LA PLATA (Corresponsalía).- La provincia de Buenos Aires asistió a 164 víctimas de trata durante 2020.

De acuerdo a datos aportados por el Programa de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el delito de Trata, más de la mitad de las personas rescatadas y asistidas sufría explotación sexual.

El último informe presentado por el Programa que depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos bonaerense que conduce Julio Alak evidenció también que las víctimas fueron, en su gran mayoría, personas muy jóvenes: el 78,1% tenía menos de 35 años.

La directora provincial de Acceso a la Justicia y Asistencia a la Víctima, Lucía Iañez, explicó: “nosotros actuamos en general por derivación, a través del pedido de algún organismo como puede ser una fiscalía -especializada o no-, o por derivación del Programa de Rescate y Acompañamiento nacional o del Comité de Trata nacional”.

Consultada por LA CAPITAL, Iañez contó además que “actualmente estamos trabajando mucho con el Ministerio de Trabajo bonaerense, a través de las inspecciones que hacen en campos, talleres textiles o diferentes ‘empresas’, en las que se constata que hay irregularidades y muchas veces trata laboral o delitos conexos”.

“Éste es el informe del 2020”, dijo la funcionaria, y agregó que “hay que destacar que fue un año muy particular porque la actuación judicial no fue tan amplia como en otros años -de las 164 personas asistidas, 112 fueron amparadas en el contexto de pandemia-; por eso hubo menos allanamientos”.

“De hecho el año pasado hubo 164 víctimas rescatadas y asistidas, y en lo que va de 2021 ya son 150, es decir que este año hubo mucho más movimiento”, remarcó.

Asistencia alimentaria y sanitaria

Según el último estudio bonaerense, el 58% de las personas amparadas el año pasado sufría explotación sexual; el 28% trata laboral y el resto algún tipo de explotación con finalidades mixtas u otras irregularidades que no configuran delitos.

“En general los rescates de víctimas de trata sexual son más individualizados -se asiste a una o dos personas- mientras que en los de trata laboral tiende a haber un grupo de personas”, relató Iañez. Una vez que están incluidas en el Programa, se les brinda asistencia alimentaria y sanitaria.

“Lamentablemente en la provincia de Buenos Aires no hay refugios para víctimas de trata. Debería haber porque la Ley así lo indica, por eso estamos trabajando para tener el primer refugio”, aseguró la funcionaria.

Y añadió que “lo que sí tenemos es un fondo rotativo para emergencias por el cual alquilamos hospedajes para que las personas -especialmente en los casos de trata laboral- puedan quedarse el tiempo necesario hasta que retornen con sus familias”.

“En el caso de la trata sexual -continuó la directora provincial- en una primera etapa hay quienes se quedan en estos alojamientos pero en muchos otros casos ingresan a refugios de violencia de género que están a cargo del Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual o de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia”.

Muchas reingresan a las redes

En otro orden, Iañez indicó que “este es un delito que afecta en gran medida a las mujeres, especialmente en la trata sexual pero también en la laboral. Según el informe que presentamos en diciembre pasado, el 59% de las víctimas eran mujeres”.

“Esto muestra una vulnerabilidad de las mujeres que ya venimos viendo en otros delitos”, consideró. Y analizó que “las mujeres jóvenes son las que más padecen todo tipo de delitos, muchas vulnerabilidades y muchas dificultades en el acceso a derechos”.

Finalmente, destacó que “hay muchas víctimas que lamentablemente reingresan a las redes, por eso es tan importante la asistencia y que la derivación se haga a los puntos focales”.

“Es un delito que te atraviesa tanto subjetivamente y te priva de todos los derechos, que la persona termina siendo captada nuevamente”, concluyó.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) define que trata de personas es “la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación”.

“Esa explotación -menciona la ONU- incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajo o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos”.

Línea telefónica 145 – Asistencia y denuncias por trata de personas. Gratuita, anónima y nacional. Disponible las 24 horas durante todo el año.