En Mar del Plata podría producirse cannabis de excelente calidad en condiciones controladas. La ciudad busca incorporarse al desarrollo productivo de esta planta y generar puestos de trabajo en torno a su producción.

Investigadores ya han sembrado la primera semilla de este objetivo y, con tabúes y prejuicios que se quiebran a base de información y experiencias, en los últimos días se dieron dos grandes pasos: se inauguró un espacio de cultivo en la Universidad Nacional de Mar del Plata y se firmó un convenio para impulsar la producción local.

La demanda de cannabis medicinal crece. Cada vez más médicos recetan aceite de cannabis a sus pacientes y los mayores consumidores en la ciudad son adultos de más de 65 años. Sin embargo, el acceso sigue siendo complejo y difuso, y ahí es donde investigadores marplatenses están poniendo el foco: en garantizar un acceso seguro y accesible a los derivados de cannabis.

El grupo de investigación “Biología de Cannabis”, del Conicet y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, trabaja hace años activamente en torno a este tema. Gracias a la nueva reglamentación de la ley, vigente desde 2020, las universidades están habilitadas para investigar y el Conicet puede realizar cultivos.

Días atrás, en el complejo de la UNMdP se inauguró un espacio de cultivo de cannabis que funciona en una cámara bajo condiciones controladas, la cual fue donada por Tricom, una empresa marplatense impulsada por la incubadora Neutrón de Grupo Núcleo, que firmó un convenio con la Facultad para hacer desarrollos en cannabis.

Silvana Colman tiene un doctorado en Ciencias Biológicas y desde el 2017 integra un grupo de extensión de la Facultad de Ciencias Exactas, denominado “ConCiencia Cannabis”, que trabaja junto a la Agrupación Marplatense de Cannabicultores y surgió a raíz de la demanda social y la necesidad de conocer los alcances del aceite de cannabis.

Gracias a que a finales de 2020 se cambió el Decreto Reglamentario de la Ley de Cannabis Medicinal, se incorporó a las universidades y se sumó el Registro del Programa de Cannabis (Reprocann), además de ayudar a las familias a obtener un método de extracción seguro, ayudar a cultivar y analizar los aceites (desarrollaron un método de análisis), generaron el grupo de investigación “Biología de Cannabis”.

“Ahora tenemos diversas líneas de investigación y el servicio de análisis de cannabinoides a partir de muestras (flores, extractos o resinas) que la gente puede llevar y nosotros les decimos la concentración, hacemos identificación y cuantificación de THC, CBD y CBN, que son los cannabinoides principales”, indicó Colman a LA CAPITAL.

“Es bueno que esto sea haga desde el Estado, a través del Instituto de Investigaciones Biológicas, que depende de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y del Conicet, al igual que nuestro grupo de investigación, que es de doble dependencia, del Instituto de Investigaciones Biológicas y el Departamento de Biología de la Facultad”, explicó.

El grupo interdisciplinario está compuesto por biólogos, químicos, agrónomos e investigadores del Conicet, la Universidad y la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires.

“Nuestras principales líneas de trabajo son, por un lado la caracterización de las variedades locales de cannabis que se están usando acá sobre todo por los usuarios medicinales, y también el desarrollo de proyectos con el objetivo de lograr tener una semilla propia. Tomamos variedades de la Agrupación de Cannabicultores que están siendo cultivadas por usuarios del Reprocann y las empezamos a cultivar con fines de investigación como habilita la Ley de Cannabis Medicinal”, dijo.

Cultivo

Dentro del Complejo Universitario de la UNMdP, el grupo inauguró un espacio de cultivo, una cámara que tiene condiciones controladas de luz, temperatura y humedad.

El espacio tiene 12 metros de largo por dos metros de ancho, está aislado térmicamente y totalmente adaptado. Cuenta con dos salas de cultivo con las “condiciones aptas” para el crecimiento de la planta.

Dicho espacio permitirá trabajar en la caracterización de las variedades de cannabis tanto a nivel anatómico y morfológico como químico.

Colman se ha especializado en la parte genética de marcadores moleculares. “Estamos tratando de desarrollar métodos para, a través de marcadores moleculares, hacer una identificación de los clones y variedades y poder diferenciar un clon de otro y estudiar la diversidad genética de las variedades que hay en el país. Tenemos otras líneas más relacionadas a lo que son las aplicaciones y el aprovechamiento de la biomasa restante de la planta”, dijo.

Abordaje integral

El grupo de investigación “Biología de Cannabis” tiene distintas áreas de trabajo. Actualmente tienen un proyecto de extensión aprobado que se llama “Dispositivo Integral para un uso seguro de cannabis”, mientras sigue haciendo acompañamiento a los usuarios a través de talleres y charlas, junto a la Agrupación Marplatense de Cannabicultores y con médicos de la Municipalidad.

“Queremos estudiar el estado de situación con respecto al acceso y el uso de cannabis de uso terapéutico con el objetivo de generar políticas públicas acordes a nuestra región y que el acceso sea amplio y seguro”, indicó Colman.

Asimismo, el grupo brinda el servicio de análisis: cualquier vecino puede llevar sus plantas, flores o resinas para evaluar su calidad.

Al mismo tiempo, mediante el espacio de cultivo, se dará un importante paso en materia de investigación. “Se podrán estudiar las plantas para poder inscribirlas y que estén disponibles. La idea es registrar termoplasma para que haya semilla nacional o plantín nacional”, comentó la doctora en Ciencias Biológicas.

Además, el grupo se ocupa de caracterizar las plantas y, a partir de la resina, estudia sus múltiples aplicaciones, como pueden ser también las actividades antimicrobianas (antibacterial y antifúngica).

Un convenio estratégico

En Argentina existe una ley de producción de cannabis, que si bien aún necesita reglamentarse, permite dar pasos interesantes con la producción de cannabis de calidad como objetivo.

En simultáneo, ya existen muchos proyectos de empresas en convenio con instituciones del Estado, como el INTA y el Conicet, que están produciendo plantas, inscribiendo variedades nacionales y realizando clones. “Esto es un camino nos va a llevar a tener un cannabis de calidad en Argentina y que sea una actividad económica y que ayude a la gente”, dijo Colman.

La semana pasada, la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales firmó un convenio específico con la empresa Tricom, incubada por Neutrón, del Grupo Núcleo, con la finalidad de que todo este trabajo “no quede solo dentro de la investigación” sino que “realmente se convierta en un proyecto productivo”.

Mar del Plata está cada vez más cerca de generar desarrollo productivo en torno al cannabis, como en otras partes del mundo.

El convenio dará impulso a que se puedan multiplicar las plantas, tener semillas y variedades propias, producir cannabis y, en consecuencia “generar puestos de trabajo y hacer sinergia entre una institución pública y una empresa que nos puede ayudar también con el financiamiento en las líneas de investigación”, indicó Colman.

Tricom es una empresa marplatense que viene trabajando en conjunto con el grupo de investigación Biología de Cannabis, del Conicet y la Facultad.

“La idea es tener plantas caracterizadas, plantines con crecimiento estandarizado, flores con control de calidad y también flores estandarizadas con una composición conocida que produzcan siempre lo mismo. Que uno sepa qué va a producir esa flor”, dijo Colman y proyectó que también se podrá trabajar con insumos para más industrias, como la farmacéutica y la cosmética.

“Cuando lo conocen y ven los efectos, se caen los prejuicios”

El tabú en torno al cannabis ya no es el mismo que hasta hace unos años, aunque sigue existiendo. Los prejuicios, sin embargo, van rompiéndose en base a los múltiples beneficios demostrados.

Para la doctora en Ciencias Biológicas Silvana Colman, referente del grupo de investigación “Biología de Cannabis”, del Conicet y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Mar del Plata, “está habiendo mucho más acompañamiento y conocimiento por parte de toda la comunidad de profesionales de la salud”, quienes recomiendan cada vez a más pacientes el uso del cannabis con fines medicinales.

La última modificación de la Ley de Cannabis amplió el panorama. La reglamentación anterior solo permitía usar el cannabis para epilepsia refractaria. Con la nueva reglamentación, el aceite está habilitado a que se utilice para lo que el médico recomiende, ya sea dolor, trastorno del sueño o bien para mejorar el bienestar general del paciente.

“Según los datos que toman los médicos, la principal consulta y mejora es en el dolor, sobre todo en personas mayores. La población usuaria tiene un promedio de 65 años y se obtienen muy buenos resultados”, explicó Colman.

Por esto mismo y porque “el acceso a las plantas adecuadas sigue siendo difícil”, son fundamentales los avances que se están dando en la materia: la gente necesita tener seguridad y debe existir aún mayor regulación para evitar caer en el mercado negro.

“Vemos en los resultados de los pacientes que después de un tiempo de consumir cannabis, baja la cantidad de analgésicos, se alivian los dolores, duermen mejor y están mejor de ánimo. Cuando lo conocen y ven los efectos, se caen los prejuicios“, dijo.

De cara al futuro, Colman, quien hace años trabaja comprometidamente en torno a la investigación del cannabis en la ciudad, aseguró Argentina se perfila para tener “una apertura mucho mayor” en torno al cultivo, el uso y el consumo de cannabis.

“Creo que en algún tiempo vamos a tener un desarrollo mucho mejor que en Uruguay, sobre todo porque acá tenemos mucha presencia del Estado”, dijo y completó: “Se cuida mucho más lo que son los emprendimientos nacionales, para que no haya empresas multinacionales que se aprovechen del recurso. Esto es un realidad y es una cuestión de tiempo”.