Mariano Quirós y el “encanto” de las lecturas colectivas
"No sé si es el paisaje el que determina la conducta de los personajes o estos quienes alteran el ambiente" indicó el premiado escritor, sobre la construcción de los protagonistas de sus historias y el entorno en el que las sitúa. El autor llega hoy, jueves 14, a Mar del Plata.
El premiado escritor Mariano Quirós dará una charla hoy en Mar del Plata y este sábado, participará de un espacio de lectura en una librería de la ciudad.
En su encuentro con lectoras y lectores -moderado por Martín Kobse, esta tarde a las 19, en la Casa del Balcón- repasará “Campo del Cielo”, su último libro y “Una casa junto al tragadero”, que recibió el Premio Tusquets Editores de Novela 2017. La lectura colectiva será el 16, a las 19, en El Gran Pez.
“No sé si es el paisaje el que determina la conducta de los personajes o estos quienes alteran el ambiente” reconoce el autor, en una breve charla con LA CAPITAL antes de su llegada a la ciudad.
Quirós se caracteriza por proponer personajes extraños, a veces retorcidos, en ambientes que mutan de lo cotidiano y costumbrista a lo casi sobrenatural, siempre con su Chaco natal como telón de fondo.
El autor, nacido en Resistencia en 1979, publicó, además, las novelas Robles; Torrente; Río Negro; Tanto correr; No llores, hombre duro y los libros de cuentos La luz mala dentro de mí, Primer Premio del Fondo Nacional de las Artes. Junto con Germán Parmetler y Pablo Black, publicó el libro de cuentos Cuatro perras noches. Dirige, con Pablo Black, el sello editorial Colección Mulita.
“Me encantan los encuentros con lectoras y lectores, entre otras cosas porque yo mismo soy muy lector, entonces lo vivo con mucha intensidad; me divierto, me emociono, soy bastante ñoño en ese sentido” confió el escritor.
Y agregó que “las lecturas colectivas, por otra parte, tienen el encanto del encuentro, de que seamos mucha gente dispuesta a escuchar, y de que demos fe de que la literatura es un espacio de comunión. Una comunión que a veces hace volar al mundo por el aire y que por eso mismo perdura, perdurará por siempre y nos gusta tanto que así sea”.
– Tanto en La Casa del Tragadero, como en Campo del cielo, la naturaleza, en sus diferentes formas y caracteres, se torna personaje en tus historias. ¿Lo trabajás así adrede?
– Ocurre que el paisaje que recreo para situar las historias que narro, es un paisaje muy intenso, desbordado, en buena medida, retorcido. Pero de algún modo comparte esas características con los personajes que pongo a funcionar allí, que son también gente de conducta retorcida. Yo mismo no sabría decir si es ese paisaje, ese clima más o menos hostil, lo que determina la conducta de esta gente, o si, por el contrario, es la misma gente la que altera el paisaje. Quién trabaja más sobre quién.
– ¿Cómo trabajás el lenguaje, qué pinta y contribuye a hacerse una imagen de los personajes, sus voces?
– Sin duda yo intento trabajar lo retorcido, violento y bello que pueda surgir del encuentro entre un paisaje, un contexto determinado y personajes que son profundamente ajenos a ese contexto. Y en el fondo, y por más que ahora el asunto esté pasado de moda, lo más lindo es que puedas contar o narrar una historia.