MIRAMAR (Corresponsal).- La amplitud y tranquilidad de sus playas, lejos de los ruidos de los grandes centros turísticos, hicieron que durante este verano gran cantidad de turistas eligieran a Mar del Sud como su lugar de vacaciones.

Ahora la villa balnearia parece haber vuelto a su panorama habitual, donde el viento y el mar son los principales sonidos que retumban a través de la avenida 100, única calle asfaltada, y se reparten luego por los diferentes rincones de esta pequeña población con 500 habitantes estables todo el año. No obstante, aprovechando un comienzo de marzo con un clima ideal para disfrutar de la playa, hay quienes en menor medida, prefirieron extender su descanso ya que se observan algunas propiedades alquiladas, al menos hasta el 15 de marzo.

“El tiempo de febrero no acompañó mucho pero en general estamos muy conformes. Hablando con los comerciantes, se observa que fue la mejor temporada en años y es un buen impulso para el resto de 2020., dijo a LA CAPITAL, el delegado municipal, José Pérez.

“En febrero no se notó la baja del turismo como otras temporadas, las cabañas, hosterías y gastronomía trabajaron muy bien. Por la capacidad de casas y otros hospedajes la cantidad de público fue variando entre las 6.000 y 8.000 personas, aunque hubo fines de semana en enero que llegamos a albergar a 10.000 visitantes”, agregó el funcionario.

En esta oportunidad, más allá del visitante típico que elige este destino de la Costa Atlántica, hubo mucho turismo que arribó desde diversos puntos de la provincia de Buenos Aires. “Muchos vinieron por primera vez y destacan la tranquilidad, quedaron entusiasmados con la zona de El Remanso y Rocas Negras que son playas típicas de aquí. También recibimos gente de la zona, principalmente Mar del Plata y la zona rural”, declaró Pérez.

Con respecto a la seguridad, no hubo hechos significativos y el delegado destacó “el control en el acceso por ruta 11, la sumatoria de una cámara de seguridad en la zona  conocida como El Chino y la presencia permanente de Guardia Urbana”.

“La policía y los guardavidas trabajaron muy bien dentro de un operativo de seguridad conjunto”, amplió.

Cuatriciclos y motos

La circulación de motos y cuatriciclos por la zona de médanos siempre da lugar a la polémica debido a las altas velocidades y en casos maniobras peligrosas que pueden derivar en accidentes.

Si bien se registró algún que otro siniestro en las dunas, no hubo consecuencias graves y eso fue otro de los datos positivos.

“Personal de tránsito y los controles sobre la costa ayudaron mucho a instruir a la gente,  sobre todo los fines de semana donde la cantidad de este tipo de vehículos aumenta considerablemente”, reflejó el delegado municipal.

Cuestiones pendientes

Más allá del balance global satisfactorio, hay cuestiones pendientes relacionadas directamente con la mejora del servicio turístico, tanto en el ámbito público y privado.

“Ojalá con el tiempo podamos aumentar la oferta gastronómica, hotelera para recibir más gente y desde el municipio hay que mejorar la infraestructura de las calles y caminos lindantes a la villa, teniendo en cuenta que en su gran mayoría son de tierra”, concluyó Pérez.