Recordada por su interpretación de Azucena, la docente desquiciada de la obra “La suplente”, María Rosa Frega regresará ahora a Mar del Plata, ciudad en la que vivió desde sus 15 hasta sus 30 años y en la que también se la recuerda por otras incursiones teatrales, “Las divinas con medias”, por ejemplo, en los ’90. Esta vez, desempeñará un rol de dirección: traerá a esta ciudad “Dos bacalaos noruegos”, una celebrada obra de clown que podrá verse en el escenario de San Luis 2069 (24 y 26 de enero).

En su presente, la actriz versátil parece estar dejando espacio a la directora. Una nueva etapa para Frega, aunque la dirección siempre estuvo entre sus quehaceres casi desde el arranque. “Me da mucho placer crear con los actores. Como soy actriz, creo en el actor creador, casi todos los espectáculos que dirigí fueron creados con los actores”, dijo a LA CAPITAL, y destacó la creatividad y el trabajo en equipo.

Eso es lo que sucedió en “Dos bacalaos noruegos”, que ella define como “una obra de clown metafísico”. El proyecto nació antes de la pandemia a partir de improvisaciones del actor Octavio Bustos y de la actriz Leticia Torres, con asistencia de dramaturgia de Patricio Bazán y de la misma Frega.

El encuentro de dos personajes en una plaza es el disparador sencillo para que la historia empiece a desovillarse. El contenido metafísico del que habla la directora se vincula con “todo lo que sale del inconsciente, del alma, del espíritu” y que conversan estos dos personajes. Temas como “la soledad, la frustración, el vacío, la muerte, los sueños” son algunos de ellos.

“Se cree que el clown tiene una cosa muy superficial, pero en esta obra hemos trabajado desde la verdadera concepción del clown, la fibra íntima. Por eso, a pesar de que es una historia fácilmente digerible, tiene muchas capas, muchísimas capas. Los espectadores salen muy fascinados de la obra, parece simple pero tiene una profundidad inmensa, como el mar, como el océano”, explicó la directora.

“Perderte otra vez” fue la primera obra que dirigió formalmente, luego vinieron “Fraternidad” y “Solonauta, el navegante de sí mismo”. Aunque ya en su etapa de “Las divinas con medias” -un consagrado grupo de clown formado en Mar del Plata por Frega, Carina Zelaschi, Claudia Mosso y Andrea Gándola– ejercían la autodirección, confirmó que “ahora me está picando más el bichito, me estoy dedicando más a la dirección”.

-¿Cuál creés que es tu sello como directora?

-Me he dado cuenta de que en todas las obras que hemos creado siempre hablo de la soledad y además está el humor, yo vengo del humor. El humor llega a la gente de una manera más amable, acariciando a la gente. Además, es un teatro muy físico, tiene mucho cuerpo, de alguna manera uno pone su impronta al dirigir. Y soy muy detallista, me preocupo de que sea bello de ver.

-En “La suplente” lograbas que mucha gente ajena al teatro te fuera a ver. ¿Cómo recordás esa etapa?

-Hice doce temporadas en Mar del Plata con “La suplente”. A Azucena la amo. Todavía no la pude superar actoralmente. Me dio viajes, premios, me permitió darle de comer a mis hijos, es hermosa. Con la compañía Los del verso, con Mariano Moro, fue la tercera o cuarta obra, hice diez obras de Moro y “La suplente” quedó como caballito de batalla. Estaba muy bien escrita, me daba la posibilidad de mostrar diferentes matices de actuación. Iban muchas docentes y psicólogos y luego le daban el diagnóstico a Azucena. A “La suplente” la dejé de hacer en 2018, en Uruguay. Dije de hacerla hasta que no perdiera el entusiasmo y me pasó que tenía ganas de hacer otras cosas, porque había un encasillamiento.