Familiar, súper divertida, “un tanque australiano”. Así define Marcelo De Bellis, la comedia “Como el culo”, en la que encarna a un actor que junto a sus compañeros, sufre los más delirantes contratiempos a la hora de estrenar una obra, en la que él compone a un mayordomo.

“Cuanto más sufrimos los personajes, más se ríe el público” asegura el actor sobre la puesta, una pieza inglesa escrita por Henry Lewis, Jonathan Sayer y Henry Shields, que tras el éxito en Buenos Aires, se está presentando en Mar del Plata, en el Teatro Neptuno.

De Bellis comparte escenario con Walter Quiroz, Diego Reinhold, Nicolás Scarpino, Ingrid Grudke, Gonzalo Suárez, Fernanda Metilli y Ariel Basaldua en la que la risa está garantizada. La obra obtuvo el lunes 7 nominaciones a los premos Estrella de Mar.

Aunque el título pueda prestarse a confusiones, se trata de una pieza de comedia familiar. “Es una obra hermosa, con un humor muy sano, nada chabacano, no se dice ni una sola mala palabra” aseguró De Bellis, quien en diciembre terminó las grabaciones de “Golpe al corazón”, para sumarse a la temporada teatral marplatense, en esta producción de Javier Faroni y dirección de Manuel González Gil.

De Bellis fue uno de los últimos actores en integrarse a este elenco. “Faroni me contrató por whatsapp. Así de ciega es la fe que le tenía a la obra y al personaje” confió el intérprete y docente en una charla con LA CAPITAL al inicio de la temporada.

“Se trata de la historia de un grupo de teatro, el de La Cornley Polytechnic Society, que estrena una obra de misterio, sobre un asesinato. Es una pieza dramática, en la que estos personajes hacen lo imposible para superar los obstáculos que se le van presentando y que en la realidad serían tremendos, pero que resultan desopilantes y generan risas permanentemente”.

Marcelo De Bellis llegó para reemplazar a Daniel Aráoz y ya pronto va a cumplir un año, en el rol. “El personaje es Carlos, un actor que se cree de mucha trayectoria, pero que tiene un problema de memoria. Se olvida la letra y por eso se la escribe en las manos, dentro del traje, en el zapato. Carlos compone al mayordomo, el clásico personaje de estas obras de misterio” describió.

También contó que “Nico Scarpino hacer de un mal actor con problemas de concentración, sobreactuado; Diego Reinhold es el director, que también hace un papel; Fernanda Metili es extraordianria en su papel de una asistente a la que le pasa de todo; Ingrid Grudke es la doncella, la protagonista femenina; Gonzalo Suárez es ‘el muerto’; Walter Quiroz, que hace de un actor shakesperiano, que tiene realmente oficio y es el único que sabe actuar, pero no puede creer que salga todo al revés; y Ariel Basaldua es el técnico”.

“La obra tiene como 200 gags” asegura De Bellis, quien reconoce que “en un punto, nos reímos de cosas que nos han pasado o nos pueden pasar, en este trabajo: cosas que se caen, que se rompen, alguien que se desmaya, partes de la escenografía que no funcionan, música que no llega”.

De hecho recordó que “por ejemplo en ‘El kilombero’ una vez sin querer le pisé la mano a Diego Pérez que tenía que estar muerto y le salió un grito tremendo, le dolió”.

“A los actores y las actrices nos cambia el humor, nos mejora hacer esta comedia. A veces, en Buenos Aires, cuando estábamos en la calle Correientes entrábamos con problemas, con todo el conflicto social que había en la calle, amargados y de repente, salíamos a escena y terminábamos con la felicidad de la risa. Es una comedia efectiva y agradecida” reconoció.