preguntas cómo hice para llegar a mi casa, no sé, no me acuerdo lo que hice”, afirmó la joven y negó que se haya acostado como en principio trascendió: “¿Cómo me voy a ir a dormir? Era una bola de nervios”.
Según el relato de Nahir Galarza, que estuvo lleno de larguísimos silencios ante preguntas comprometidas, entró a su habitación y se quedó “quieta”, luego le contó a sus padres lo que había ocurrido y pasadas unas horas recibió el llamado de la madre de Fernando para ver si ella sabía dónde estaba su hijo.
“No tenía noción del tiempo ni de lo que había pasado”, dijo Galarza y aseguró que tomó “consciencia” de lo sucedido “tres meses después”.
Consultada sobre de qué había tomado consciencia, contestó “de que Fernando había fallecido” y repreguntada sobre si no creía que se trataba de un homicidio, respondió que “que haya sido accidental o no, la realidad es que hay una persona que falleció”.
Galarza dijo que no quería pensar en “la última imagen” de su novio y preguntada sobre si el hecho se podría haber evitado, sostuvo que “ese día” no se tendría que haber visto con el joven.
El crimen ocurrió el 29 de diciembre de 2017, a las 5.30 y Pastorizzo fue encontrado muerto en la calle con un tiro en la espalda y otro en el pecho, y su moto y dos cascos tirados a su lado.
La joven, que hoy tiene 20 años, primero dijo que había visto por última vez a su novio la noche anterior pero luego se fueron sumando pruebas, entre éstas un video en el que se la veía caminando cerca de la escena del crimen, que derivaron en que terminara presentándose ante la Justicia y confesara el hecho.
Asesorada por sus abogados, Galarza luego fue cambiando su versión para que el crimen quedara como “accidental” y sostuvo que había mentido porque temió que culparan a su padre policía, que era el responsable de la pistola calibre 9 milímetros reglamentaria con la que cometió el homicidio.
Además, la estrategia defensista fue tratar de instalar que Galarza y Pastorizzo no habían tenido una relación de noviazgo pero tanto testigos como el hecho de que hasta se habían ido juntos de vacaciones a Brasil con los padres de la joven, empezó a desmoronar esa hipótesis.
Exactamente 29 días después y con 19 años, Galarza fue condenada a la mayor pena estipulada en el Código Penal argentino por el delito de “homicidio calificado por la relación de pareja” por decisión de los jueces Mauricio Derudi, Arturo Dumón y Alicia Vivian.
Los jueces dieron por acreditados dos elementos fundamentales: que los jóvenes eran novios y que los disparos efectuados por Galarza fueron intencionales.
La joven cumple su condena en la cárcel de Paraná y espera que una sala de la Cámara de Casación de Concordia analice su apelación para no pasar 35 años tras las rejas.