por Pablo Amalfitano

El mundo de la raqueta lo recuerda por un hecho puntual. Aquella victoria sobre Pete Sampras en semifinales de Niza 1992 resultó ser el único éxito de un argentino frente al astro estadounidense. Gabriel Markus, no obstante, suele rememorar otros partidos importantes de su breve pero explosivo transitar por el circuito.
“Tuve victorias importantes para esa época. Dos semanas después del triunfo contra Sampras le gané en España a Ivan Lendl, que en ese momento todavía era mucho más que Sampras. Lendl era mi imagen deportiva, el jugador perfecto, cinco años número uno del mundo. Esa victoria me dio mucho respeto en el circuito. Y un par de semanas después, también le gané en Suiza a Michael Chang, un top 5 de ese momento. En un mes y medio les gané a tres jugadores fuera de serie”, le cuenta el ex 36° del mundo a LA CAPITAL, en una charla que recorre desde su paso como tenista profesional hasta el prestigio que consiguió como entrenador en todo el mundo.

-¿Qué es lo mejor que recordás del circuito?
-Tengo recuerdos muy lindos del circuito. Si bien me retiré muy joven, los tres o cuatro años en los que pude competir a nivel profesional fueron interesantes. Prácticamente me retiré con una edad en la que la mayoría recién empieza. Es una triste historia porque me preparé toda mi vida y no pude disfrutar mucho tiempo.

Formado en el club Deportes Racionales, Markus irrumpió rápido en el Tour hasta que su lesión comenzó a castigarlo. Pocos años después de empezar su carrera, una osteocondritis del cóndilo interno de la rodilla izquierda minó su camino como tenista y lo obligó a abandonar la actividad con sólo 26 años.
Finalizada su carrera, Markus comenzó a trabajar como entrenador y no tardó en destacarse en el mundo gracias a sus logros con grandes tenistas. “Todo tiene que ver con los resultados. Los jugadores son inteligentes y observan cómo trabaja el resto de los entrenadores. Ellos sacan sus propias conclusiones”, explica.

-¿Cómo es entrenar a jugadores de la talla de Nalbandian, Safin, Massú o Gasquet?
-Son experiencias muy interesantes. En general empecé con esa clase de jugadores cuando tenían un ranking bastante retrasado. No comencé con esos jugadores cuando estaban en el Top 10 sino que los ayudé a recorrer ese camino. Y eso requiere un esfuerzo enorme. Te diría que es mucho más difícil que trabajar con un jugador que ya se instaló bien arriba. Me preparó muchísimo como entrenador haber trabajado con jugadores de tan diferentes personalidades y culturas. Encontré mucha variedad.

-¿Por qué el entrenador argentino es tan valorado en el exterior?
-Los resultados con los sudamericanos llamaron la atención del jugador europeo. Es muy bueno el trabajo que hemos hecho. No hay grandes entrenadores en el mundo y por eso el jugador extranjero nos tiene en cuenta. Cuando me llamó Richard (Gasquet) fue muy especial porque los franceses son bastante cerrados y generalmente trabajan entre ellos.

-¿Qué significa para vos que te busquen de otros países para trabajar?
-Es un orgullo muy grande. Si bien ahora estoy más tranquilo, tuve una época en la que me buscaron muchos del exterior. Tuve que rechazar a grandes jugadores por estar comprometido. Les dije que no a jugadores como Tommy Haas o el propio Marat Safin en un determinado momento. Estaban entre los mejores diez del mundo. Siempre fui muy fiel a mi jugador de turno y por eso no pude trabajar con ciertos talentos que me hubiera encantado entrenar.

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Desde la otra punta del mundo, el ex jugador de Copa Davis vive una experiencia lejana respecto de sus anteriores trabajos como entrenador. Radicado en China desde hace seis meses, se ocupa un proyecto que incluye a cuatro jugadoras jóvenes de entre 16 y 17 años en proceso de inserción al profesionalismo.

-¿Cómo es trabajar con jugadoras juniors en un país tan diferente?
-En este proyecto hay objetivos a largo plazo y me buscaron porque yo trabajé con muchos profesionales. Es la primera vez en mi vida que estoy con mujeres y es una buena oportunidad de aprender. En China la cultura es difícil para nosotros porque la gente es totalmente distinta. Es duro trabajar acá; creo que después de este proyecto cualquier otro trabajo me resultará más fácil.

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Markus conoce muy bien el circuito. Lo vivió como jugador y sumó mucha experiencia en su etapa post profesionalismo. Y sabe dónde radican las claves para que el tenis argentino siga vigente y sostenga una gran representación en el Top 100: “Argentina siempre va a tener buenos jugadores. Quizá en algún momento no nos toca tener grandes jugadores pero el pelotón que está entre el 50 y el 400 del mundo siempre va a ser numeroso. Y eso es porque el argentino trabaja bien, tiene una buena cultura del deporte y, sobre todo, es sacrificado. Sabe que necesita salir al mundo a destacarse y que nada de eso le va a resultar fácil. El jugador argentino tiene hambre. Y en el tenis no hay secretos: si uno trabaja, los resultados llegan”.

–La ATP probará cambios en las reglas en el Masters Sub 21 de noviembre en Milán, en busca de un formato más corto. Los sets serán al mejor de cuatro games, el calentamiento será más corto, habrá un reloj entre puntos y se eliminará el “let”. ¿Qué opinás sobre estas modificaciones?
-A mí, sinceramente, no me gustan los cambios. El tenis es un deporte tradicional y el jugador está acostumbrado a jugar de una determinada manera y con ciertas reglas. Y esas reglas rigen desde hace muchos años, por no decir desde siempre. Sé que la ATP lo hará por un tema de marketing y buscará atraer más al espectador. Entiendo que son negocios pero no me gustan los cambios en el sistema con el que jugamos toda la vida.

– La ITF intentó un cambio en el formato de los singles de la Copa Davis pero no prosperó. ¿Creés que hay que modificar la esencia de esa competencia?
-La Copa Davis es un torneo que demanda realmente mucho esfuerzo por parte de los jugadores. Es muy difícil. Requiere de mucha cantidad de horas y emocionalmente es una competencia muy estresante. Creo que también tiene que ver con un negocio porque muchas veces los mejores jugadores no quieren estar.

-¿Trabajaste con el equipo kazajo, ¿qué tiene que tener en cuenta la Argentina para jugar el play off en Astana?
-Trabajé bastante con el equipo de Copa Davis de Kazajistán. Son peligrosos pero creo que Argentina es favorita. Somos superiores en cuanto a trayectoria y resultados. Además, hoy ya no existe una superficie tan complicada que nos puedan poner, porque ellos también deben sentirse cómodos. Ninguno de los jugadores kazajos es bueno en condiciones extremadamente rápidas. Cualquier superficie que pongan ya existe en el circuito. No creo que haya sorpresas. Kukushkin, el mejor de ellos, no se siente bien en canchas muy veloces. Todavía falta y nosotros tenemos más posibilidades de recambio que ellos. Argentina debería ganar esa serie aunque ya sabemos que en la Copa Davis puede pasar cualquier cosa…

-¿Cómo ves la actualidad de Juan Martín Del Potro?
-El presente de Del Potro es muy bueno. Después de todo lo que le pasó con la muñeca y de haber estado dos años parado todo esto es espectacular. En muy poco tiempo se metió entre los mejores 35 del mundo. ¿Qué más se puede decir? Va a ganar más partidos, va a mejorar y va a subir más en el ranking. Con el correr de los partidos va a acercarse a los lugares en los que le corresponde estar. Hoy por hoy, con un nivel más o menos estable, Delpo no pierde con muchos jugadores salvo con los de arriba. Y pronto va a estar con ellos.

-¿Qué opinás sobre el tema latente de su falta de entrenador?
Se habló mucho de las razones por las que no tiene un entrenador y un equipo de trabajo. No tengo respuestas para eso pero creo que todo jugador necesita a alguien que lo contenga y le ordene el juego en los torneos. Por otro lado, un jugador con la experiencia de Del Potro, que lleva tantos años en el circuito, sabe muy bien cómo organizarse. Tiene gente que se ocupa de todo lo que tiene que ver con los viajes, los entrenamientos, los hoteles y demás. Creo que Del Potro sabe perfectamente lo que necesita. Si hasta ahora eligió no tener a nadie es porque se sintió cómodo de esa forma. Es su decisión y hay que dejarlo tranquilo. Esos son temas que hay que respetar sin meterse en su vida. Delpo tendrá sus razones y no hay que hablar mucho de por qué lo hace o por qué no lo hace.