Martín Bossi: “En un mundo feliz, ordenado, lleno de empatía y de igualdad yo no tendría sentido”
Charla con uno de los protagonistas de la cartelera teatral del verano. El humorista presenta cada noche "Bossi Live Comedy" desde el escenario del Teatro Mar del Plata. Desde ahí repasa el presente con mirada crítica y propone otra manera de entablar vínculos. Dios, la política, la rebeldía y su don, algunos de los temas abordados en esta entrevista.
El showman contó: "Me fabriqué un Dios, cuestioné la religión, por supuesto como buen rebelde".
Todas las noches, lleva a cabo su catarsis, que explica como “una necesidad propia, casi hasta egoísta”. El showman Martín Bossi dice que con su “Bossi Live Comedy”, que pone en escena desde el escenario del Teatro Mar del Plata y que pasó por Europa durante el invierno pasado, devuelve lo que le Dios le dio. Se trata de un don, de un regalo. “Dios me dio algo que no es mío, después a la gente le pasa lo que le pasa”, asegura sobre el show en el que recurre a la música, a las historias, a las imitaciones y a los viejos hábitos para hacer su crítica al presente.
“Hago una crítica total, siempre digo que es una mirada del pasado desafiando el presente”, asegura sobre la idea que lo movió, junto a Emilio Tamer, a escribir este nuevo show que empezó a cobrar forma en plena pandemia de Covid-19, mientras el mundo se detenía.
“Siempre digo que (el espectáculo) es una mirada al pasado desafiando el presente. Y te digo, si el presente fuera una entidad, Omar Antonio Presente, debería hacerme un juicio grande”
“Este espectáculo nació del encierro, de ver para donde iba el mundo”, dijo en una entrevista con LA CAPITAL. “Claramente los que estamos un poquito despiertos, los que tenemos dobles lecturas entendemos qué está sucediendo y bueno tratamos de transformarlo en forma de melodía, de comedia, de comicidad, de show, esto es una catarsis colectiva, es un banquete de los sentidos, recuperamos los sentidos que fuimos perdiendo, los rituales, los símbolos, los signos, todo eso que hace a la cultura. Yo digo que un país sin cultura no es un país libre”, explicó.
Rebelde, crítico, Bossi se pronunció como “un hombre de ideas” y se definió “muy libre”. “Un hombre con ideas es más libre que un hombre con ideales”, observó y no evitó declaraciones vinculadas a la actual coyuntura.
“Soy un hombre de la cultura, cómo voy a estar de acuerdo con que se baje el subsidio para el arte. Me parece que, al contrario, habría que (empezar) en los colegios con talleres literarios, volver a las escuelas de teatro, incentivar a los chicos para que investiguen de dónde venimos, dar becas para que vean teatro nuestro no de afuera”, planteó.
Mirá la charla completa acá:
“Charles Darwin en el año 1860 decía que la verdadera decadencia del ser humano se ve en que cada vez nos engañan personas con menos talento”
-¿La tarea de recuperar ese mundo perdido que hacés en el espectáculo supone un objetivo un poco nostálgico, algo melancólico?
-No, eso es un error. Pensar que la risa, el romanticismo, la melodía no es una cuestión nostálgica, ahí está el gran problema que nos han inculcado, sobre todas a las nuevas generaciones. Les hablás del romanticismo y dicen “sos nostálgico”. No, ahí está el error, la trampa. La risa no es nostalgia, el romanticismo no es nostalgia. La idea es hacerle entender a la gente que hay necesidades esenciales que fuimos perdiendo y que son nuestras, son derechos. Para mí es como un regalo ver a mil personas por día, quinientas o seiscientas abrazadas, es como ciencia ficción.
-Además, en tu show hay una búsqueda de emoción, involucras a todos los espectadores en el seno de tu familia, de alguna manera nos metés en tu mundo. Como si hacer reír no te fuera suficiente. ¿Además tenés que emocionar?
-No te quiero pinchar el globo, parezco (el personaje de Juan Carlos Calabró) El Contra. No busco nada, te juro que no busco nada, inclusive lo que yo cuento, si vamos a hablar de géneros, es una tragedia. Que la gente se ría todo el tiempo, porque la tragedia es una vuelta de tuerca del humor. No busco emocionar, no busco hacer reír, no busco nada. Yo te invito a mi casa y hago lo que hago, te sigo lo ravioles, cantamos las canciones italianas, hablamos del abuelo, después si la gente se emociona es un tema de la gente, si la gente se emociona porque los hago sentir en una tribu y lo necesitaban y no se dieron cuenta, es un tema de la gente, si la gente se emociona porque le cantamos canciones con melodías, es un tema de la gente. Yo hago mi catarsis, una necesidad propia casi hasta egoísta de todas las noches devolver lo que Dios me dio, que es un don, un gif como se lo dio a todos. Yo lo devuelvo. Dios me dio algo que no es mío, después a la gente le pasa lo que le pasa. Si te lo digo como espectador, porque soy un espectador, el protagonista no soy yo, es muy curioso lo que pasa. No creo que haya un lugar en un teatro hoy en el que suceda una cosa así y no lo digo de agrandado. Ni siquiera es un espectáculo de teatro, se hace en un teatro pero no tiene nada que ver con el teatro.
-¿Qué es lo que pasa, qué te sorprende?
-Que todos los sentidos puedan aflorar tan a flor de piel, está todo ahí, no tengo que hacer mucho trabajo. En realidad me doy cuenta de la manipulación que hay con la gente.
-Vos sembrás semillas para llevar a la gente a determinado lugar también.
-Obvio, desde recibirlos con smoking, con una Big Band, con un violín. Hay historia de amor, entre dos personas no importa en qué género, en este caso es un hombre y una mujer, pero es una historia de amor, hay dos personas que se unen. Acá no se habla de política, no se habla de sexualidad, no se habla de colores. No se habla de etnias, no se habla de formas de lenguaje.
-Sin embargo hay una ideología, planteás una crítica al mundo.
-Una crítica total. Siempre digo que es una mirada al pasado desafiando el presente. Y te digo, si el presente fuera una entidad, Omar Antonio Presente, debería hacerme un juicio grande. Me tendría que decir “Escuchame Martín, qué te pasa conmigo, me estás atacando, estás cuestionándome”. Y yo le diría “Sí, estoy atacando tu negocio, Presente, estás delinquiendo, estás cometiendo un acto de delincuencia espiritual, estás hackeando a la humanidad”. ¿Cabe el amor en un algoritmo, Presente?
“¿Cabe el romanticismo en un algoritmo, un alma puede estar encerrada en un algoritmo, afloran los sentimientos, el talento de una persona se puede encerrar en un algoritmo, señor Presente? Si uno desliza su dedito cuatro horas en Tik Tok sabe menos y si sabe menos es más fácil de manipularlo. Charles Darwin en el año 1860 decía que la verdadera decadencia del ser humano se ve en que cada vez nos engañan personas con menos talento, lo dijo en 1860.
–Estás rebelde, ¿siempre lo fuiste?
-Ser un adaptado social en una sociedad enferma es peligroso, no quiero adaptarme a esta sociedad, ser un inadaptado es una cuestión de sanidad, en una sociedad enferma adaptarse a esto, ser sumiso a esta locura, me pongo en la vereda de enfrente. Rebelde al pedo, no, no, pero en un mundo feliz y ordenado y lleno de empatía y de igualdad yo no tendría sentido, haría otro tipo de shows. Es muy obvio lo que estoy diciendo, simplemente que como hay una moda de que no se puede hablar, hay como una oleada de pensamiento políticamente correcto que hay que cumplir, en los medios tengo una forma de expresarme donde obviamente digo lo que pienso, pero hay ciertos temas en los que estoy guionado para lo que se requiere. En un teatro no, busco la manera dulce de decir que te están estafando.
-En “Bossi Live Comedy” le das un gran rol a la música. ¿Qué papel juega la música en tu vida?
-¿En la vida de la gente? Somos música, cuando hablamos somos música, cuando caminamos somos música, cuando nos despertamos, somos música, cuando abrimos un cajón. En mi vida particularmente como en la de muchas personas sensibles es fundamental, es poesía la música, es poesía con melodía. No puedo vivir sin la música. La música coloniza también.
-¿Cuál es tu don?
-En realidad Dios me dio una facilidad para las artes, después dificultades para todo. Me dio una actitud muy fuerte para expresarme no con el arte dramático ni con instrumento, con todo, o sea realmente no me siento limitado en nada. Soy muy libre, me cuesta todo mucho. Hace seis años empecé a tocar piano, toco el piano tres horas por día y tocó el saxo y voy al gimnasio, ensayo, es imposible que las cosas me salgan mal cuando te dedicás 24 por 24, hace 49 años. Me di ese don, ahora qué hacés con eso.
-Hablás de Dios, ¿cuál es tu Dios?
-Me fabriqué un Dios, cuestioné la religión, por supuesto como buen rebelde. Tuve sospechas muy grandes, ya se me presentó un poquito violento que me se manejen con diez mandamientos. Empecé a sospechar y dije ¿hay que amar de esta manera? ¿Jesús era así tan lindo o esa es una imagen de Hollywood y no se animaron a contarnos la verdadera historia? ¿quién fue Jesús, por qué murió realmente? Empecé a entender que las religiones dividen, no armonizan. Creo que si Dios existiera el enemigo de Dios sería la religión. Y ahí creé un dios mío, todopoderoso, sería el primer Che Guevara, el primer Lennon. Los tipos que hablan de paz terminan en manos de la violencia generalmente.
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