CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Opinión 16 de mayo de 2016

McCartney y los mitos de origen

Por Fabrizio Zotta

La explicación de una obra de arte suele ser penosa. Quiero decir, ya sea el autor, o la crítica, que aventure el desarrollo de los contextos, las anécdotas y los porqués de la creación estética realizan un procedimiento más parecido a la infidencia, o al chusmerío, que a la contribución artística. Y si la obra en cuestión es un clásico, un éxito mainstream, o un reputado ejemplar de catálogo, es inevitable que se aparezcan los “mitos de origen”: épicas que narran hechos históricos que rodearon al producto final.

Paul está en Argentina. El autor de una de las obras más influyentes de la música mundial tocará en Córdoba y La Plata, en el marco de la gira One on One, que ya ha tenido puntos muy altos en otros países. A poco más de un mes de cumplir 74, en los últimos años ha cedido a la tentación de explicar sus canciones. A través de entrevistas, o en sus propios medios de comunicación, va corriendo el velo de los misterios que rodearon a sus composiciones desde hace más de 50 años.

Lo hizo en 2014 cuando se refirió a Eleanor Rigby, un personaje ficticio que creó de muchas “señoras mayores que conocí de chico” y desmintiendo lo de la famosa tumba por la que caminaba con John; en 2015 ratificó la historia de Hey Jude, dedicada a Julian Lennon, el hijo del mismo compañero de banda, que tenía 5 años cuando se separaron sus padres. Había explicado ya anteriormente que soñó con la melodía de Yesterday en la casa de su novia de entonces, en el otoño de 1963. Y en estas semanas decidió dar por terminado otro secreto: la historia detrás de Blackbird.

La célebre composición para el disco The Beatles (el álbum blanco) de 1968, tuvo durante años dos mitos de origen: el primero es que McCartney despertaba en su casa con el canto de unos pájaros y sólo tuvo que transcribir esas melodías. Y de esa traducción, un poco ornitológica, surgió música y letra.

La otra versión fue la que, a 40 días de que se cumplan 48 años de su grabación, McCartney confirmó en Twitter. Blackbird fue inspirada en la historia de nueve chicas negras que se inscribieron en Little Rock Central High School, un establecimiento educativo exclusivo para gente blanca, en 1957. Una vez admitidas en el establecimiento, comenzaron los problemas raciales en la comunidad y el gobernador de Arkansas, Orval Faubus, protestó por la inscripción, y les bloqueó la entrada. De allí surge la figura del mirlo, un pájaro de plumaje negro, intentando volar con sus alas rotas. Escribió McCartney en Twitter: “Increíble conocer a dos de las nueve Little Rock, pioneras del movimiento de los derechos civiles e inspiraciones para Blackbird.

Durante años, el propio Paul se esforzaba en no contar esos entretelones, jugaba con varias historias, e incluso dijo alguna vez que ya no recordaba cuál de todas las era la real, cuál había vivido realmente, de tanto que lo involucraban en mitologías diversas. Quizá estas, que él mismo cuenta como verdades, tampoco lo sean.
Es que el misterio y el arte son tan próximos.