Al igual que sucedió el año pasado, los rubros considerados no esenciales se encuentran en franca desventaja con, por ejemplo, las cadenas de supermercados. En la mayoría de estos lugares, que pueden funcionar con total normalidad, no sólo venden productos esenciales sino también ropa o artículos para el hogar entre otros productos.

Esta situación genera una competencia desleal con el resto de los comerciantes de la ciudad que a partir de hoy deberán atender en horario reducido y sin permitir el ingreso de clientes.

“La verdad es que nos indigna esta situación. A nosotros nos obligan a atender a los clientes en la vereda, lo que dificulta mucho la venta, y en los supermercados venden ropa, electrodomésticos y un montón de cosas con total tranquilidad”, contó un comerciante del centro.

Esta problemática ya generó polémica el año pasado cuando en los meses de confinamiento más estricto, los comercios no esenciales ni siquiera podían abrir sus puertas mientras en los supermercados casi no quedaba lugar entre las góndolas de la cantidad de productos que agregaban para vender.

“Si los grandes supermercados pueden vender productos de todos los rubros con normalidad, el poco trabajo que ya tenemos se nos termina”, advirtió otro comerciante de la misma zona.

Días atrás, cuando se confirmó el retroceso de Mar del Plata a fase 3, la Unión del Comercio, la Industria y la Producción (UCIP) hizo un llamado de atención por esta situación y reiteró su reclamo para que “se preste especial atención”, que en aquellos comercios que comercializan rubros esenciales no ofrezcan productos no esenciales, en atención a la lealtad comercial que debe imperar en el mercado.

El año pasado, la Cámara Textil de Mar del Plata había denunciado la competencia desleal. “Es un vale todo”, sostenían.